Desde
la tercera
Moción gomera
Ramón
Moreno Castilla
En primer lugar tengo
que decir que esto no es un chiste, aunque lo parezca. Mis compatriotas de la
llamada "Isla colombina", donde tuve la suerte de nacer, y en la que
"el más tonto es abogado", que no es mi caso, han tomado una drástica
decisión que ya adelanto no servirá absolutamente para nada, tal es el grado de
inexactitudes e incoherencias en las se ha incurrido.
Según dice un despacho
de la española agencia Efe, y transcribo literalmente, "El Grupo CC-CCN-PNC
en el Cabildo de La Gomera ha presentado una moción por la que insta a la
institución insular a solicitar del Parlamento de Canarias que mandate al
Gobierno regional para presentar ante la Asamblea General de las Naciones
Unidas la solicitud de declaración del Archipiélago canario como territorio con
plena autonomía interna. Asimismo, solicita al Parlamento de Canarias la
reforma del Estatuto de Autonomía, que incluya las competencias del Gobierno de
Canarias exigidas por la ONU, incluida la firma de acuerdos internacionales
como la Convención de la Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR).
En la moción,
CC-CCN-PNC recuerdan que estas competencias permitirían establecer el Mar
Territorial y Zona Económica Exclusiva (ZEE) de
Hasta aquí, la
información de la referida agencia de noticias. Pero, aunque no dispongo del
texto completo de la moción, de la que Pedro Medina ya me había informado con
anterioridad, así como, de su presentación, no me queda más remedio que
calificar esta iniciativa como un auténtico "brindis al Sol". Estamos
ante "una mera y simple declaración de intenciones", como tantas
otras, sin más efectos que el eco mediático que ha producido, y el efímero
protagonismo de sus autores. Parece que la coalición CC-CCN-PNC o, en todo
caso, quienes hayan redactado dicha moción, han oído
campanas y no saben donde; ¡¡y eso que las campanas de la Iglesia de la
Concepción de la Villa son bastante sonoras!! ¿Qué pasa, que ahora se ha puesto
de moda lo de "territorio con plena autonomía interna"? ¿O, como de
forma embaucadora dice ahora, a estas alturas, Ángel Cuenca, "hay que ir
paso a paso, y este sería un paso previo para obtener la independencia"?
La petición de esta
"modalidad" de status político, sin exigirle abiertamente a España la
elaboración conjunta de un calendario de descolonización de Canarias es, en mi
opinión de patriota consecuente y plenamente comprometido con la independencia
de nuestra tierra, seguir haciéndole el juego a la metrópoli, y esconder la
cabeza debajo del ala, para no ver la insostenible situación de nuestro
Archipiélago: ¡¡una descarada colonia española en África que la legalidad
internacional ya no contempla ni ampara hoy en día!! ¿Van a seguir los pseudonacionalistas manipulando y, lo que es peor,
despertando falsas expectativas al pueblo canario con otra milonga más? Esta
moción, que no se sostiene desde todo punto de vista adolece, además, de la
legitimidad de la que carece ese antro político, repito, que es el Parlamento
de Canarias, supuesto "mandatario", dado que sus resoluciones no son
para nada vinculantes. ¿Tendrá algo que ver acaso la forma, el modo y cómo
accedió Canarias al proceso autonómico español, que en lugar de hacerlo por la
vía del Artículo 151, como los llamados "territorios históricos", y
la misma Andalucía, se nos metió de cabeza por el encorsetado Artículo 149 y la
eufemística e insufrible LOTRACA?
Lo que está pasando
aquí (el tal Jorge Dorta, de Mencey Macro, ya se refirió también a ese
"modelo", como si hubiera descubierto la pólvora) es que se está
desvirtuando la realidad y se están utilizando "edulcorantes
políticos", sustituyendo la sagrada e irrenunciable independencia de
Canarias por sucedáneos. ¿Con qué intención y con qué objetivos, que no sean
seguir contribuyendo a la ceremonia de la confusión en la que está inmersa este pueblo hace tiempo?
La oportunidad, o
mejor, el oportunismo político de presentar esa moción ahora habría que
encuadrarla en la enorme carajera que se ha montado
con las dichosas prospecciones petrolíferas donde todo el mundo, excepto el
Partido Popular, se oponen a llevarlas a cabo; pero nadie que se haya
manifestado públicamente, ha protestado ante el hecho de que España se disponga
a perpetrar el mayor acto de piratería de la historia moderna, al pretender
disponer de unos yacimientos de hidrocarburos que no le pertenecen dado que
están localizados en otro continente, y no en su plataforma continental europea
sino en la plataforma continental africana de otro país.
Por otra parte, el
precario soporte jurídico de esa moción se ha pretendido encontrar, al parecer,
en el famoso epígrafe e) del Artículo 305 de la Parte XVII, Disposiciones
Finales, del vigente Convenio del Mar (que consta de 320 artículos divididos en
17 Partes Principales y 9 Anexos Técnicos) emanado de la Convención de Jamaica
de 1982, pero nada más lejos de la realidad como veremos el próximo sábado, ya
que ahora no dispongo de más espacio; remito, pues, a los amables lectores al
próximo artículo donde analizaremos el mencionado artículo en su integridad, y
veremos los inaceptables argumentos de la susodicha moción.