La clase
trabajadora en España [y en Canarias]
VICENÇ NAVARRO *
El Economic Policy Institute de Washington,
uno de los centros de investigación económica más conocidos y prestigiosos de
EEUU, publica cada dos años un informe sobre la situación de la población
trabajadora en EEUU (The State of
Working America) que es una referencia muy utilizada
–incluso por el Congreso de EEUU– por su
documentación exhaustiva sobre el mundo del trabajo en aquel país. Incluye
también información sobre las condiciones laborales en la mayoría de países de
la OCDE de semejante nivel de desarrollo económico, presentando datos y
gráficos que son de una gran utilidad para los estudiosos del mundo laboral en
los países con mayor nivel de desarrollo económico.
En su último informe, publicado hace sólo unas semanas, hay datos económicos y
sociales que cuestionan claramente los datos que constantemente se utilizan en
los centros que reproducen la sabiduría convencional de España. Así, en el
capítulo sobre horas anuales de trabajo por trabajador, España (presentado
frecuentemente como un país de gran laxitud e indisciplina laboral) aparece
como uno de los países en los que los trabajadores trabajan más horas al año.
Concretamente 1.654 horas, muy por encima del promedio de los países de la
OCDE, 1.628 horas.
Otra sorpresa es el indicador que
contradice otro elemento de la sabiduría convencional que habla constantemente
del escaso crecimiento de la productividad como causa de la escasa recuperación
económica española. El informe señala que el crecimiento de la productividad en
España durante el periodo 2007-2009 fue el mayor (5,4%) de los países de la
OCDE, cuyo promedio fue de -1,1%. El de Estados Unidos fue menor que el de
España, un 4%, lo que contrasta con la mayoría de países de la OCDE, que
sufrieron un descenso de su productividad. España fue también el país que
destruyó más empleo, con una tasa negativa de producción de empleo (-7,2%).
Otro dato interesante es el nivel de
productividad, dato diferente al del crecimiento de la productividad. De nuevo,
las cifras contradicen la visión promovida por conservadores y neoliberales que
constantemente se refieren a España como un país con muy baja productividad. El
informe señala que la productividad española está por encima no sólo de Grecia,
Portugal e Italia, sino también de Japón y Nueva Zelanda.
Es también interesante analizar los
salarios. España tiene los más bajos de la OCDE (junto con Grecia y Portugal).
Su compensación salarial por hora en la manufactura (cuyos trabajadores son los
mejor pagados en cualquier país) es sólo el 85% del de EEUU. La mayoría de los
países de la UE-15 están muy por encima de EEUU (Dinamarca 172%, Suecia 147%,
Noruega 197%, Alemania 153% o Austria 144%). Tales datos muestran que no pueden
justificarse los bajos salarios de España recurriendo al argumento de una
supuesta baja productividad. En realidad, España no está a la cola de la
productividad de la OCDE. Sí que está, en cambio, a la cola de los salarios. En
realidad, el nivel salarial responde más a causas políticas que a causas
económicas. Así, la variable que tiene un gran poder determinante del nivel
salarial (y también, por cierto, de la actividad redistribuidora del Estado) es
el poder sindical. A mayor poder sindical, mayores salarios, menores
desigualdades y mayor productividad.
Otro dato de gran interés es que, en el
análisis del sector público, el informe señala que España es uno de los estados
menos redistributivos. El indicador que el informe utiliza para medir la
capacidad redistributiva del Estado es el porcentaje de la población en
situación de pobreza antes y después de las intervenciones del Estado. El
Estado, a través de impuestos, por un lado, y las transferencias públicas, por
el otro, afecta a la distribución de la renta de un país. Pues bien, España es
uno de los países donde el Estado tiene menos impacto en la reducción de la
pobreza. Esta pasa de ser el 17,6% de la población, antes de que intervenga el
Estado, a un 14,1%, sólo 3,5 puntos menos. En la gran mayoría de países, la
reducción es mucho mayor. EEUU, uno de los países con mayores desigualdades,
reduce la pobreza 9,2 puntos, más del doble que España. Y si vamos a países de
tradición socialdemócrata como Suecia, vemos que la reducción de la pobreza es
de 21,4 puntos. España, repito, sólo 3,5 puntos. Esto quiere decir que los
impuestos son muy regresivos y las transferencias públicas muy escasas.
Los países nórdicos, junto con Francia,
son los más redistributivos. España, junto con Holanda, Japón y EEUU, son los
menos redistributivos. Es interesante señalar que los países más
redistributivos (Suecia, Noruega, Dinamarca) están por encima del promedio de
productividad de la OCDE.
Noruega es el país del mundo con mayor
productividad, y también uno en los que su Estado tiene mayor impacto
redistributivo. Esto cuestiona el dogma neoliberal según el cual la eficiencia
económica requiere inequidad.
Lo que también llama la atención son los
datos sobre igualdad de oportunidades medida por la tasa de movilidad vertical
(de padres a hijos) entre generaciones. España, junto con Italia, Irlanda y
EEUU, es uno de los países que tiene menos movilidad social. El sistema
educativo tiene escaso impacto en igualar las oportunidades de las distintas
generaciones. Esto está relacionado con el sistema educativo dual con las clases
pudientes enviando sus hijos a la escuela privada, y las clases trabajadoras y
medias enviando sus hijos a la escuela pública. En estos países, los hijos de
la clase trabajadora lo tienen más difícil para alcanzar niveles de clases de
renta superior. Y ahí termina la fotografía –no muy halagadora–
de la situación de la clase trabajadora en España.
* Vicenç
Navarro es catedrático de Políticas Públicas de la Universitat
Pompeu Fabra y profesor de Public Policy
en The Johns Hopkins University
21 abril de
2011