LOS MONTES: VACACIONES DE LOS PIRÓMANOS Y LA SUERTE

[...Es algo básico la incorporación de más agricultores y ganaderos para cuidar los montes.]

En una lectura del año forestal, las lloviznas de estos días nos permiten comentar los principales acontecimientos. Y la noticia es sin lugar a duda, que no hemos tenido fuego. Enhorabuena para los responsables de medioambiente, y en particular a los vecinos del interior de las islas no quemadas, ya que Gran Canaria ha tenido menos suerte.

Leamos algunos datos. Tenemos en Tenerife más de 50.000 Has forestales, es decir, de las algo más de 200.000 Has de superficie total de la isla, tenemos próximo al 25% cubiertas de árboles, con una superficie amplia que antaño tuvo cultivos o fue zona de pastos, hoy ocupada por monte y por maleza (combustible para el fuego). No olvidemos, que la superficie cultivada no alcanza las 18.000 Has. Cuando “éramos pobres” se labraban más de 60.000 Has y los montes estaban barridos como el patio de la casa.

Sean estas líneas de homenaje a D. Francisco Delgado Acosta, que nos ha dejado estos días, -el más sentido pésame a su familia-. Hombre comprometido con el monte, gran conocedor de la tierra, en algún momento fue a buscar pinocha a El Hierro, con un motovelero en los años 60, ya que en Tenerife no había un barranco que barrer. Los empaquetados de plátanos demandaban pinocha y no había donde conseguir una paca.

Francisco implicó también a la familia en el trabajo forestal, siendo hoy de las pocas empresas que limpia nuestros montes. No olvidemos que hoy tenemos menos de 100 trabajadores dedicados a la retirada de pinocha en Tenerife, mientras que en la época de Francisco teníamos miles de campesinos que abonaban los campos con pinocha, pero, sobre todo, hacían estiércol, con una importante cabaña ganadera, en pocas palabras, había un equilibrio monte-campesinos. La agricultura y la ganadería eran parte del medioambiente. Ahora nos hemos quedado con unas pírricas brigadas forestales para gestionar el monte y todas las actividades en los espacios protegidos.

Las cuatro gotas que han caído (20 litros/ m2) nos permiten escribir estas líneas de homenaje a D. Francisco, y a Heriberto Padrón (Bertín), este último afortunadamente con nosotros, a quienes decían, en los mentideros del Cabildo, la famosa frase “trabajas más que el chófer de Wladimiro”. Eran otros tiempos, en los que teníamos muchas horas en el campo, cuidando las relaciones con los campesinos. Creemos que tenemos que hacer un esfuerzo por acercar el campo, la economía y cultura agraria, a las personas, tanto por razones de ocio como económicas. El monte no lo podemos gestionar tras la pantalla de un ordenador, o detrás de la ventanilla del Land Rover. Ahora, empaquetamos leyes y órdenes que prohíben y limitan los usos de antaño, y nos parecen pocas, y comenzamos con la “Ley de cambio Climático”.

Tenemos en la administración una rica burocracia con muchos “títulos” y poca experiencia y conocimiento del medio. Hagan lo posible por dedicar más tiempo al campo, al conocimiento del terreno, a la sabiduría acumulada en los campesinos que habitan en cada barranco, cada montaña, que han aprendido con sus abuelos, el viento y el fuego, los comportamientos de la vegetación y del fuego con tiempo sur, con los alisios en Masca, en la Montaña de los Guzmanes, en el barranco de Tamadaya, Chifira, Tágara, Chavao, etc. El fuego y el tojo, el fuego y los brezos, el fuego en monte de hoja, etc.

Los plátanos y los pinos.

La retirada de pinocha en nuestros montes, está relacionada mayoritariamente con el abonado de la platanera. Es importante que establezcamos actividades agrarias que contribuyan a la retirada de combustible, al igual que otras actividades relacionadas con la madera, la leña, el carbón, etc., pero también trabajos de selvicultura, entresacas, corte de monte verde para usos agroganaderos. En una palabra, el monte y el medioambiente como actividad complementaria. La selvicultura no puede ser algo separado de la sociedad y la vida.  No olvidemos que los 40 frigos que enviamos cada día de plátanos a la península, alivian los costes de la cesta de la compra, porque vuelven cargados de alimentos.

Sean estas líneas para una lectura reflexiva sobre lo que hemos hecho bien, pero también de lectura crítica que nos haga ver que si la cosecha ha sido buena, en parte es por los puntos que nos ha dado la suerte, sin olvidar que apenas hemos tenido tiempo sur, que el verano, aunque ha sido seco ha tenido muchos días de alisio, es decir, en pocos momentos hemos superado los 30 Cº de temperatura, los vientos más de 30 Km/ h., y una humedad inferior al 30%, y por supuesto, los pirómanos han estado de “vacaciones”.

Creemos que hemos de poner más recursos en la gestión de la superficie forestal, sin olvidar que tenemos que cuidar y mejorar las relaciones entre la Administración y los vecinos, pero también implicarlos en la limpieza de las zonas pobladas, haciendo prevención con una buena actitud, con mayor implicación de la población rural y el Medioambiente, siendo las empresas quienes demanden pinocha para los cultivos de plátanos, y que contribuyan a la limpieza de los montes. Es algo básico la incorporación de más agricultores y ganaderos para cuidar los montes.

La miseria no debe ser el mejor aliado para luchar contra el fuego, como ocurría en los años de D. Francisco, ahora nos toca poner más recurso materiales y humanos para cuidar los montes. Más prevención, menos teorías y papeles, nos sobran leyes y faltan recursos a lo largo de todo el año y en todas las islas, como vimos este verano en Gran Canaria y vemos cada poco en California (veamos lo que ocurre estos días en el norte del estado norteamericano).

Nos tememos que la “Ley del Cambio Climático” es una moda que nos alejará más si cabe de la gestión eficiente del monte y la agricultura, en una sociedad que suma, que asocia trabajo, agricultura, medioambiente y no “miedo ambiente”, con más leyes y menos campesinos.

Animemos y valoremos social y económicamente a los que trabajan. No hagamos más papeles para gestionar un territorio plagado de leyes inaplicables, más trabajo y menos alegatos.