Lágrimas de cocodrilo
Isidro Santana León *
Dijo públicamente, Ángel Víctor Torres, que “si no nos mata el virus Covid, lo hace el parón de la economía.
A buena hora y con sol aparece la plañidera de este esbirro ultramarino observando que el mar existe.
Por habérselo advertido muchos independentistas canarios, gente sensata y otras hasta de fuera del Archipiélago, que no sea. ¿Qué es la economía de Canarias para este inepto, su cohorte de trepas y chupópteros que ostentan cargos administrativos en la colonia? ¿Es exclusivamente el turismo el pilar de la economía de cualquier pueblo?, ¿no han aprendido, éste y otros gobiernos precedentes que no se debe caminar con una muleta teniendo las dos piernas sanas?
Pues ya ven que no. Han hecho caso omiso a las advertencias indicadas por la gente prudente, quienes le hemos puesto negro sobre blanco que cualquier adversidad que se nos presente nos deja vendidos a la miseria y a la muerte, todo por empecinarse en centrar la economía de nuestra nación en un sector frágil, inestable y no menos especulativo, como es el turismo. Sector éste muy dañino para un territorio isleño como Canarias –distante, fragmentado y masificado–, donde ha primado la depredación de todo nuestro litoral, el masivo deterioro del medio ambiente, la ingente rapiña de las rentas y el desplazamiento y aniquilación de los sectores productivos como son la agricultura, ganadería, pesca e industria…
Es sorprendente ver ahora, cuando la casa está en llamas por haber almacenado gasolina en ella, publicitar de forma hipócrita y oportunista, para sacudirse sus irresponsabilidades, cómo publicitan en todos los medios que ellos manejan que “hay que consumir productos del país” –de Canarias– para paliar el caos que nos atenaza, cuando todo está hecho cenizas. Cantos de sirena, ya recurrentes, que entonan cuando se presenta alguna adversidad, y que si ésta pasa de forma liviana vuelven a machacar sobre la misma piedra especulativa del turismo. Si: aunque le entren ciscos en los ojos no dejarán de martillar sobre el basalto, hasta que el disparo de alguna partícula pétrea les dejen tuertos o totalmente ciegos.
Pero aun así no caminarán por la senda correcta, pues, gobiernan a tientas, como les indican desde Espanya y como les empujan sus intereses privados.
Se aferran estos lacayos ultramarinos a la quimera de que el turismo volverá pronto a Canarias (cosa que dudo porque la decadencia económica es mundial) y, si lo hiciere, además de que no sería el hormiguero de antes, volverán a poner en riesgo la salud y vida del pueblo canario.
Se pronostican por la OMS otras enfermedades –u otros inconvenientes devenidos por el cambio de rumbo mundial, que nos pondrían en el filo del abismo–, pero es de entender que estos ilotas coloniales no están por la labor de poner Canarias a la altura que le corresponde, respaldándonos con los sectores productivos esenciales para nuestra pervivencia.
¿Y si surgiera una guerra donde no puedan entrar barcos y aviones a Canarias?
Los insensibles, los saqueadores y chupatintas de la colonia, siguen inmersos en sus negocios, ciegos por la avaricia, que no contemplan ni planifican las tantas veces reclamada diversificación de los sectores productivos para salvaguardar a la población ante los nefastos retos que se nos puedan presentar. No obstante, veo que no hay solución mientras nos gobiernen esta legión colonial que nada les importa el bienestar y supervivencia del pueblo canario, a no ser que pidamos de inmediato la independencia de Canarias, pues, con la que está cayendo, siguen con la mira puesta en las carreteras, trenes y obras de construcción destinadas a la especulación.
Una vez más: Canarias tiene y puede ser autosuficiente –y no estoy hablando de autarquía– si se pone en marcha el motor de una economía relativa a nuestras singularidad y potencialidades, donde los sectores estratégicos (energías –plantas de creación solar, eólica, mareomotriz, para interior y exportación–, geotérmica, comunicaciones, desalación de aguas, agricultura, ganadería, pesca –transformación y manufactura de los productos–, industria naval, fundición… y, sobre todo, inversión en I+D+I) sean una realidad. Claro, todos estos sectores deben estar en manos públicas y el sector privado que participe en la economía que lo haga bajo requisitos, condiciones y supervisión de una Hacienda canaria. Si, que el impuesto de sociedades se pague en el fisco canario, que el control y plusvalías de los puertos y aeropuertos sean competencias de Canarias y su fiscalidad sea pública, así como la creación de un banco nacional canario.
Durante Cinco siglos, sucesivamente la economía canaria ha sido dependiente de los monocultivos de la caña de azúcar, plátano, tomate y turismo. Estos monocultivos, medievales y caciquiles, ha supuesto el empobrecimiento del pueblo canario y, por consiguiente, el éxodo hacia Las Indias. Por el contrario, con los últimos monocultivos de turismo y construcción, los canarios se han visto empleados en puestos de servidumbre y los de dirección e importancia han sido para los españoles y extranjeros, quedando en Canarias la parte irrisoria de las rentas y fugando al exterior el grueso del dinero las grandes empresas turísticas multinacionales.
Otro factor que ha supuesto la aniquilación de nuestro sector primario, ocupando los mejores terrenos de cultivos, son las grandes superficies comerciales; especulando con la construcción de viviendas en sus aledaños: bancos, narcotraficantes y empresarios que tenían el dinero en negro.
También se ha exigido, por la fragilidad de nuestro territorio, una Ley del control de la Residencia, herramienta que habría posibilitado el control de la demografía e imposibilitado la mano de obra esclava a los explotadores y usureros.
Canarias cuenta con un PIB de 48.000.000.000 de euros que, si le añadiéramos el impuesto de sociedades, las rentas de puertos y aeropuertos…, se incrementaría en más del doble actual.
Los esbirros y la metrópoli saquean a Canarias y, aun así, en la Balanza de pagos, es mucho más lo que nos roba Espanya que lo que recibimos en forma de migajas. Hay un dicho muy ilustrativo: “el cantinero saca una cuenta y el borracho otra” Si Espanya cree que nos morimos de hambre sin ella, que nos den la independencia y nos dejen morir de hambre. Yo garantizo que Canarias con su independencia y soberanía será, en muy poco tiempo, uno de los estados más prósperos del mundo.
27/04/20
* Isidro Santana León: novelista, poeta y cantaautor.
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