Contra el hambre: tabaibas dulces…
Padre Báez.
… Ya ni Cáritas ni nada. Si usted
tiene hambre, escóndase bien, que no lo vea nadie (o naide), pero salga todo el
mundo a chupar leche de tabaiba dulce.
No
coja usted rama alguna, que pueda delatar la chupada; usted, haga un pique, un
rasguño, un toque sin más, y péguese a tan pegajoso producto y chupe, y
chupe, y límpiese bien los bezos, no sea que alguien descubra su delito: comer
de la planta protegida (como la del Paraíso Terrenal), es decir de la tabaiba.
Pero ándese con cuidado, y no me refiero ahora a que lo descubran cometiendo el
delito ya dicho, sino que elija bien y no se lance sin más a chupar, usted sea
cauto y no sea que la tabaiba sea amarga, se envenene, aunque libre de no
envenenarse con la leche dulce no quede o esté, si se pasa en la dosis, que es
también amarga, y así usted alimentado con leche
(y no de cabras, porque si sueltas te las mata el cabildo a tiros. y si
en corrales a pienso el queso y leche apesta, tome leche de tabaiba fresca, y
sin pasteurizar, de la rama o tronco directamente a su estómago y así usted un
tabaibo (nombre que puse a uno de mis muchos lagartos que cuido), se vuelva.
Sus
excrementos y orina, no hace falta le diga el color con los que van a salir,
pero eso, ¡eso es lo de menos! Lo demás es que con tantas tabaibas en nuestro
suelo patrio insular, aquí ya nadie hambre va a pasar, pero insisto, no caigan
en la tentación de llevarse un ejemplar a su casa, y meterlo en la nevera, que
si te descubren te desgracian; usted, siga mi consejo, salga a las afueras,
camine un poco y pronto tendrá al alcance el manjar de una taza de leche
servida al natural, completa, fresca y gratis, siempre y cuando no te descubran
los del cabildo, ¡y caro te saga la chupada!
* Fernando Báez Santana, Pbtero.
Artículos del Padre Báez publicados en El Canario y en El Guanche