Siempre
sobre los mismos
Isidro
Santana León
El pueblo
español y el pueblo de la colonia –los canarios–
pagaremos eternamente el latrocinio de las castas privilegiadas, a no ser que
la nación canaria se libere de esta escatofilia. Es hora
de que suenen las guillotinas; la corrupción lo pudre todo. No hay vergüenza,
ni moral, ni humanidad: la perversidad es absoluta.
Que la recapitalización de Bankia
y del resto de las entidades financieras y privadas españolas la pagaremos los
más débiles, es un hecho; y digo los más débiles porque desconocemos, tememos o
no queremos ser fuertes. El reino está intervenido y todas estas draconianas
medidas, pérdida de derechos constitucionales y entrega de la “soberanía” del
pueblo de España a los mercados, es el precio que hay que pagar para levantar
un sistema financiero que está muerto y que lo mataron tantos corruptos con
nombre y apellidos, entre ellos Rodrigo Rato –y aquí no hay presuntos, los
eufemismos y los subterfugios ya no le valen a los jueces del sistema para
seguir tapando la mierda que nos asfixia– por lo que
esperemos que el pueblo tome conciencia y, con presteza, coja el timón de este
naufragio. Que paguen los culpables y que devuelvan el botín. Que rescaten para
el estado la millonada de euros que las grandes empresas han evadido al fisco y
que se encuentran en los paraísos fiscales: Zapatero advirtió, públicamente,
cuando era presidente del gobierno, que sabe dónde está todo ese patrimonio
defraudado y su partido no ha hecho nada por sacarlo a la luz. Por otra parte,
que siga funcionando la pequeña economía sumergida, la de las chapuzas o la de
los profesionales que han estrangulado con este sistema feudalista,
ya que si se declara no va a parar al fondo del estado, sino al bolsillo de los
mercados depredadores y así, al menos, está en el seno del pueblo y no en manos
de corruptos.
Sigo anotando que hay que sacar a la luz el patrimonio
de la casa Borbón y limitar sus prerrogativas; minimizar el presupuesto de
defensa, cerrar cuarteles; eliminar los gastos de protocolos, viajes,
sobresueldos y otros privilegios de los políticos; las pagas de los
ex-ministros, ex-presidentes de gobiernos y de comunidades autónomas; las
pensiones millonarias asignadas de forma unilateral por los banqueros e
investigar el patrimonio de éstos; vender el palacio de la Zarzuela, el yate
del rey, el palacio de El Pardo, el palacio de La Moncloa, el palacio real de
Madrid, el palacio de La Granja… Nacionalizar Telefónica, Endesa, Hiberduero, Correos y Telégrafos etc. Acabar con los
conciertos de la educación y la sanidad privada; que paguen su deuda con la
seguridad social y con hacienda los Clubes de Fútbol; expropiar los activos
inmobiliarios de los bancos, hacerlos públicos y vendérselos a los necesitados
a precio de costo. Eliminar técnicos y asesores de los ministerios. Todo ello
sería una reforma digna, que no lesiona los derechos de las personas, sino que
se entendería como un acto de justicia que le daría explicación a esta
abstracta democracia.
Europa no es una comunidad para los pueblos sino un
prostíbulo del capitalismo. ¡Que se rompa!; ¡que las naciones retomen su
soberanía! ¡Que paguen sus culpas los corruptos! ¡Que canarias logre su
independencia!
12/07/12
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