Los molinos de la playa de Las Cabras por los suelos
René
Acosta *
Las aspas de los molinos por los suelos
Cerca de esta playa de Las Cabras había cinco
molinos para la producción de energía eléctrica (energía eólica), los
cuales actualmente se encuentran por los suelos. Al parecer, porque no hay ningún
cartel que explique en que consisten las obras, se trata de sustituirlos por
otros de mayor envergadura. Como en las obras que se están llevando a cabo en
la Fuente Santa, da la impresión de que se tratara de obras clandestinas, de
las cuales no interesa se sepa en que consisten y para qué se hacen; nadie sabe
nada como si de un misterio fuese.
Máquina excavadora ‘en su lugar descanso’
-
Bases de los molinos derribados
Base de grandes proporciones, se supone, para los nuevos molinos
A falta de información no cabe sino hacerse
conjeturas. A juzgar por la maquinaria que se está empleando y por las bases
que se están construyendo en las proximidades donde antes estaban los molinos
que, al parecer, tratan de sustituir, los nuevos molinos deben ser de gran
envergadura.
Por lo general y como es preceptivo, en el lugar
donde se está realizando de cualquier obra pública debe haber un cartel bien
visible en el que se detalle en que consisten las obras, que organismo de la
Administración las promueve y licitó, la empresa que las está ejecutando y su
correspondiente presupuesto. Y encima, cuando se hace una crónica como la
presente, echan en cara que se está escribiendo sin conocimiento de causa… Es
decir, ocultan la información y luego te echan en cara desconocerla.
Pero mi pregunta es, ¿por qué no se le hace un
siguimiento al dinero publico que se está invirtiendo en esta isla de La Palma?
para carretera que se empiezan y no se terminan, y mientras los usuarios pasamos
trabajos por su mal estado, y con las obras amedias. Y todo esto con dinero público,
osea dinero de todos los ciudadanos en manos de malos gestores que nos están
llevando a la ruina.
La información sobre el destino de los dineros públicos
es un derecho de los ciudadanos en cualquier país democrático del mundo, la
cual no hay que suplicar, como están mal acostumbrados nuestros políticos,
sino que están obligados a divulgarla haciéndola de público conocimiento y
con total transparencia.
*
Reportero del periódico digital El
Canario
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