“NO
HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA”
Padre
Báez *
Refiero
este refrán, a la situación actual del campo, ya que, gracias a la crisis, es
posible se vuelva al campo abandonado o dejado por mor de los turistas en otro
tiempo y hasta el presente. Y es que, ante el paro, el hambre (la crisis), y la
miseria en que vive el Tabaibal, los que más en espakistania, algunos, se están
volviendo al campo, al saber que única y solo de allí, viene la recuperación
económica y otras.
En otro tiempo, cuando existía aquí la agricultura y la ganadería -entonces
sin turistas- nadie pasaba hambre, nadie estaba en paro, no había crisis. Y
cuando los hay que solo esperan darnos las cifras de parados y las falsas
esperanzas sobre los paupérrimos turistas, los hay que se vuelven con
humildad a revolver la tierra, conscientes de que van a tener comida segura, y
trabajo, ¡desde ya mismo!
Y, aunque es en cifras ridículas, se ve la tendencia en el aumento, por aquello
que ya dijera Aristóteles: “el hombre es un animal de repetición”, y por
tanto hace lo que ve hacer; esto nos hace tener confianza en un futuro halagüeño,
que tardará lo que se tarde en regresar al campo, de donde nunca se debió
haber venido o vuelto, dejándolo solo y abandonado.
El campo, que da trabajo y a más, no ha hecho sino comenzar, y aunque es tímida
y casi ridícula la cifra de los que regresan a donde en otro tiempo había
riqueza, limpieza, orden, se va a encontrar de retamas y yerbas protegidas,
nacidas durante el abandono en sus tierras, van a tener un gravísimo problema,
porque aunque ellos quieran cultivar, tendrán que hacerlo de noche o en medio
de la bruma, porque como los vean dañar a las hierbas protegidas, toda la vida
trabajando a posteriori, no les dará dinero suficiente para pagar multas, o
dejará de trabajar el campo para ir a la cárcel. ¡He ahí el dilema!, ¿qué
y cómo hacer?
Por otra parte, son tantos y han sido tantos los que han abandonado el campo,
que los que regresan tardarán mucho en recuperar el número de agricultores que
habían y que han abandonado en otro tiempo. Por eso, no es cosa de cantar
victoria, sino de decir: algo se mueve, y esperemos que vaya a más, a mucho más,
a tantos como hace 50 o 60 años, que fue cuando comenzó a dejarse y abandonar
el campo, para nuestra desgracia y pobreza.
El problema sigue siendo grave, porque los sabios de la cultura del agro han
muerto, o son muy viejos, y las nuevas generaciones no saben ni coger una
“jose (hoz)”, a peligro de segarse la mano...
Y lo grave es que, cuando en Murcia de cada 100 hay 15 dedicados al campo; de
cada 100 en Andalucía se dedican al campo 10, la media en espakistania ronda el
5 %, mientras que en el Tabaibal escasamente pasamos de 2 por cada 100. Una vez
más, en la cola de todo. Y así las cosas: menos tomates, los plátanos casi
desaparecidos [en Tamarant], millo, trigo, papas, etc., de forma testimonial y
residual.
Pero lo más grave, lo gravísimo, lo que no tiene nombre, es que los hay que, a
la hora de la agricultura y ganadería, no piensen en el trabajo puro y duro,
sino en las ayudas, las subvenciones, en la administración, etc.,
como si de eso dependiera el sector. Que teniendo manos para trabajar y frente
de donde sudar, nada más hace falta, si tenemos la tierra, y ¡tierra hay!, y
de sobra, vacía y esperando las rieguen...
*
El Padre Báez, que anima a los hambrientos y en paro a que
vuelvan a la riqueza del campo, que nos aguarda con trabajo y comida, justo lo
que hace falta para salir de la crisis.