¿Mal
tiempo en Canarias?
Wladimiro
Rodríguez Brito *
El
lenguaje y el valor de las cosas dependen de la valoración subjetiva que todos
nosotros hacemos de éstas; en medios de comunicación, buen tiempo significa
sol, playa, disfrute del ocio, etcétera. Para un agricultor, un pastor o para
aquellos que tenemos compromiso con la naturaleza, la lectura que hacemos es
otra. La naturaleza no sólo nos ofrece la lluvia como elemento aislado, sino
que en este paquete también viene el aparato eléctrico, el viento y, por
supuesto, la sequía. Por lo tanto, el buen o mal tiempo depende de la situación
de cada uno en la sociedad que vivimos. Han tenido buen tiempo en Lanzarote y
Fuerteventura a lo largo de este mes de diciembre los amigos de la playa y todas
las actividades del ocio; sin embargo, para el resto de habitantes de las Islas
la borrasca que quedó frenada entre Tamarán y Tenerife, los dejo huérfanos
del preciado líquido. Valga como referencia que en Haría, en todo lo que va de
octubre ahora, sólo han caído
¿Podemos
pedir a los servicios de meteorología que nos den el comportamiento del tiempo
a la carta? Es otro de los interrogantes que nos plantean los tiempos actuales,
pues en la pasada alerta y las distintas categorías de ésta hemos visto
marcadas diferencias en el comportamiento de la lluvia, del viento; es decir, la
topografía de las Islas y la orientación de éstas hace que sea difícil
predecir lo que va a ocurrir en cada barranco, en cada montaña e incluso en
localidades próximas dependiendo de la orientación de éstas. Por ello, estas
líneas pretenden hacer una reflexión en voz alta de lo que tenemos que
aprender y del agradecimiento a los que han estado al frente de los servicios de
meteorología en estos últimos tiempos. En primer lugar, la borrasca que nos
visitó y entró por el Hierro y La Palma quedó frenada y bloqueo su
trayectoria entre Tenerife y Gran Canaria e incluso regó la parte occidental de
Gran Canaria (entre Gáldar y Mogán) dejando huérfana de las demandadas
lluvias a la parte oriental de Tamarán y, por supuesto, a Lanzarote y
Fuerteventura.
Hagamos
una lectura de lo ocurrido en Tenerife. Hemos tenido en diciembre uno de las
mejores épocas de los últimos noventa años, pues, según el amigo Florencio,
agricultor de 89 años que vive en Chimaje (Agache), y la información de su
hijo, que ha seguido con un pluviómetro en los últimos 17 años las lluvias
registradas en esa zona de Agache, han sido las siguientes: 305 litros/m2 el día
2 de diciembre,
Todo
ello beneficia, y de qué manera, a la vegetación y al mermado acuífero de la
isla de Tenerife, en el que sus galerías han experimentado unas mermas
significativas en los últimos años. Es en este plano en el que también
tenemos que valorar el agua que ha entrado en algunas balsas desde Valle Molina
en Tegueste, Trevejos en Vilaflor o la balsa de Taco en Los Silos-Buenavista.
Por lo tanto, estamos de enhorabuena porque el “mal tiempo” nos ha dejado el
preciado líquido, tan valioso en esta tierra. Por ello, más allá de los
problemas que ha dejado el viento o los desperfectos que ha dejado el agua en
algunos barrancos, que en muchos casos hemos sido unos intrusos y nos hemos
olvidado del respeto a las leyes de la naturaleza, creemos que es oportuno
destacar la riqueza que la naturaleza nos ha dejado y cómo se recuperarán
nuestros montes y, en particular, las zonas poco afortunadas por la lluvia, como
pueden ser Archifira, Chajaña, Majada del Río, Lomo Cho Blas, etcétera; es
decir, como nos dice el amigo Florencio de Chimaje, estos días han sido de los
más afortunados para el campo en el largo recorrido que él ha vivido junto al
barranco de Achacay, en el que, en sus 89 años, sólo recuerda algo similar en
los años cincuenta.
Querido
lector, estamos en la obligación de ser más humildes en la lectura de la
naturaleza, de observar el comportamiento de ésta y de aprender a respetar las
leyes que nos impone en el territorio, y a leer de una manera más crítica la
información, aunque venga de las nuevas tecnologías. Así el falso huracán
que se planteó el miércoles indica cómo no todo lo que la informática nos
aporta es trigo limpio y, como consecuencia, hemos de leer con mucha humildad lo
que nos dicen los sabios formados en la universidad de la vida y lo que por otra
parte nos aporta el sentido común, el compromiso de trabajo y, en una palabra,
que gestionar un territorio como es el caso de esta isla picuda requiere
esfuerzo, sencillez, voluntad de aprender… Y que sobre todo la naturaleza no
la podemos gestionar a capricho ni con unos planteamientos egoístas a corto
plazo, como hemos visto estos días, cuando algunas calles se han convertido en
barrancos, o lo que ocurrió en el túnel de Guasa, en el que hemos metido la
carretera por el cauce del barranco, asunto éste que tiene que ver con otros
barrancos de la costa, incluido el entorno de Santa Cruz de Tenerife, en el que
hemos alargado la línea de costa con cauces totalmente horizontales donde el
agua pierde la capacidad de transporte que tiene a lo largo de un cauce
pendiente. Por ello, estas líneas pretenden que hagamos una reflexión humilde
sobre el tiempo, la naturaleza, más allá de lo que haga el cambio climático o
de la presión demográfica que tiene nuestro pesado territorio.
*
DOCTOR EN GEOGRAFÍA
Glosario:
Tamarán
Chimaje
Agache
Tegueste
Trevejos
Taco
Archifira
Chajaña
Achacay
Otros
artículos de Wladimiro Rodríguez Brito publicados
en El Canario