PETRÓLEO. LLAMARME GUANCHE, NADA MÁS
Félix
Martín Arencibia
Continuamos amigos y amigas con el tema de las prospecciones que puede
ser decisivo para el futuro de nuestra tierra canaria. Quería esta vez empezar
con el análisis de la actitud de los empresarios del sector turístico.
Su voz en contra de las prospecciones se ha oído más bien poco. Incluso
uno de los círculos de empresarios han defendido con mucho ahínco la decisión
del ministro del gobierno de España. En cambio, le ha reprochado con cierta
dureza, al representante del gobierno de Canarias que defienda nuestro entorno y
nuestra industria turística.
Por parte de los hoteleros, que se sepa, no se han
realizado campañas de advertencia de los riesgos que se corren en el ámbito
ambiental y turístico. Ellos sabrán si
al defender sus intereses inmediatos no matan a la gallina de los huevos de oro.
Ese sector del turismo tiene mucho que perder. Ellos pensarán
que si la cosa se pone fea trasladarán sus chiringuitos a otra parte y aquí
paz y en cielo gloria. Claro, los que quedamos aquí sufriremos el deterioro
de nuestro medio y del turismo, un monocultivo del que llevamos años viviendo.
Volveríamos al pasado que cuando nos ha fallado el monocultivo, del vino o de
la caña, por ejemplo. Caeríamos en
desgracia, en el pozo de la miseria y el destierro de la emigración forzosa.
También es verdad que se podría desde las administraciones insulares y la inversión privada
haber diversificado con inversión de capitales, entre otros con los impuestos
como el de la RIC (Reserva para Inversiones en Canarias). La realidad es que
no estamos preparados ni para las prospecciones petrolíferas ni cualquier
debacle económica. No se ha diversificado lo suficiente nuestra producción en:
agricultura, industrias, pesca, tecnología, investigación y desarrollo, etc. Todas
las papas se han echado, como otras tantas veces, en la misma cesta.
Desde otro ámbito, a través de los medios de comunicación nos han llegado promesas de la
compañía multinacional, cuyo intereses tienen poco que ver con los intereses
del ciudadano de a pie, con el bien común si se tienen en cuenta la
procedencia de su capital y dónde y cuánto paga los impuestos. Se han hecho
también ofrecimientos desde el gobierno español y el ministerio del ramo. Se anunciaron
primero unos cincuenta mil puestos de trabajo, ahora se ha bajado cinco mil,
se ha hablado de dinero de compensación, de una prima de seguro de sesenta
millones de euros. La realidad parece que no concuerda en casi nada con dichas
ofertas de rebajas de verano. Parece que
se nos quiere engoar con mentiras y medias verdades que algunos medios de
comunicación se encargan de pregonar y manipular, puede que bien pagados por
los más interesados en que esto salga adelante.
Bueno, amigos y amigas, les dejo con unos versos
motivadores, de nuestro admirado poeta Carlos
Pinto Grote,[1] para afrontar con responsabilidad este momento de la
historia que nos ha tocado vivir: Llamarme
guanche. / Hijo de los volcanes y las lavas. / Llevar la frente alta. / Tener el
corazón lleno de libertades. / Llamarme guanche, nada más.