El nacionalismo español, el único nacionalismo excluyente

 

Las consejeras de Educación de Euzkadi y Catalunya, que asistieron a la Conferencia Sectorial de Educación, convocada por el ministro de Educación, Cultura y Deportes del gobierno colonialista del reino de España, declararon ante los medios de comunicación masiva el compromiso del ministro de retirar de la asignatura Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos (es un decir)  la expresión “nacionalismo excluyente”. El término aparece junto a expresiones como “terrorismo, fundamentalismos religiosos y estados fallidos, como uno de los problemas del mundo global”.

 

No llegamos a comprender el malestar causado por dicha expresión a las consejeras de Educación citadas, pues hasta donde llegan nuestros conocimientos el único nacionalismo excluyente en el estado español no es otro que el propio nacionalismo español.

 

Español es aquel que no puede ser otra cosa (Cánovas del Castillo, político conservador español)

 

El origen del reino de España se inicia con el matrimonio de los reyes católicos en el año 1469, consumado mediante el rito de mostrar a los cortesanos la sábana manchada de sangre, y no precisamente azul, del himen isabelino.

 

La joven heredera fue pretendida por un monje castrense, al estilo de los actuales capellanes de igual cargo, mucho mayor que ella y que, según los cronistas de le época, murió asesinado.

 

Isabel y Fernando eran primos, lo que introducía importantes lazos de consanguinidad en el linaje de la pareja. La hemofilia es una enfermedad hereditaria que se caracteriza por una tendencia hemorrágica patológica y que afecta a varios linajes reales, como puede deducirse a partir del estudio del árbol genealógico de la reina Victoria de Inglaterra y que se extiende hasta lo actuales borbones, como el denominado príncipe Gonzalo, tío del actual monarca Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias.

 

Entre las trágicas consecuencias del matrimonio podemos citar el genocidio de los habitantes de Canarias y de América: entraban los españoles en los poblados y no dejaban niños, ni viejos ni mujeres preñadas que no desbarrigaban e hicieran pedazos. Hacían apuestas sobre quién de una cuchillada abría un indio por medio o le cortaba la cabeza de un tajo…arrancaban a las criaturas del pecho de sus madres y los lanzaban contra las piedras, a los hombres les cortaban las manos, a otros amarraban con paja seca y los quemaban vivos…para mantener a los perros amaestrados en matar, traían muchos indios en cadenas y los mordían y los destrozaban y tenían carnicería pública de carne humana”.

 En estas ovejas mansas y de las calidades susodichas por su Hacedor y Criador así dotadas, entraron los españoles desde luego que las conocieron como lobos y tigres y leones crudelísimos de muchos días hambrientos. Y otra cosa no han hecho de cuarenta años a esta parte, hasta hoy, y hoy en este día lo hacen, sino despedazallas, mattallas, angustiallas, afligillas, atormentallas y destruillas por las estrañas y nuevas y varias y nunca otras tales vistas ni leídas ni oídas maneras de crueldad, de las cuales algunas pocas abajo se dirán, en tanto grado que habiendo en la isla Española sobre tres cuentos de ánimas que vimos, no hay hoy de los naturales della doscientas personas”.“Yo soy testigo de todo esto y de otras maneras de crueldad nunca vistas ni oídas” “…ellos construyeron una picota lo suficientemente larga como para que los pies pudieran tocar el piso y de esta forma prevenir la estrangulación y así, los colgaban de a trece indios por vez, en honor de nuestro salvador Jesucristo y los doce apóstoles…después la paja era envuelta alrededor de los cuerpos destrozados y quemados vivos” escrito por Fray Bartolomé de las Casas, Brevissima relación de la destrucción de las Indias[1].

 

De esta forma tan despiadada inciaba España su negra andadura histórica en el devernir de la humanidad ¿Es este el nacionalismo incluyente? España arrasó a los pueblos que colonizó y con ellos su cultura, sus señas de identidad, o sea, el nacionalismo de todos aquellos pueblos que colonizó, en Canarias, en el África continental, en América y en Oceanía. El colonialismo está juzgado como crimen de lesa humanidad y en consecuencia también los nacionalismos responsables de actos coloniales, como el nacionalismo español. Claro que hay nacionalismos excluyentes.

