La
Laguna y el agua
Wladimiro
Rodríguez Brito *
En La Laguna necesitamos sosiego y claridad al hablar del agua. En
estos momentos, el acuífero de la isla de Tenerife se deteriora de manera
preocupante, sobre todo en las zonas altas. Tenemos que hacer un uso razonable
de un bien tan limitado y tan básico para la vida como es el agua.
Los núcleos de población del interior de la Isla no pueden depender a corto y
medio plazo del agua desalada del mar. La energía necesaria para elevarla a la
cota de 500 metros es casi igual que la energía para desalarla, es decir, se
duplica el precio de la desalación para zonas costeras.
Otro de los puntos débiles de la gestión del agua
en La Laguna es la depuración de sus aguas residuales, que se está realizando
en la costa. Es muy necesario poner en servicio la depuradora de Valle Colina,
hoy en situación ruinosa. Necesitamos depurar las aguas negras de La Laguna
para regar jardines o para regar plantas forrajeras y otros cultivos, y para
evitar que esas aguas se estén perdiendo. Aprovechar la energía de la caída
desde La Laguna a la depuradora de Santa Cruz no es viable técnica ni económicamente.
Es lamentable que hoy en día se esté colocando una tubería desde Santa Cruz
para subir las aguas depuradas y regar jardines en la mediana de la autopista o en
otros puntos de La Laguna, dado el enorme coste energético de elevar agua desde
la depuradora de Santa Cruz.
Por otro lado, se están planteando dos pozos como
obras de referencia en las infraestructuras hidráulicas laguneras, uno en Las
Mercedes y otro en el camino de Las Gavias. Esos pozos deben mantenerse con el máximo
cuidado, dado el deterioro de las galerías y manantiales de las zonas altas.
También se está acelerando el deterioro del acuífero de Los Rodeos, que ha
estado suministrando a gran parte de La Laguna en los últimos 20 años.
Todo esto nos obliga a tener esos dos pozos como
reserva ante emergencias, no pudiendo disponer libremente de ellos dado el
riesgo de empeorar la situación; el Consejo Insular de Aguas debe controlar los
niveles de los acuíferos.
Es imprescindible dar luz e importancia a los
problemas reales de la gestión del agua en La Laguna. Necesitamos un debate público
sobre la situación actual y la estrategia futura, no un debate político sobre
quién es el responsable de la gestión. Es empobrecedor lo que estamos viendo
en estos momentos en el Ayuntamiento: necesitamos un planteamiento de
racionalidad y de sentido común, de aprovechar y reutilizar todos los recursos
posibles.
Nuestra atención debe estar en los problemas
actuales y previstos, y en qué estrategia de futuro debemos adoptar para
garantizar el suministro. El agua es imprescindible para la vida, y más en una
ciudad y un campo como el lagunero. Es un recurso básico y cada día más
limitado, y debemos conservarlo y racionalizar su uso, tanto desde el punto de
vista económico como desde el ambiental.
*
Doctor
en Geografía por la Universidad de La Laguna
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