Revolución Social: La lucha no violenta

Jorge Ancor Dorta

 

Los golpes de estado, los ataques terroristas, las guerras convencionales o inclusive el uso de las armas de destrucción masiva son formas de luchar por el poder político. Pero hay otro camino: el de la lucha estratégica no violenta.


Muchos hablan de la lucha civil no violenta, pero pocos realmente entienden de lo que se trata. Para entender la lucha estratégica no violenta primero hay que entender la naturaleza del poder político. Tras entender los modelos, la naturaleza y las fuentes del poder político, hay que entender las organizaciones y las instituciones a través de las que ese poder se ejerce. Al final descubriremos que en el mismo centro del poder político está el concepto de la obediencia y comprenderemos que si el pueblo no obedece, el gobernante no puede gobernar.

 

En 53 de las 69 transiciones a la democracia durante los últimos 40 años, la resistencia civil no violenta ha sido un factor fundamental. Además, cuando los movimientos opositores utilizaron la resistencia no violenta, la transición arrojó resultados de mayor libertad y justicia para esas sociedades; mientras que los movimientos opositores que recurrieron a la violencia para lograr la transición, redujeron enormemente las posibilidades de construir democracias sostenibles.


En conclusión, se puede decir que la lucha no violenta, no solamente es una alternativa realista al uso de la violencia, sino que además la experiencia ha mostrado que los cambios sociales obtenidos pueden producir soluciones más positivas y duraderas.

Estos movimientos articulados de forma abierta son los únicos susceptibles de cambiar la sociedad de forma no violenta, positiva y duradera. Movimientos inclusivos en lugar de exclusivos. Movimientos mayoritarios en lugar de minoritarios. Movimientos basados en la participación en lugar de la exclusión.

Martin Luther King luchaba por los derechos de su comunidad, sin hacer distinciones si eran de izquierdas o derechas. Ghandi luchaba por la descolonización de la India. Nelson Mandela por el fin del apartheid y la construcción de una Sudáfrica en la que cupieran negros y blancos.

 

Pero en la ultraperiférica patria, parece que el día que explicaban esto en la clase de introducción al activismo los muchachos "hicieron argolla" y fueron a jugar al boliche. No se trata de ideologías, se trata de personas. No se trata de discutir, se trata de hacer. No se trata de dividir, se trata de unir. No se trata de liderar, sino de dejar que los demás ejerzan su propio liderazgo. Se trata de construir un futuro, de alcanzar una meta entre todos.

 

Pero una cosa es rechazar jerarquías cerradas y otra es la falta de estructura, organización y liderazgo. Los movimientos nunca surgen de forma espontánea.

Fuente: menceymacro.blogspot.com