Movimientos Cruciales -VII-
Haciendo de
tripas corazón, VPC.
Rukaden
Ait Anaga
Aunque de vez en cuando la nostalgia me
asalte por sorpresa y a uno se le enternezca el alma al recordar personas,
situaciones o cosas de la niñez o de la primera juventud, en general no puede
decirse de mí que sea un “nostálgico del pasado o que crea que cualquier
pasado fue mejor”, o cosas por el estilo. Eso
no implica que se lamente la pérdida de costumbres, comportamientos y
actitudes, de cuando no éramos tan civilizados, cultos y modernos, sino más
“provincianos, magos, no tan sabidos, leídos y escribidos y algo más
atrasados y anticuados”.
Recuerdo
por ejemplo, las pequeñas transacciones comerciales entre vecinos y conocidos,
la mayor parte de las veces consistentes en trueques por otros productos,
semillas, manufacturas o servicios (Pastos, garañones, etc.) a cambio de cosas
similares, e incluso “días de trabajo” para faenas o tareas específicas si
se destacaba en algún oficio.
Y
ahí no intervenían notarios ni abogados, ni había que redactar “papel”
alguno. La “Palabra dada”, era lo único que poseían aquellas personas
humildes, que nadie les podía quitar o matar, y por lo tanto era “sagrada y
valía más que cualquier papel, incluso el monetario”, incluso a través de
las generaciones pues “si mi padre, abuelo, etc., lo dijo así es; No así será,
sino así “Es”, o lo otro de en tal fecha manda los chiquillos a buscarlo/s
(Lo que fuera) o que vayan y lo cojan ellos mismos (Había total confianza en
que irían a la huerta o cueva o almacén y solo cogerían lo justo)”
Ese
espíritu de compromiso auto asumido que no necesitaba de papeles o testigos a
la hora de llegar a un acuerdo y de cumplirlo, por encima de cualquier otra
consideración si era humana y razonablemente posible, puede parecer un
anacronismo del pasado, una anécdota curiosa y entrañable en nuestro moderno
mundo; Nuestro moderno mundo que necesita, además de la palabra dada que debería
bastar, de Notarios que den Fe Pública de ella, abogados y procuradores que
pleiteen en los tribunales de justicia, pues, en numerosas ocasiones ni la Fe Pública
del Notario asegura su voluntario cumplimiento. Y cuidado especialmente con los
“papeles o documentos”, porque, después de ver como poco a poco se
derrumbaba su mundo y “lo que decían los papeles en ocasiones eran más
fuertes que su palabra”, los viejos de antes se dieron cuenta que “un papel
aguanta lo que le quieras escribir encima”, con lo cual querían decir que
“aunque se escriba no quiere decir que sea verdad o responda a la realidad”.
Eran hombres libres a su manera, que abandonaban este mundo de la misma forma
que llegaron a él: Sin nada. Por lo tanto, lo único que podían tener era su
Palabra, y como única posesión era tenida en muy alta estima.
En
la antigua sociedad Guanche, “los nada”, los achicaxnas y achicasnay, podían
cambiar su condición “siendo valientes y adquiriendo honores” ante la
comunidad mediante su comportamiento y actos de valor y sacrificio por la
comunidad, siendo elevados a la categoría de “nobles”. En nuestra actual
sociedad “moderna”, es imposible que un “nada” pueda cambiar de categoría
social, salvo si le toca la lotería o algo similar, de otra manera es
imposible. Venimos a este mundo sin nada y llorando, y de él nos vamos desnudos
y después de toda una vida de trabajo y pocas comodidades y alegrías, por ser
positivo y decirlo sin asperezas. Dejamos atrás hijos y alguna pequeña
herencia y ni siquiera eso es seguro que se pueda presuponer, pues lo único que
se puede presuponer a ciencia cierta de la vida de los “nada”, es que nacen
“amarrados al yugo y mueren sujetos a él”; Y sus descendientes, salvo
excepciones contadas, habiendo nacido con la misma suerte de marca maldita, ni
siquiera siendo valientes y adquiriendo honores en defensa de los suyos, puede
sustraerse al mismo cruel destino de los que le precedieron.
