El nacionalismo español, al poder

 

Ramón Moreno Castilla

Si algo ha quedado meridianamente claro en las elecciones generales celebradas el pasado domingo[20-11-2011] en España, y por "mandato constitucional" de la artificiosa e impuesta "españolidad de Canarias", aquí en la colonia, es el indiscutible y arrollador triunfo del nacionalismo español encarnado en el Partido Popular, heredero por "línea paterna" de la España, "Una, Grande y Libre", venida a menos. El sesudo y nada carismático registrador de la propiedad, el gallego Mariano Rajoy, ha "registrado" la aplastante victoria y "notificado", en tiempo y hora, a las partes que España y sus colonias, Canarias, Ceuta y Melilla, son del PP, y que la única concepción posible del Estado español no es otra que la que propugna y defiende su partido; y "Santiago cierra España".

Y todo esto con la que está cayendo en esa Europa comunitaria, donde el eje franco-alemán sigue siendo hegemónico y marca la pauta, y a pesar de que la "niña" de Rajoy se le ha vuelto "casquivana" y "esquiva" y se ha juntado con la "promiscua" prima de riesgo, que, a su vez, es "hija putativa" de la crisis económica y "esclava sexual" de los mercados, con los que "copula" indiscriminadamente en una "orgía monetaria" sin parangón en las finanzas internacionales. Una auténtica espada de Damocles suspendida sobre la cabeza de Rajoy, bien amueblada, por cierto, y que va a necesitar algo más que un experto "diseñador y decorador de interiores". ¡Eso le pasa por ser tan contumaz y meterse en camisas de once varas! ¡Con lo tranquilo que estaba y lo divertido que era estar en la oposición haciéndole la puñeta al PSOE! Ahora no le queda otra que apechugar con las consecuencias -que no son pocas-, dado su deseo obsesivo de ser presidente del Gobierno de España, al que tendrá que darle la vuelta como a un calcetín; tales son las reformas estructurales, del mercado laboral, del déficit público y la deuda (del sector bancario y de toda índole) que tendrá que acometer tal como le está exigiendo insistentemente la canciller alemana Ángela Merkel.

Otra importante lectura de los comicios del 20N en España, ¡¡que no en Canarias!!, es el enorme auge de los auténticos y verdaderos nacionalismos. Los llamados "nacionalismos periféricos", vasco y catalán fundamentalmente, en los que subyace un soberanismo larvado, han experimentado un imparable ascenso. Sobre todo, la nueva formación política de la izquierda abertzale, Amaiur, que ha irrumpido con fuerza en el panorama político español en el que, aún siendo neófita, ha logrado seis diputados en Euskadi y uno en Navarra; en detrimento del decano PNV, que, pese a ser la fuerza más votada, solo logró mantener sus cinco diputados. ERC conserva sus tres diputados, y CiU, por su parte, consiguió dieciséis escaños en el Congreso español, lo que la convierte en la tercera fuerza política del Hemiciclo, detrás del PP, con 186 diputados, mayoría absoluta, y del PSOE, con sus 110. Ello ha evidenciado, una vez más, la perversidad de la Ley Electoral española, que prima injustamente a los partidos mayoritarios en claro perjuicio de las minorías, a las que aísla, posterga y ningunea. Malévolos desajustes que son debidos principalmente a los topes electorales impuestos por la encorsetada Ley D'Hont, cuya calculada proporcionalidad ha hecho de las suyas, consolidando el nefasto bipartidismo de esa partitocracia en que se convirtió España a partir de 1978, año en el que promulgó su retrógrada Constitución.

A propósito, según ha manifestado a los medios informativos la secretaria general del Partido Popular, Dolores de Cospedal, su jefe, el presidente "in pectore", Mariano Rajoy (si antes no se ve obligado a dimitir por la quiebra técnica de España y el temido rescate), no tiene la menor intención de entrevistarse con los dirigentes de Amaiur en la ronda de contactos que pretende mantener con las fuerzas políticas del arco parlamentario. ¡¡Inaudito!!

¿No se ha dicho hasta la saciedad que todas las opciones políticas son válidas, incluidas las independentistas, si se defienden pacíficamente por la vía política, en el marco de las instituciones democráticas? ¿En qué quedamos? Este rechazo frontal del PP al nacionalismo que proclamara en su día Sabino Arana demuestra de forma fehaciente el fundamentalista nacionalismo español del Partido Popular. En todo caso, las reivindicaciones vascas y catalanas son asuntos internos del Estado español y una cuestión bilateral a dos bandas, España-Euskadi y España-Cataluña, que poco o nada nos importa a los patriotas canarios. Otra cosa es el contencioso histórico que España mantiene con Canarias por la devolución de estos territorios, conquistados por la fuerza de las armas a sus legítimos propietarios, el pueblo canario, a quienes pertenecen por derecho propio. Sin escaquearse de la indemnización por los estragos causados y del pago de los correspondientes "intereses de demora" y sin pretender descontarse el "lucro cesante".

De esta forma nos convertiríamos, de una vez por todas, en el deseado Estado Archipelágico, libre y soberano, miembro de pleno derecho de la comunidad internacional, al que le sería de aplicación la Parte IV, Artículos 46 al 54 a.i. del vigente Convenio o Estatuto Jurídico del Mar emanado de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, firmada en Montego Bay, Jamaica, lugar de establecimiento de la Autoridad Marítima Internacional, el 10 de diciembre de 1982. Porque el grave problema que se nos plantea a los canarios, precisamente, es que, de seguir la catastrófica crisis económica, con el paro galopante, y de continuar siendo Canarias una descarada colonia de España en África, la "madre patria", en este caso, la "madrastra arbitraria", nos arrastrará irremisiblemente al abismo ante la pasividad e indiferencia del pueblo canario, cautivo y abducido por la falsa españolidad, y que parece dispuesto y resignado a inmolarse y desaparecer de la faz de la tierra.

