Un mercado emergente

 

Ramón Moreno Castilla

Como aquí no se trata de quién lo dijo primero ni de reclamar el "copyright", no tengo el menor inconveniente en reconocer las buenas iniciativas; sobre todo, lo que parece una obviedad pero no siempre estuvo tan claro: que África, como he defendido siempre, constituye sin duda alguna el mercado natural para el empresariado canario. Por ello resulta muy gratificante que instituciones académicas, organismos públicos y operadores financieros así lo reconozcan y apuesten decididamente por potenciar las relaciones comerciales de Canarias con ese importante, y a la vez cercano, mercado emergente.

La noticia, por tanto, no puede ser más aleccionadora: cerca de setecientas empresas canarias venden ya sus productos fuera del Archipiélago, que, por otra parte, constituye nuestro mercado interno. Expertos en comercio exterior, inversores y banqueros resaltan en una serie de ponencias el enorme potencial que tiene el continente africano. En efecto, en unas jornadas celebradas en el Club La Provincia de Las Palmas, para abordar el fenómeno de la internacionalización de las compañías de las Islas, la profesora de Economía y Dirección de Empresas de la ULPGC Sonia Suárez destacó que un total de 685 empresas canarias colocan parte de su producción en otros países, o se han decidido a fabricarlos para su comercialización lejos de nuestras fronteras.

Esa cifra, casi el doble de las 379 censadas en 2006, fue uno de los datos más relevantes que arrojó este encuentro, desarrollado en el marco de la Cátedra La Caixa de Estudios Financieros y Bancarios, organizada por esa entidad catalana y la ULPGC. La profesora Suárez recalcó en su intervención la enorme importancia de la expansión empresarial de Canarias hacia otros mercados alternativos, máxime teniendo en cuenta el agravamiento de la crisis. Así, y después de enumerar los riesgos y beneficios que supone dar un paso de este tipo, subrayó que el 4,88% del PIB canario en el año 2010 procedió de la facturación en el exterior, lo cual no está nada mal si consideramos que el 75% de nuestro PIB procede del sector terciario, los servicios y el turismo.

Es importante resaltar, asimismo, que las empresas canarias, con unas ventas medias anuales de dos millones de euros, se han centrado en invertir en servicios de alojamiento y actividades deportivas y recreativas en el exterior, con especial relevancia en el último lustro en los Países Bajos, República Dominicana, México y Turquía. A pesar de ello, África sigue siendo, en opinión de la ponente, y como siempre he abogado en todos los foros empresariales en los que he intervenido, la principal apuesta de los empresarios canarios por su tremendo potencial.

Por su parte, el director de la División de Promoción de la empresa pública Proexca, Pedro J. Monzón, enumeró en su intervención las líneas de apoyo del Gobierno autonómico para facilitar la implantación de empresas canarias en el extranjero. Por cierto, y a propósito de este señor, debo decir que en la etapa de Juan Guedes (una gran persona y un caballero) al frente de Proexca acordamos la firma de un Acuerdo de Colaboración entre esta empresa y la Corporación Canaria para el Desarrollo y la Cooperación Internacional de la que yo era socio con un 10% del capital desembolsado y dirigía entonces; y que el señor Monzón no solo se dedicó a boicotear la firma del acuerdo en cuestión, sino que, por pura envidia, supongo, llamaba a mi empresa, de forma peyorativa, "Corporación Dermoestética". Debo señalar, igualmente, que sigo pensando, y así lo he manifestado públicamente, que las empresas públicas del Gobierno de Canarias, que solo sirven para enchufar amiguetes y acólitos, son todas deficitarias; y lo que es peor, les hacen la competencia desleal a las empresas privadas o, en su caso, las boicotean. Así que los cantos de sirena del señor Monzón habrá que tomarlos con muchas reservas y precauciones.

También tomó parte en ese evento empresarial el responsable del departamento de Comercio Exterior de La Caixa, Antonio Viñoly, quien describió los productos financieros que ofrece su entidad para dar cobertura a los inversores que tratan de hacer negocios fuera. Y de la misma forma que resalto una cosa, denuncio otra. Recuérdese que: primero, la implantación de La Caixa en nuestro Archipiélago fue producto de una bien elaborada operación de ingeniería financiera propiciada por ciertos prebostes grancanarios, que compraron la banca catalana Garriga Nogués para formar el Banco de las Islas Canarias, que una vez estaba consolidado en todas las Islas se le entregó a La Caixa con toda su red de oficinas; y segundo, Canarias no dispone ya de ningún banco (el llamado Banco de Canarias del eximio prócer grancanario Matías Vega Guerra, del que era director general el fallecido Jesús Gómez Rodríguez, fue vendido al Banco Central de la época); con respecto a nuestras cajas de ahorros, ya se ha visto cómo Cajacanarias de Tenerife fue absorbida por Banca Cívica, y la Caja Insular de Ahorros de Las Palmas lo fue por Bankia, que miren ustedes la que tienen montada.

O sea, la última gran infamia del colonialismo español se traduce en que los ahorros de los canarios y los activos financieros de nuestras empresas se gestionan desde España y desde Cataluña, para mayor escarnio y oprobio de este pueblo, condenado a desaparecer de la faz de la tierra. Para mayor abundamiento sobre este tema, emplazo a los amables lectores a mi artículo de mañana domingo en mi sección Gran Angular, titulado "¡¡Bankiarrota!!".

rmorenocastilla@hotmail.com

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