 

El colonialismo español arrasó en Canarias el idioma que hablaron y escribieron los tinerfeños, los awaras, los bimbaches, los gomeros, los canarios y los mahos, tergiversando la historia y difundiendo falsedades sobre nuestros antepasados, a los que la historia oficial española tilda de pueblo neolítico, que vivía en la edad de piedra, ocultando su verdadero desarrollo científico-tecnológico y social, así como el motivo de la destrucción de su avanzada sociedad.

 

Un sobresaliente ejemplo lo constituye la medicina y el conocimiento de la botánica, al descubrir las propiedades medicinales de la sangre de drago y de muchas otras especies vegetales. Con la sangre de drago trataban numerosos tumores. El descubrimiento ha sido corroborado por investigadores canarios y japoneses, con las modernas técnicas utilizadas para la elucidación estructural de los productos naturales y los cultivos de células leucémicas, descubrimientos que han sido publicados en revistas internacionales de investigación de reconocido prestigio (Phytochemistry, 50, p. 805-13, 1999) [2].

 

Sus conocimiento medicinales no se limitaban al tratamientos de los enfermos, sino que se ocupaban incluso de los difuntos, a los que eran capaces de momificar sin extirparles las vísceras, en lo que superaban a egipcios y aztecas. Todavía en la actualidad si hay que repatriar un cadáver los médicos de la era de la genómica, la nanotecnología, la tecnología aeroespacial, la biotecnología, etc., le extirpan las vísceras, de lo contrario se les pudre. A nuestros antepasados hace tres mil años y más esto no les ocurría. El desarrollo de la medicina era muy avanzado, incluso comparándolo con la época actual.

 

Otro tanto ocurría con la meteorología. Un ejemplo importante lo tenemos en la Cueva pintada de Gáldar, que representa un Akano o lo que es lo mismo un calendario lunar, documentadísimo por el Doctor Barrios de la Facultad de Matemáticas de La Universidad de La Laguna. Les permitía prever las épocas de lluvia y obtener así las mejores cosechas. También obtenían así valiosas informaciones para la navegación en general y la pesca en particular.

 

Los awaras dejaron constancia de sus importantes descubrimientos astronómicos en los numerosos observatorios diseminados por toda la geografía de Benawaré, como por ejemplo las espirales, que reflejan la estructura de la Vía Láctea, visible a simple vista en las claras noches de verano, y con ella el anticipo de los forma de las galaxias espirales, como ha venido a confirmar la actual astrofísica con los modernos telescopios.

 

El desarrollo social no se queda rezagado, costituyendo el Mencey Benkomo un testimonio de primera magnitud, reconocido por los propios cronistas del colonialismo: “Traía consigo el rey de Taoro solo 300 hombres escogidos; y, como lo encontró, le dijo Alonso de Lugo que venían a procurar su amistad y a que fuesen cristianos, y que fuesen vasallos del rey de España, que les haría mercedes. A esto respondió el rey de Taoro que, en cuanto a la paz y amistad que pedían, que el la aceptaba, porque ningún hombre la había de desechar de sí, y que era bien para todos, y que el la admitía de buena voluntad, con tal que se fuesen de su tierra, que él les daría todo cuanto hubiesen menester; y que no sabía que cosa era cristianos; y a lo que decía, de sujetarse al rey de España, que no lo conocía ni sabía quien era, ni pensaba sujetarse a otro hombre como él, que libre había nacido y así lo pensaba vivir. Y dando vuelta para su tierra los dejó” (Abreu Galindo, Historia de las conquista de las siete islas de Canaria, p. 317, Goya Ed.)

 

El Mencey Benkomo, como su propio nombre indica, no era un rey ni representaba a una monarquía, sino un menceyato, no hereditario y de elección democrática, lo que da idea del avance social de la sociedad guanche. Una sociedad democrática, lo que era visto como un peligro por las arcaicas monarquías europeas, que no pararon hasta someterla mediante una cruel invasión que se inició en 1402 y finalizó en 1495, casi un siglo. Si en Canarias no había reyes y príncipes y princesas había que inventarlos y así lo hicieron. Sin embargo la historia no ha terminado, “la esperanza nos mantiene“ que escribió nuestro gran poeta gomero Don Pedro García Cabrera.

 

[1]Brevissima relación de la destrucción de las Indias.

[2](Phytochemistry, 50, p. 805-13, 1999).

 

Canarias, 24 de Mayo de 2012.

Movimiento por la Unidad del Pueblo Canario

   (Movimiento UPC)  .