Marruecos
sigue ahí
[La única solución que nos queda a los canarios antes
de que se precipiten unos acontecimientos que están al caer -porque el movimiento
se está acelerando- es que el Gobierno español le devuelva a Canarias la
libertad que les fue usurpada a nuestros antepasados hace casi seis siglos… ¿Qué
están haciendo los gerifaltes y mamones de Coalición Canaria por su tierra?]
"Yo nunca me he equivocado", ha dicho Isaac
Valencia en relación con su idea, por lo demás muy acertada, de que Marruecos
invadirá Canarias cuando quiera. Eso es un hecho que está ahí, pendiente de que
el Gobierno marroquí decida actuar de la noche a la mañana -es decir, sin
previo aviso- porque el Archipiélago se encuentra en la Zona Económica
Exclusiva de Marruecos. Llegado el momento, España no hará nada porque nada
podrá hacer. Militarmente hablando, el Estado español no podrá emprender
ninguna acción porque Canarias está a
La
única solución que nos queda a los canarios antes de que se precipiten unos
acontecimientos que están al caer -porque el movimiento se está acelerando- es
que el Gobierno español le devuelva a Canarias la libertad que les fue usurpada
a nuestros antepasados hace casi seis siglos. Siendo una nación independiente y
con su Estado desaparecerán de golpe muchísimos de los problemas que nos
afectan ahora mismo. Saldremos de la crisis económica y dejaremos de pasar
hambre porque, dueños de nuestros recursos, habrá trabajo y pan para todos. No
existirán problemas en las relaciones con Marruecos, pues éstas serán las
propias entre dos países vecinos y civilizados. Una situación de normalidad que
es imposible entre España y Marruecos, porque España ha sido tradicionalmente
una nación agresora e invasora de territorios que, como decimos, no le
pertenecen. Marruecos también ha sido víctima de la rapiña española, como lo
continúan siendo nuestras Islas en la actualidad. En esa normalidad de
relaciones, Canarias y Marruecos podrán decidir el trazado de la mediana y
otros muchos asuntos de importancia.
La
independencia también nos aportará el beneficio de la desaparición de Paulino
Rivero y de su esposa de la escena política. Librarnos de esta pareja, así como
de sus secuaces políticos, supone una ventaja equiparable a la de romper las
cadenas coloniales. Lo que han hecho con CajaCanarias,
una institución tan querida por los tinerfeños, clama al cielo. Acierta el
senador y portavoz del Grupo Popular en el Cabildo de Tenerife, Antonio Alarcó, al calificar de "vendetta política" la
desproporcionada e innecesaria intervención del Gobierno de Paulino Rivero en
la naciente fundación de esta entidad financiera. Considera Antonio Alarcó que esta decisión no conduce a nada.
Conduce,
añadimos nosotros, a satisfacer el ego de Rivero y sus compinches políticos.
Falsos nacionalistas que han engañado al pueblo con promesas de libertad porque
lo único que han querido siempre es mantenerse en el poder con coches
oficiales, mansiones y hasta vuelos en helicóptero, todo ello pagado con el
sudor de un pueblo que pasa hambre. ¿Puede haber crimen más grande? Estas cosas
solo las hace un canalla político que ha vendido a su tierra y su entidad de
ahorro más importante. Nos ha vendido a todos no solo a los intereses de los
peninsulares, sino también de los canariones, que son aliados y
colaboracionistas de los españoles para mantener sometida colonialmente a
Canarias. Lo peor es que Rivero sigue apoyado por un partido que desaparecerá
después de las elecciones de 2015, según vaticina Lorenzo Olarte. Ni siquiera
eso: desaparecerá incluso antes de las elecciones si sus dirigentes no
reaccionan y se quitan de encima a la lacra política de Rivero y su comparsa.
¿Qué
están haciendo los gerifaltes y mamones de Coalición Canaria por su tierra?
¿Qué está haciendo en Madrid Anita Oramas? ¿Qué están
haciendo inutilidades políticas como Barragán o Ruano? Pertrechándose para
vivir de las rentas; eso es lo que están haciendo porque eso es lo único que
les preocupa. Aspiran a vivir no solo de las rentas visibles sino también de
las ocultas cuando el pueblo por fin les dé una patada en el trasero y tengan
que abandonar la poltrona. Por culpa de todos ellos estamos sumidos en un pozo
negro de miseria y hambre.
Comentario de ‘El Día’, 2013-04-15