LO
MEJOR DE BIN LADEN
Padre Báez
*
Porque no hay nadie, que por muy malo que sea, no tenga algo
bueno. Y no es por lo de los andaluces: “¡tor mundo es güeno!”, sino que
es la condición humana; creo que solo el diablo, es el único que no tiene nada
bueno; precisamente, se le denomina como el poseedor de todos los males, o el
infierno -su residencia o morada- como el lugar de todos los males del mundo
(universo). Y volviendo a Osama, a quien, menos guapo, le están diciendo de
todo; no es que vaya un servidor a ser su defensor, ni siquiera -¡Alá me
libre!-, hacerle un juicio moral, que allá él con su conciencia, si es que lo
han matado, porque la prueba del delito -no matar- está por verse. A mí (un
servidor), que me digan que echaron sus restos mortales o despojos al mar, a los
delfines o peces que por allá navegaran, es algo que no me convence. Aquí, o
muestran el trofeo, o “nanay”, que diría el otro.
Sigo,
o vuelvo con la bondad del protagonista que estos días llena periódicos,
espacios televisivos, tertulias, y mil parafernalias más de los así llamados
medios de comunicación, que ahora ya no se tienen que preocupar de otra cosa
-incluido un servidor, que aparca el tema de las cabras y los pinos para mañana
u otros días-, por mor de el jefe de AL QAEDA. Un ser humano, diez años menos
que un servidor y que, como dije en el título de este comentario, algo bueno sí
que tenía, y en cuanto ya dije que no me iba a meter en su dimensión moral,
tampoco en la espiritual -añado ahora-, me queda la condición física. Pues,
¡vamos a ello! Aunque me imagino, algunos ya me estarán crucificando, y ello
sin acabar de leer lo que les voy a decir. Pues -repito- ¡al grano!
Sobre lo malo, malo -o ruin de
su vida, en decir de Santa Teresa de Jesús (lo de “ruin”)- o malísimo de
mi personaje, ya hay quienes se ocupan en el repaso de su vida de medio siglo,
haciendo de su biografía, la de un personaje quijotesco -por su físico- y por
las aventuras maléficas, un personaje de película, y no dudo que pronto algún
cineasta emprenderá la tarea o empresa. El guión está más que reescrito.
Incluso es hasta personaje de cuento, en cuanto lo vemos o imaginamos metido
-como los guanches- en cuevas. Es posible me esté dilatando, con algo de pereza
a la hora de emprender la tarea de descubrir lo que, hasta ahora -creo- nadie ha
dicho, y que justifica el título de este mi escrito: “lo mejor de BIN
LADEN”. A lo mejor, hasta esté suscitando el deseo imperioso de alguien que
estará pensando, con ansias, pero “¡que lo diga ya!”, aunque otros habrán
dicho -sin faltarle razón- “¡este tío (un servidor), está loco o como una
cabra!”, pues les concedo la razón. A lo mejor, al final, estén todos de
acuerdo conmigo y retiren esos pensamientos u otros, que sí son malos, y para mí,
en la línea “bin-ladenera”.
En adelante, no sé si se
cambiará la expresión: “¡malo como el diablo!”, por la de “¡malo como
BIN LADEN!”, pero fuera lo que fuere, vengamos ya de una vez a la bondad de
este ser humano, por tanto, de nuestra especie y condición. Así, que del mismo
barro, más o menos. ¡Es la condición humana! ¡Nada, que siempre me cayó
simpático -al margen de sus tropelías, las que, como es lógico, no comparto,
como el 78,5 % de la humanidad, porque partidarios tenía, tiene y tendrá; o
tuvo, tiene y no le faltarán, pero que no van por ahí los tiros, ya lo dije y
repito! Y hablando de tiros, de esto sabía más que cuatro, aunque está por
ver el que a él le pegaron, dicen que en la cara o cabeza...
¡¡Ya!!: que cuando todo el
mundo -o más de medio mundo-, se sienta en sillones, que nos estropea la
espalda, y daña nuestra columna vertebral, nuestro personaje, se sentaba a lo
oriental, en el suelo, en la postura de yoga conocida como padmasana, o
lo que es lo mismo, la postura de los pies cruzados, también llamada la postura
del loto, o también del Buda. También
se la conoce, como la postura del maestro, del gurú; y en ocasiones, la del chela
o alumno. Pues, ya ven, que si es verdad que lo mataron -un servidor, lo duda-
al menos, nos dejó esta buena lección: la de sentarnos en el suelo con los
pies cruzados; y en ello, hasta los yoguis guanches también nos dejaron el
mismo ejemplo, pues ahí tenemos a las dos joyas más valiosas del Museo
Tabaibero (antes canario), las figuras -que no ídolos- de Jinámar (realmente
de Las Palmas no hace falta decir “de gran tabaibal” [antes gran canaria],
porque no hay otra), y la otra, la de Tara (que realmente es de Gáldar y no de
Telde), y ambas están en la postura dicha, de los pies cruzados. Y es que
vivimos en un mundo de mentiras (por la procedencia de las figuras, ¡y otras!).
En fin, me salió la vena
arqueológica, hablando de BIN LADEN, ¡qué vamos a hacer!; que también salió
la yóguica, pero es que Bin Laden da para mucho y, como acabamos de ver, no
todo en él fue malo: nos ha enseñado a sentarnos correctamente en la silla que
nos dio la madre naturaleza, en la que Buda alcanzó la iluminación, la postura
por antonomasia del yoga, la postura que centra, relaja, y favorece la meditación.
En fin, que vivo o muerto hay que agradecer a BIN LADEN nos haya enseñado algo
vital para nuestra salud: menos sillas, sillones, sofás, hamacas, y similares,
para tener la columna derecha, las piernas -que son la base, las que nos
sostienen y transportan o trasladan- en buenas condiciones. Es postura que
favorece el riego sanguíneo, la serenidad, la paz, etc., etc. Y toda vez que
hoy no vine a hablar sobre el yoga, que a tal fin tengo publicados sendos libros
(“El Camino del Yoga”, “Yoga Guanche” y “Yoga en el Fútbol”)[1], a mis
obras les remito, y si, como dice un slogan o refrán yóguico: “más vale un
gramo de práctica que quintales de teoría”, suba usted a Lomo Magullo, y en
el Colegio Padre Collado, los sábados de 13,00 horas hasta las 16,00 tenemos
sesión -gratis- de yoga (si así lo hiciera, no se olvide llevar: toalla,
bocata, agua y fruta; también ropa adecuada).
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El
Padre Báez, que no ve todo en BIN LADEN malo; algo bueno, buenísimo nos ha
dejado, si es verdad que lo mataron: la postura de
padmasana (o de los pies cruzados).
[2]Los caminos del yoga (video)