Abuso
y mal ejemplo del Servicio de Correos
Cuando
me dirigía a San Telmo, en la calle Tres de Mayo, a la urbanización allí
situada, que, por cierto, está prácticamente en ruinas, me encontré un furgón
de correos aparcado y bloqueando completamente una acera. Si en mi lugar
llega a ser una persona mayor, o un minusválido en silla de ruedas, se vería
obligado a abandonar la acera, con el peligro de que se vuelque la silla
produciendo una desgracia. Y si es una persona mayor que le cueste bajar de la
acera, y se baja, y al cruzar un coche le atropella, ¿quién sería el
responsable?
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Lo
más extraño es que los coches privados sí que están bien aparcados, como
puede ver en la foto que ilustra esta crónica. Salta enseguida la pregunta ¿será
que la policía local multa solo a los coches privados y a los de servicio público
no? Porque por allí pasó un coche de la policía local y siguió de largo.
Se
comprende que el servicio de correos se las ve y se las desea para aparcar
correctamente cuando tiene que hacer una entrega de correspondencia, pero lo que
no es de recibo es que, como comenta un vecino, “desde que terminan la jornada
lo aparcan ahí, sobre la acera, hasta la mañana siguiente que salen a
trabajar". Los empleados públicos deberían ser los primeros en dar
ejemplo de civismo, cumpliendo y respetando las normas. El ejemplo, sin embargo,
está en los coches privados que sí cumplen con las normas y de no hacerlo
tienen que cargar con la correspondiente multa.
Estos
son malos ejemplos, sobre todo para los niños de la zona, porque se le está
enseñando que por ser funcionario, sea de Correos o de otra administración,
pueden hacer lo que quieran, y si ven que pasa la policía local y no les multa,
más se lo creen.
Todos/as
debemos respetar las aceras; la calle para los coches y las aceras para la
gente, y punto pelota.
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Reportero del periódico digital
El Canario.