No,
no estoy siendo pesimista al retratar la situación de nuestro Pueblo y nuestra
Tierra, sino bastante realista, porque estas palabras anteriores se pueden
aplicar a nuestro conformista y ultrajado Pueblo. Y todos/ as los/ as que somos
conscientes de ello, hemos tratado, de una forma u otra, con más buena voluntad
que acierto por desgracia, tratar de revertir esta dolorosa situación. Y a
pesar de los reveses, en ello seguimos.
“(Ichasagua) Dime Atbitocarpe, ¿Las verdaderas
intenciones son las de defender nuestra tierra, tu comarca y sus gentes o la de
asegurar tus privilegios como noble? (Novela Taucho, La memoria de los
antiguos)”
¿Para
qué estamos (De una forma u otra) en la lucha política? ¿Para defender los
intereses de nuestra Tierra y sus gentes o para querer favorecer a los
“nuestros” y que se hagan las cosas como decimos cada uno o cada grupo?
Todos los/ las que enarbolamos nuestra Bandera Nacional y queremos pasar de
“nadas” y Liberar Nuestra Patria de “gauripas”, estamos alzados contra
el actual estado de cosas. Por tanto, pregunto, ¿Qué intenciones tienes tú?
Pese a lo “quemado/a que estas, lo negativo que pueda parecer tu
“derrotismo” al hablar de futuro, porque estás decepcionado/ a por las
derrotas y las ocasiones perdidas, si continúas en la brecha es porque a pesar
de todo, te revelas y tienes esperanza de vencer en el próximo combate, porque
esperas ganar un día u otro. Porque te guste o no, tienes el mismo espíritu
que aquellos/ as chasneros que, a pesar de la caballería y la artillería de
todas las españas juntas y lo que podían comprar en Europa, quisieron seguir
con su forma, modo, vida y Cultura ancestrales, como hombres y mujeres libres
(Hijos/ as de la Sol), en la que solo había eso, Hombres y Mujeres Libres que
trabajaban por y para la Comunidad, para reconquistar la Libertad de su Patria.
Esa
fue la Sociedad que trató de construir Ichasagua, el primer intento de
construir una Sociedad Libre en una Patria Libre. Fracasado también el segundo,
¿Es que no vamos a intentarlo de nuevo? Te vuelvo a reiterar la pregunta a ti
¿Cuáles son tus verdaderas intenciones? ¿Para que “estas en política”?
Siendo
así, estarás de acuerdo conmigo, en que es urgente la creación de la
“Vanguardia Popular Canaria”, el brazo político que organice y dirija
(Dirigir no es mandar) a nuestro Pueblo a conquistar y forjar una Sociedad de
Hombres y Mujeres Libres en una Patria Libre. Por lo tanto, libremente debes
asumir el compromiso de trabajar por y para ese proyecto, y libremente “elevar el gánigo con leche recién ordeñada y sellar el pacto con
nosotros, tu Pueblo, de la misma forma que nosotros lo sellamos contigo, y como
lo sellaron nuestros ancestros.”
Que
nadie espere la aparición de Ichasagua, de Secundino o de Antonio para dar el
paso adelante y sellar el “pacto por la Patria/ Matria”. Ese líder tendrá
que surgir después del pacto honorable entre gente libre que, libremente sitúan
el Interés General de nuestra Matria/ Patria y nuestro Pueblo por encima de
todo.
Un
buen comienzo, creo que no sería desacertado organizar una jornada común en
toda Kanarat, donde en cada isla se elija un lugar emblemático y tradicional
(Si se puede, no es imprescindible) y entre todos los Grupos, Colectivos y
Partidos, se organice una “(Juramentación) Jornada de la Bandera Nacional”
entre otros actos propios de nuestra Cultura. Qué hermoso sería que todas/ os,
libremente, al mismo tiempo a lo largo de toda Kanarat, y a la vista de todos
los hombres y mujeres libres de esta Tierra Nuestra, hagamos nuestra de forma
colectiva, La Bandera que nos representa a todos/ as y es el hermoso resumen de
nuestras esperanzas y aspiraciones.
Desde
la vieja Fortaleza, Rukaden Ait Anaga.