Madrid cede ante Rabat

 

CCL *

 

Aunque algunos en la colonia Canarias hablan de unos “acuerdos” en Sevilla sobre la mediana marítima entre Canarias y Marruecos, con motivo de la VII Reunión de Alto Nivel Hispano-Marroquí, la realidad es que el texto de conclusiones de dicha reunión era “provisional” . Además, para que no haya lugar a dudas, se añadió -en dicho texto de conclusiones- que “cuando las partes acuerden fijar la mediana marítima definitiva (entre Marruecos y la colonia Canarias), desaparecerá el método equidistante, que será sustituido con la aplicación del método marítimo equitativo”.

 

Madrid cede ante Marruecos pues Rabat siempre ha defendido el método equitativo y Madrid-Gobierno regional de Canarias el método equidistante. Rabat tiene todas las cartas y Madrid está en una posición débil porque está actuando fuera de su espacio metropolitano. El término “equitativo” es claramente beneficioso para Marruecos, ya que la jurisprudencia internacional marítima, ante problemas de aguas como el Canal Canario, se suele decantar por un Estado con plataforma continental antes que por una colonia en ultramar (“Región Ultraperiférica - RUP”)  de un país en otro continente (España).

 

Rabat considera como suyas las 200 millas al oeste de su fachada atlántica, es decir, la Zona Económica Exclusiva (ZEE) que el Derecho Internacional del mar le otorga -a priori- a los países con plataforma continental. Este derecho marroquí (Derecho soberano) invade la mitad de las aguas del archipiélago canario, a excepción de las 12 millas territoriales que bordean las Islas Canarias.

 

Rabat ha rechazado la aplicación -por Madrid- de la “mediana equidistante” entre una costa africana y otra africana, cuyos puntos más cercanos distan apenas 103 kilómetros entre la costa de Fuerteventura y la localidad costera marroquí de Tarfaya. Como Rabat rechazó la mediana equidistante de Madrid, no existe en la actualidad una frontera marítima como tal entre Marruecos y la colonia Canarias. Madrid no puede imponer una solución unilateral en el llamado Canal Canario.

 

Rabat denunció el acto unilateral de Madrid (la aplicación de la mediana equidistante), que se produjo unas semanas después de la retirada de su embajador en Madrid, y respondió con una queja diplomática ante Naciones Unidas en la que amenazó con llevar el caso al “Tribunal Internacional de La Haya”. Tanto sobresalto diplomático desembocó en julio de 2002 en la crisis del islote de Perejil.

 

El ministro de Industria marroquí, Abdelkader Amara, ya advirtió que las prospecciones petrolíferas coloniales españolas en aguas canarias-africanas solo pueden ser tratadas “desde la concertación”. También insistió en que si Madrid va por el camino de la unilateralidad, “no será un buen comienzo”. Una advertencia en lenguaje diplomático.

 

* Comunidad Canaria en Londres, CCL

 

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