La macabra
celebración y la apología del terrorismo
“¡Vacagüaré!” (Atanausú)
Con
pelos y señales narran los cronistas al servicio del colonialismo español el
sometimiento armado de nuestros antepasados, así por ejemplo Marín de Cubas,
en su Historia de las Siete Islas de Canaria, describe como el genocida Fernández
de Lugo apresó al awara Atanausú cuando con sus huestes se dirigía a negociar
con los invasores el cese de las hostilidades, siendo objeto de una traidora
emboscada, en una demostración más de como respeta los pactos el farajido
reino español: “Fue ese día en que se acabó la conquista de la Isla de la
Palma á tres de Mayo de la Santa Cruz, que también fue jueves, año de 1492,
habiendo durado siete meses”. Fecha que no coincide con la investigación
historiográfica de Canarias, que la sitúa en 1493, después de iniciado el
genocidio de los hermanos pueblos sudamericanos.
Esta
precisión contrasta poderosamente con la ambigua narración de la estrepitosa
derrota de Hernán Peraza infringida por los guerreros awaras comandados por el
jefe de cantón Echedey, pues el propio Marín de Cubas se limita a decir que
Don Guillén de las Casas “dando presto la vuelta á Sevilla murió el año
siguiente 1442. Dejó por su heredero y en este Señorío á un nieto suyo,
Guillén de las Casas, hijo de su yerno Hernán Peraza, viudo con dos hijos,
Guillén y Doña Inés Peraza”. “…Más la fortuna fue aquel día de parte
de los gentiles (los awaras), porque de una pedrada en la cabeza cayó luego del
caballo Guillén Peraza y quedó muerto”. “Disgustado Hernán Peraza y
reconociendo que á tantos gastos y atrasamientos nada de útil se sacaba, ni
conseguía el fin de sujetar a tanta fuerza de hombres que parecía de fieras,
se fue a Sevilla el año
La
descripción anterior corresponde a la heroica batalla de Tahuya, en Benawaré
(La Palma), que retrasó el sometimiento de la isla hasta el año 1493, pero el
colonialismo ha escondido celosamente la fecha de la mayor derrota jamás
infringida ¡Qué diferencia con la descripción de la traición a Atanausú,
que incluye hasta el día de la semana!
Abreu
Galindo ni siquiera cita el año en el que tuvo lugar la batalla de Tahuya,
cuanto menos el mes y el día de la semana. Hemos de recurrir al trabajo de
Antonio Rumeu de Armas, titulado “El señorío de Fuerteventura en el siglo
XVI”, del anuario de estudios Atlánticos, para el que Hernán Peraza “el
viejo” construyó la Torre del Conde en la Gomera el año 1447 para someter a
las islas todavía insumisas (Tamarán-Gran Canaria-, Benawaré-La Palma- y
Chinet-Tenerife), trasladándose a La Palma, siendo derrotado en la batalla de
Tahuya (1448).
El
acontecimiento se trató de inmortalizar en el poema denominado “Endechas a la
muerte de Guillén Peraza”, considerado por los literatos al servicio del
colonialismo como la cima de este género en la literatura española y que no
son otra cosa que una maldición a nuestra querida Benawaré y a las mismas
retamas: (…”No crezcan palmas
sino retamas…todo lo acaba la mala andanza”).
Preferimos las rebeldes
endechas guanches, rechazando la colonización de nuestra patria: Aicá maraga, aititu aguahae/ Maica guere,
demacihani/ Neiga haruuici alemalai". Que traducida al español significa: "Sean
bienvenidos. Mataron a nuestras madres estas gentes forasteras. Pero ahora que
estamos juntos, hermano, unámonos. Si no estaremos perdidos".
Francisco Rico, en su análisis sobre “Las
endechas a la muerte de Guillén Peraza”, incluido en su extenso tratado
“Estudios sobre la poesía española del siglo XV”, acota la fecha del histórico
acontecimiento en el amplio periodo que abarca desde Junio de 1445 hasta Abril
de 1448. María Rosa Alonso ubica dicho acontecimiento en el año 1447,
argumentando una prueba documentada que no desvela, lo que había sido
corroborado por J. Artiles, así como por Artiles y Quintana y, posteriormente,
Sánchez Robayna.
Los Peraza son de procedencia Sevillana.
Llegaban a la isla con el propósito de conquistarla o de cautivar palmeros y
robarles sus ganados, asaltos en los que los Peraza eran expertos desde decenios
atrás, de dónde esperaban obtener no sólo esclavos y otras mercaderías, sino
sobre todo el señorío territorial que les faltaba para encumbrarse a la
nobleza, según Martínez Rico, que añade como el archipiélago canario había
sido un coto de los andaluces en el siglo XV.
Según Abreu Galindo, los vasallos a su
servicio pasaban del Hierro a La Palma, no para vengar la muerte de su señor
Guillén Peraza, sino a robarles cueros y sebo, a cautivar palmeros y robarles
los ganados: “Los cristianos que fueron en su alcance prendieron un palmero y
una palmera, hermana del capitán Garehagua. Como se vió presa, volviose contra
el cristiano y púsolo en tanto aprieto, que le convino favorecerse de las
armas; y así le dio de puñaladas y la mató” (ajusticiado posteriormente por
el propio Garehagua).
Según el escrito de Abreu Galindo:
“Vinieron a dar con una palmera, que se llamaba Guayafanta…la cual, como los
cristianos la cercaron, peleó con ellos lo que pudo y, viéndose acosada,
embistió con un cristiano y, tomándolo bajo el brazo, se iba para un risco,
para se arrojar de allí abajo con él, pero acudió otro cristiano y cortóle
las piernas, que de otra suerte no dejara de derriscarse con el cristiano que
llevaba”.
Casualmente desde hace algunos años están
intentando trasladar la feria de Sevilla a Canarias, sobre todo a través de
Lanzarote, Fuerteventura y recientemente Tenerife, celebraciones que rechazamos
enérgicamente, pues esto no es Sevilla, lo mismo que exigimos enérgicamente
acabar con las fiestas y enrramamientos de cruces y demás parafernalia
colonialista, con talleres incluso para niños inocentes, que no suponen otra
cosa que un humilladero para nuestro pueblo, pues ningún pueblo celebra una
derrota.
Movimiento
por la Unidad del Pueblo Canario
Movimiento
UPC