FALLECIÓ PACO CABRERA

 

Padre Báez (*)

 

“Falleció Paco Cabrera”, popularmente conocido y querido por todos los amantes del sector primario, por su lucha en defensa de los más pobres: los campesinos.


Nada de lo nuestro, le era ajeno, y luchó denodadamente, por conservar nuestras tradiciones, costumbres, trabajos...


Hombre de altura, y no solo por haber nacido, crecido y vivido, en las cumbres, donde entre otros, le molestaba los pinos. Deja huellas por donde pasa, tanto en el comercio, como en la literatura, con sus tertulias y publicaciones. Pero sobretodo, no renuncia a la actividad agraria, y se va y deja sus papas sin coger.


El Nublo, espera su efigie de bronce, en la Cruz de Tejeda y de San Mateo, le mire para siempre, y así siempre se le recuerde. No se encierra en la agricultura, y alcanza a lo forestal, a la ganadería, a cursos, a charlas... Pero es en los Medios de Comunicación donde gana al radioescucha o televidente, hasta engancharlo semanalmente...

Y así, ya no se oirá su voz más, en “Suena la Tarde” con Santiago García Ramos, ni le volveremos a ver el “Tierra Canaria” en la televisión de Suárez de Tangil. Sugiero, que así como “Tenderete” siguió después de la muerte de Fernando Díaz Cutilla, alguien continúe esa línea de defensa del campo, de lo nuestro, aunque no será fácil encontrarle sustituto. Quienes vayan a tomar un helado en la “Heladería Beltrá” de Tomás Morales, ya no lo encontrará, sino su recuerdo.


Sin ser universitario, fue más que algunos de ellos; su sabiduría le viene de sus mayores, del pasado, de la tradición...

De mirada socarrona y sonrisa misteriosa, como corresponde a un buen canario. Hoy, el campo canario le llora, y está muy triste; se ha ido su gran valedor y defensor. Visionario de un futuro por llegar, donde el paisaje, la economía, la ecología, el costumbrismo, nuestra identidad, le era propio.


Sus artículos son o fueron de antología. Animado por un servidor, escribe su libro “
Agonía en las Cumbres” fiel retrato de su filosofía. También me pidió consejo si debía entrar o no en política; lo animé a ello, para una mayor y mejor defensa de lo nuestro, del campo.


Se nos fue a la mitad de su vida (luchó durante cuarenta años por su tierra, y cuando le quedaban otros cuarenta), su corazón, cansado de tanto luchar por su tierra, se paró. Hoy, su tierra lo cobija, y pocas veces cayó semilla mejor. Agricultores, ganaderos y otros, han ganado un héroe, un referente, un legado.

Paco Cabrera, pasa a la Historia de nuestra tierra, como un hombre que se recordará siempre, porque en su singularidad, no hay otro igual, ni parecido. Me imagino, son muchos los que van a descansar con su silencio. Fustigó a tantos sordos, que no lo escucharon.


Generoso en demasía: si ibas a su casa, salías con las manos llenas de frutas (nueces, almendras, manzanas, uvas, ciruelas..., y la fresca cerveza de su cueva), y de una muy cordial conversación. Sus amigos, son incontables, y entre ellos: Francisco Tarajano, Luis Pulido, Marcial Trujillo..., y su esposa, sus hermanos, su familia, queda rota.


Hemos perdido, a un hombre grande por sus obras, su defensa, su pasión por la tierra. La misma que ahora lo abraza y lo pasa a la posteridad, como uno de sus mejores hijos. Rezamos por su eterno descanso y ojalá, alguien siga su estela, le imite, y a esta tierra, no le falte defensor y defensores, como Paco Cabrera.


Don Francisco Cabrera, Perera, que en paz descansa.


Otro insigne olvidado, el poeta y amigo Francisco Tarajano, le dedicó en 2005 estos versos:


                                                       SILBOS DEL NUBLO

 

Desde Tejeda,
con maga magua,
guanche nobleza,
canaria rabia
y mucho amor,
Paco Cabrera
alza la voz
de sus protestas
contra el mandón
que arruína ovejas
a un buen pastor,
que rompe acequias
al labrador,
que tala y seca
matos en flor.

Quizás fenezcan

sacho y zurrón,

quizás se pierdan

silbo y canción,

quizás la almendra

sepa a dolor

porque cabezas

de cerrazón

quitan a tierras

agua y sazón,

cerceñan señas

y tradición

y majan flores

de la ilusión.  

Paco Cabrera,

con gran tesón,

lanza una alerta,

de ansia y pasión

porque no muera

la cepa vieja

de gran vigor

que dio a Tejeda

fama y honor,

sabía entereza,

dulce sabor,

recia firmeza,

saber mejor.  

 

26 mayo 12.  

 

* Fernando Báez Santana, Pbtro.