DESDE ESTA ORILLA DEL GUINIGUADA
LA
LEGITIMIDAD DE LOS PODEROSOS
Félix M. Arencibia
La primavera siembra de colores nuestros
campos y nos levantan el ánimo, se convierte en un ligero bálsamo ante la
realidad socio-política de cada día. Hay algo que estamos viviendo de una
manera doliente: el ataque al ser humano indefenso. Es lo que está pasando
estos días con el bombardeo a Libia y el
intento de controlar la “primavera” de
las revueltas árabes. Les parece que se están saliendo del plato y el
ataque a Gadafi puede ser una advertencia para los que pudieran poner en
peligro los intereses económicos y estratégicos de los poderosos.
Además de por eso
se sufre por los ataques a la verdad, la repetición a través de los medios de
comunicación
de una serie de falsedades, al estilo Goebbels, se convierte en verdades de fe
para una mayoría de lo población. Algunos serían capaces de irse voluntarios a
matar infieles u obligar a los propios gobiernos a hacerlo. A pesar de ello
cada vez somos más los que estamos conscientes de que los verdaderos motivos de
los ataques a ciertos países son estratégicos y sobre todo económicos, entre
ellos los relacionados con la energía petrolífera o del gas.
Se dice en los
medios informativos, por ejemplo, que el ejército libio ataca con aviones a los
manifestantes. Esto
no se puede demostrar, buscando en diferentes medios, internet
y otros, no encontramos fotos o videos que lo certifiquen, a pesar de que la
mayoría de los libios tienen móvil y lo usan para reflejar otras escenas, como
la ejecución por parte de los supuestos revolucionarios de soldados y policías.
Además, de los 220 muertos y 500 heridos graves en Bengasi se producen durante
el asalto de los rebeldes a un cuartel. Gadafi es un dictador y era un dictador
antes de estos sucesos, quizás no peor de otros tantos tolerados en Guatemala,
Marruecos, Arabia Saudí, las monarquías del Golfo Pérsico y otras tantas.
Podríamos añadir a los países declarados modelos “democráticos” en los que
gobierna la “dictadura del dinero” desde la cual se explota a sus pueblos, se
corrompe, se controlan los medios de comunicación y se declaran guerras a otros
países para dominar sus riquezas
petrolíferas o de otra índole. Ahí tenemos las masacres cometidas contra muchos
seres humanos indefensos en Irak, Afganistán, Pakistán, Latinoamérica…
Se apunta que la
ONU, que representa a la Comunidad internacional, esta legitimada para declarar
la guerra cuando
se ataca a los propios ciudadanos. Suponiendo que la ONU estuviera autorizada
para ello no se aplica con la misma vara de medir en semejantes situaciones.
Por ejemplo, el ataque a los manifestantes de Bahrein con 1500 soldados de
Arabia Saudí y Emiratos Árabes Independientes, y en presencia de la V Flota
imperial; los 50 civiles y 200 heridos en el Yemen; los 1500 ciudadanos asesinados
en Gaza en una serie de agresiones del ejército israelí, el asalto de Marruecos
a los saharauis acampados pacíficamente en las afuera del Aaiún…
y tantos otros sucesos en diferentes lugares. Se aplican las normas de modo
arbitrario sin ningún respeto a la justicia ni al “sentido humanitario”.
Además sabemos que
la ONU, en concreto su Consejo de Seguridad, tiene una representación muy poco
democrática.
Ha sido constituido por las cinco
potencias vencedores de la Segunda Guerra Mundial, EE.UU., Reino Unido,
Francia, Rusia a las que se añadió China. Todas ellas con derecho a veto, si a
alguna no le interesa un tema, vota en contra y anula la resolución. A ellos se
han añadido otros países emergentes, que en este caso se abstuvieron, algunos quizás presionados por los más
poderosos. Según ciertos expertos no controlados por las dictaduras
capitalistas del dinero, la resolución 1973, del 17 de marzo, contra Libia es
ilegal, no se adapta al punto 7 del artículo 2 de la Carta de las Naciones
Unidas ni tampoco al artículo 39.
Ante todo estos hechos y atropellos debemos
más que nunca ser amantes de la verdad ante la manipulación y organizarse
creando nuevas alternativas solidarias de funcionamiento social y político.
Bueno amigos, les dejo con unos versos en
contra de las guerras del poemario “Vuelos
de palmera”: “Guerra, negros topos / se ocultan tras
decisiones de ONU, / derechos internacionales. / Negras floridas retóricas
esconden / negros intereses de petróleo / e industrias de armas negras, /
poderes financieros e intereses / estratégicos de negras grandes potencias”.