Respecto a cómo ha quedado conformado el mapa político en Canarias, este presenta una enorme "mancha azul" que no tiene nada que envidiarle a la de El Hierro por la erupción del volcán submarino, y que ha producido una fuerte borrasca en el mar de Las Calmas de La Restinga que se extendió por todas las "aguas interiores" del Archipiélago, arrojando un balance dispar: el triunfo aplastante de la "franquicia" del PP, cuyo "magma" ha fluido por todas las Islas, "emergiendo" nueve grandes "cráteres", y un estrepitoso fracaso de la "marca" del PSOE con tan solo cuatro pequeños "conos volcánicos". Lo de Coalición Canaria y sus acólitos requiere mención aparte, ¡¡porque ha sido un auténtico cataclismo!!

En efecto, la monumental debacle de la coalición electoral CC-PNC-NC (el CCN volvió a su estado natural coaligándose con el PP y disputándose el mismo espacio político) ha sido, como venía vaticinando EL DÍA, la crónica reiterada de una muerte anunciada. Se veía venir. Esos falsarios, peligrosos delincuentes políticos, porque son "okupas" del nacionalismo canario, al que han prostituido, recibieron un justo y merecido castigo en las urnas, donde el supuesto "apoyo del pueblo" del que tanto alardeaban ha quedado reducido en la práctica a la mínima expresión, obteniendo solo dos únicos diputados: una por Tenerife, producto de los residuales votos cautivos de ATI, y otro por Las Palmas, gracias a los estómagos agradecidos de NC-NGC, sustentada con los restos de ICAN y otros grupúsculos de izquierda.

El pueblo canario no solo ha puesto en evidencia a estos vividores, sino que los ha dejado en la estacada, poniendo de relieve su incapacidad manifiesta, su falta de proyecto político, su ausencia total de ideología y otras carencias que sería prolijo enumerar. En definitiva, el electorado isleño ha desenmascarado a esos falsos nacionalistas que han estado engañando y manipulando miserablemente durante años al noble y confiado pueblo canario. Por tanto, la tan cacareada "voz canaria en Madrid", que ya estaba bastante afónica, ha sufrido ahora una grave e irreversible "traqueotomía" que le imposibilita hablar de forma inteligible; y eso sin contar con los otros "voceros", los "franquiciados" del PP y del PSOE, trece en total, que, debido a la férrea disciplina y al silencio sepulcral que les imponen sus respectivas "casas matrices", no pueden siquiera pronunciar el socorrido "pío, pío".

Así pues, tras la exhaustiva "auditoría externa" a la que el pueblo canario ha sometido a los pseudonacionalistas, sus resultados electorales han sido tan pírricos que si tuvieran un ápice de vergüenza y dignidad ya habría dimitido en peso la cúpula dirigente de esa coalición, empezando por el sátrapa de Paulino Rivero. Por el contrario, la impresentable señora Oramas, de triste e infausta presencia, y que con su escaño se garantiza la pensión vitalicia que andaba buscando, tiene el cinismo y la desfachatez de decir ahora que "hay que refundar el nacionalismo canario". ¡¡Menuda estulticia!! ¡¡Vaya cara más dura!! ¿A qué "refundación" se refiere exactamente? La única y necesaria, por otra parte, refundación de CC y sus adláteres pasa, indefectiblemente, por una profunda y regeneradora catarsis interna en el seno de esos partidos que han estado especulando con la canariedad y ocupando indebidamente el espacio político nacionalista.

Esa supuesta refundación requiere asimismo, para que sea efectiva y creíble (y nos sumemos todos), el reconocimiento expreso y explícito, ¡inequívoco!, del estatus colonial de Canarias, y proclamar públicamente el derecho inalienable e imprescriptible del pueblo canario a su independencia y a disponer de los recursos naturales de su territorio, que España lleva esquilmando hace siglos. Y, por supuesto, el inicio inmediato del proceso de descolonización, tal como establece la Resolución 1514 (XV) de la ONU, así como el establecimiento de un calendario para el inaplazable traspaso de poderes por parte de España. Porque, lo repetimos una vez más, nacionalismo y colonialismo son conceptos antitéticos y, por consiguiente, contrarios y opuestos, o sea, ¡irreconciliables! De no materializarse en esos términos esa "refundación del nacionalismo canario" que demagógicamente insinúa la señora Oramas, estaremos ante otro "brindis al sol" y, lo que es peor, ante otro canallesco engaño masivo al crédulo y confiado pueblo canario.

Referente al boicot a esas elecciones españolas celebradas en la colonia de Canarias que propugnábamos los independentistas, a tenor de los datos registrados, se produjo una severa abstención del 36,17% en la provincia oriental y de un 35,14% en la provincia occidental. Otra cosa es que, por razones obvias, no se pueda cuantificar con exactitud el porcentaje y el número de abstenciones del espectro político soberanista.

De todas formas, e independientemente de cualquier disquisición que se haga al respecto, lo que realmente necesita y está demandando imperiosamente Canarias es que esa "primavera árabe", que ha vuelto a rebrotar en la plaza Tahrir de El Cairo, y en todo Egigto, se traslade a esta parte del África insular. A fin de cuentas, ¿no son las Canarias las "Islas de la eterna primavera".

rmorenocastilla@hotmail.com