Mira, que me lo habían dicho...

«» El Padre Báez *

... Que no le dejaban hacer obras dentro de su cueva. La verdad, que me parecía el mayor de los absurdos, que usted vaya a reformar el interior de su casa, ¡yo qué sé!, tumbar una pared, ensanchar un pasillo, tapiar o abrir una ventana, hacer una reforma, o lo que le dé la gana, que para eso es su casa, ¡pues no señor! Y si es una cueva, ¡menos! pida permiso, y permiso que le viene denegado, y si hace algo en la cueva, más vale que se embarque, y no lo cojan, porque si lo trincan, no multa, sino multazo y prisión.

Y es que ya uno, usted o quien quiera no es dueño de lo suyo, y ello ya sea un terreno, una casa o cueva. Y es el caso que te denuncia un mal vecino, que te ve sacar tierra del interior de la cueva, y ¡ya la cagaste tío, si no tienes permiso! Te cae la guardia civil encima cual si fueras un delincuente o traficante de droga, por el simple hecho de ampliar el habitáculo donde meter los muebles y andar más cómodo, ¡pues no señor! No toque usted el risco, y déjelo como su padre, abuelo, bisabuelo o tatarabuelo lo dejó, justo cuando el ajuar de la cueva era una estera en el suelo, y un gánigo para el agua, sin más. Que te investigan, y se te cae el pelo. Que te lo consideran delito. Por de pronto te llaman presunto autor de daño en tu cueva; y es que sin autorización, ahora mismo no vamos a poder ir ni al retrete.

Usted es el dueño de la cueva, pero no el administrador, que éste es el cabildo (como de las cabras, el dueño de todo). Ampliar su cueva, es un delito, según el número “x” del código penal, y su artículo “y”, y ello porque esa cueva suya tiene la desgracia de estar en un B.I.C., o formar parte de un parque (no el de san Telmo o del Puerto, sino de un rural cualquiera, o estar en una reserva de la biosfera (que seguro usted -pobre hombre sin estudios-, de todo esto, ¡ni puta idea!, porque permiso al ajunta y miento, permiso a cultura, permiso a patrimonio, permiso a lo histórico, permiso al cabildo, permisos y más permisos, para coger un pico y dale que te pego. Pues que el chivatazo llegó al seprona, que va y comprueba, que usted ha cambiado la estructura de su vivienda, y la cosa pasa a denuncia administrativa por infracción al artículo “z”, apartado “a”, del decreto legal “o”-seguido del año, con fecha de día y mes, donde textos refundidos de leyes de ordenación, más el artículo “j” (de jodido), con el apartado de “i” (i de imbécil) de la ley número n/mm del matrimonio de la historia del Tabaibal, y enviadas a la institución que protege el miedourbano y natural de esta ciudad y su cabildo. Ahora le toca al cabildo un informe en el que evalúe el daño producido a la cueva, con los perjuicios realizados, con lo que desaparece lo viejo, por una transformación irreversible, alterando la forma primigenia de la cueva, con lo que ¡maldita la hora que mi amigo cogió el pico y se lanzó en aventura desconocida, que le va a costar cárcel y multa, multa y cárcel!

El Padre Báez, que le sugiera: si va usted a hacer algún trabajo en su domicilio, lo suyo tiene la denominación de grave, pida antes autorización, lea por favor antes la ley número r/seguida de tres números, de cosas de la Historia, el artículo más de medio centenar. Pero antes, el ajunta y miento le habrá parado la obra, y ya después el procesamiento del seprona, que le investiga supuestamente y que siempre resulta ser cierto y real y no supuesto, y su puesto es tres años de cárcel, más el desembolso económico, por coger un pico y arañar su cueva.  El que avisa, no es traidor”: usted, no dé un timbalazo en los suyo, ¿de acuerdo?, si no, absténgase a las consecuencias.

  * Fernando Báez Santana, Pbtero.

 

Artículos del Padre Báez  publicados en El Canario.net y en El Guanche.info