¡Libia no es aún libre!

 

 

Libia no puede volver  la espalda a la modernidad, a los principios democráticos universales y a los textos fundamentales del derecho internacional relativos a los derechos humanos. La igualdad en derechos de hombres y mujeres, el respeto de las libertades fundamentales, el reconocimiento y el respeto de los derechos del pueblo Amazigh de Libia, es lo que exigimos encontrar en la nueva Constitución del país.

 

Después de la muerte del tirano Kadhafi y el final de su régimen dictatorial, Libia debía celebrar este domingo 23 de octubre de 2011, su liberación.

 

Durante la ceremonia de la declaración de la liberación del país, Mustafa Abdeljalil, Presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), en vez de desear manifestar su alegría suscitada por el nacimiento de la nueva Libia libre y presentar el proceso de instauración de un régimen democrático, se dedicó a declaraciones tan intempestivas como incongruentes y antidemocráticas.

 

Olvidando que preside una instancia provisional fundada solamente en la urgencia para hacer frente al estado de guerra, y ultrajando sobradamente sus prerrogativas, el Sr. Abdeljalil afirmó que “como país islámico hemos adoptado la charia como ley esencial y toda ley que violaría la charia es legalmente nula de pleno derecho”. Citó igualmente como ejemplo, la ley sobre el divorcio y el matrimonio, para anunciar que “esta ley es contraria al charia y no está ya en vigor”.

 

El Congreso Mundial Amazigh (CMA) está consternado por estos propósitos irresponsables del Sr. Abdeljalil, antiguo Ministro de Kadhafi de 2007 a 2011, que quiere mantener Libia en el mismo sistema oscurantista, discriminatorio y liberticida. ¿En ese caso, para qué hacer una revolución? ¿Por qué tantas muertes y destrucciones? ¿Solamente para cambiar de dictadura?

 

El CMA denuncia vigorosamente estas declaraciones ilegítimas y de una gran brutalidad, que tienden a orientar las futuras elecciones fundamentales de los libios en el sentido de un conservadurismo religioso anacrónico y retrógrado. Libia no puede volver  la espalda a la modernidad, a los principios democráticos universales y a los textos fundamentales del derecho internacional relativos a los derechos humanos. La igualdad en derechos de hombres y  mujeres, el respeto de las libertades fundamentales, el reconocimiento y el respeto de los derechos del pueblo Amazigh de Libia, es lo que exigimos encontrar en la nueva Constitución del país.

 

Del mismo modo, aunque el Congreso Mundial Amazigh esté naturalmente muy feliz del final del régimen que tanto oprimió a los Amazighs, se preocupa por las oscuras circunstancias de la muerte de Kadhafi y condena toda forma de ejecución sumaria, sea quien sea la persona asesinada. El CMA habría preferido un proceso en el curso del cual Kadhafi habría podido hablar. ¿Pero obviamente mucha gente, tanto en Libia como exteriormente, no deseaban eso?

 

El CMA y los Amazighs siempre han luchado por una Libia realmente libre, plural, justa y democrática. Esta lucha continúa.

 

Paris, a  24/10/2011

 

El Bureau del CMA