Los misiles se lanzaron con mentiras británicas;

que Londres responda  

 

    El Presidente de Francia alardeó neciamente, en una entrevista en la televisión nacional el domingo 15, que él, junto con la primera ministra británica Theresa May, convencieron al Presidente Trump para que diese marcha atrás en sus planes y que mantuviese las fuerzas militares de Estados Unidos en Siria, “por un largo plazo”. Esta descarada declaración significa que el Reino Unido y Francia exigen a Estados Unidos no solo una guerra sinfín más en el Medio Oriente, sino una confrontación en escalada contra Rusia y contra China.

   Como lo dijo este domingo 15 un ex diplomático británico en Londres: “Por esa vía es la locura”. Hamlet hablaba con desprecio de las naciones que hacen la guerra por una parcela de tierra tan pequeña que ni siquiera puede sostener una de sus batallas. Aquí tenemos que estas naciones están siendo arrastradas hacia una guerra mundial termonuclear, por sucesos que nunca ocurrieron.

    La evidencia: El envenenamiento o intoxicación con substancias químicas en marzo, del ex doble agente ruso Sergei Skripal, en Salisbury, Inglaterra, el gobierno de Theresa May culpó furiosamente a Rusia; pero las invenciones británicas sobre este suceso se están derrumbando.

    En medio de su representación dramática, la ministra exigió y consiguió la expulsión de cientos de diplomáticos rusos de Estados Unidos y varios países de la Unión Europea (a la que el pueblo británico decidió abandonar).

   Pero el laboratorio Spiez, del Departamento Federal Suizo para la Defensa y Protección, que es uno de los cinco principales laboratorios sobre armas químicas designados por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), encontró que Sergei Skripal y su hija fueron envenenados por una droga inocua desarrollada en el Reino Unido y en Estados Unidos por las fuerzas militares de la OTAN hace 50 años. ¡Eso explica por qué se recuperaron! Pero eso no explica por qué las muestras que le dio el gobierno británico a la OPAQ, también contenían un gas nervioso del tipo desarrollado en la antigua Unión Soviética, en una concentración tal que hubiese matado a los Skripal muy rápidamente.

    Londres tiene que explicar esto; y tiene que responder si está presionando a la OPAQ para que no haga público los resultados encontrados en uno de sus cinco laboratorios más confiables.

   Ni ocurrió un ataque del gobierno sirio con armas químicas en Duma, como lo explicó el veterano de la inteligencia del ejército de Estados Unidos y senador estatal de Virginia, Richard Black, en una entrevista el 12 de abril que se ha difundido por Internet. El laboratorio científico de Damasco que fue destruido por los misiles estadounidenses, británicos y franceses se había verificado en los informes de la OPAQ que no tenía ninguna actividad de armas químicas desde hace un mes, y se volvió a verificar ¡hace dos semanas!

   La inteligencia británica, la primera ministra May, y el ministro del Exterior Boris Johnson tienen que explicar esto.

   Helga Zepp-LaRouche dijo ayer que el Congreso de Estados Unidos, y los parlamentos de Europa, deben exigir explicaciones; lo que está en juego potencialmente es una guerra. Por lo pronto, los británicos le han dado la ventaja a los grupos yihadistas y terroristas en Siria, para llevar a cabo más ataques con misiles crucero en Siria, orquestando otros “ataques químicos”.

   El “expediente de Steele”, perpetrado por agentes de alto rango de la inteligencia británica en el MI6, ha sido la base fraudulenta para ejecutar un intenso plan para forzar al Presidente Trump a que acepte los planes geopolíticos británicos y la confrontación con Putin y con China, y luego hacerle un juicio político.

   Todas estas son farsas, el tipo de inteligencia falsa con la que el gobierno británico de Tony Blair empujó a Estados Unidos a lanzar una guerra contra Iraq, y del tipo de mentiras con las que la inteligencia británica preparó el camino hace un siglo para lanzar la Primera Guerra Mundial.

   May y Macron se han exhibido demasiado. Estados Unidos no tiene por que ser el eterno pendejo que se va a la guerra por las mentiras británicas. La mayoría de los veteranos estadounidenses de las guerras del Golfo Pérsico, por ejemplo, saben o sospechan firmemente que Trump está siendo engañado con los ataques de “falsa bandera”. Lo están engañando para lanzar una guerra, los mismos grupos que lo quieren llevar a juicio político.

   Trump contemplaba sacar las fuerzas militares de Estados Unidos de Siria; la economía de Estados Unidos necesita desarrollo con urgencia, nueva infraestructura, nuevas tecnologías. Y necesita vincularse a los proyectos de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, y con el capital de China.

 

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17 de abril de 2018 —