“LA LUZ LLEGA DEL ESTE”

 

«.» Edilberto Rodríguez Morales

   [...Nuestra privilegiada situación geográfica nos permite muchas más expectativas de expansión económica que las que tienen otros territorios de la Unión Europea...]

   No hay actitud más dañina para los intereses del Pueblo canario que, a fecha de hoy, en cinco siglos de colonialismo, la clase política de Canarias siga sumisa a los vaivenes de Madrid y apoltronada a unas instituciones carentes de autonomía propia. Basta comparar la desigual evolución política y económica de Puerto Rico y Singapur: comunidades marcadas igualmente por el despótico colonialismo de sus respectivas metrópolis, para llegar a comprender cómo una y otra, a través de itinerarios diferentes, conducen a posicionamientos antagónicos en un mismo plazo de tiempo.      

   A pesar de que algunos analistas contemplen que Puerto Rico no es un territorio no-autónomo por descolonizar, y sus dirigentes lo enmarquen en un falso Estado Libre Asociado a EEUU desde 1952, no pueden ocultar que su propósito intenta difuminar la verdadera realidad. Su situación política y económica sigue manteniendo un status colonial de similar proyección que aquellas que denominan “Regiones Ultra Periféricas”. Ambas fundamentan sus proyectos económicos en la descapitalización progresiva de los naturales y permisividad en el asentamiento de las grandes superficies, en una total dependencia con la Metrópoli: elevado número de funcionarios, excesiva burocracia, ayudas y subvenciones envenenadas, bolsas de alimentos o salarios precarios.

   En cambio, la clase política de Singapur, es la otra cara de la moneda. Programa su desarrollo económico y social adaptándose a las peculiaridades del entorno de su territorio y a los tiempos que corren: servicios financieros, productos electrónicos y químicos, equipamientos de explotación y refino de petróleo, procesamiento de caucho y productos del caucho, reexportación de alimentos y bebidas industrializados, reparación de buques y plataformas petrolíferas, pesquisas en ciencias naturales, comercio, turismo y, un largo etcétera que la catapulta entre las rentas per cápita más alta del mundo. Un pequeño país que logra no solo estar presente en el concierto de las Naciones Unidas; sino que es un referente a imitar en todos los ámbitos. Como ejemplo, léase el INFORME PISA y comparemos el sistema educativo de Singapur con el alto índice de fracaso escolar de los estudiantes canarios/as; o el tratamiento de sus aguas residuales listo para consumo propio con la imagen tercermundista que damos al mundo entero con nuestras “micro algas” que rodean nuestras costas; la fabricación de productos farmacéuticos con el abandono de nuestra refinería; nuestra flota pesquera sustituida por un cementerio de plataformas petrolíferas; un sistema sanitario eficiente y económico, con las largas listas de espera; la captación de los mejores talentos con la fuga de nuestros universitarios, etc., etc.

   Por tanto, no nos parece motivo de alegría que por acuerdos puntuales y pactados se “acepte” de la Metrópoli millones de euros de los Presupuestos Generales del Estado. Y no, porque no nos parezca suficiente; sino porque, en base a qué criterios podemos considerarlo justo. Vamos a estar siempre con la mano extendida a una cadena de favores tan humillante como quien hace cola día tras día para encontrar un puesto de trabajo temporal y con salarios precarios; o que para paliar la nevera vacía tengamos que aceptar una manilla de plátanos con una bolsa de gofio y otra de lentejas. ¿Dónde está nuestra autoestima? Acaso el modelo de Singapur no es suficientemente atractivo como para intentar imitarlo. ¿Quién lo impide? Seamos valientes; no rechacemos oportunidades de reestructurar nuestro modelo económico por acomodarnos a un sentimiento patriótico allende nuestras fronteras que comparte una de cal y mil de arena. Nuestra privilegiada situación geográfica nos permite muchas más expectativas de expansión económica que las que tienen otros territorios de la Unión Europea, e incluso superior a Singapur, si así lo decidiéramos.

   Por consiguiente no nos dejemos llevar por ambigüedades ni por aquellos que teniendo un sueldito garantizado dedican su tiempo a defender ideales que perpetúan un colonialismo anacrónico y proyectos fracasados. “La luz llega del Este”, desenmascarando mentiras y poniendo las cosas en su sitio.

¡¡SÍ  a  la  AUTODETERMINACIÓN!!

 

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