España no tiene jurisdicción en las aguas de Canarias

 

Isidro Santana León

 

Ya lo comenté en un artículo anterior donde señalé la previsible controversia con Marruecos respecto de las prospecciones petrolíferas, saltando, antes de lo esperado, en el rotativo “Canarias7” del día 15,[1] la advertencia del reino alauita de abrir un conflicto diplomático con España, lo que podría traer consecuencias insospechables para nuestro archipiélago.

 

Anuncia Marruecos que, además de impedir las prospecciones ambicionadas por REPSOL en esta región africana, deslegitimará la frontera –o partición de la mediana– marcada unilateralmente por España, que es contraria al Derecho Marítimo Internacional y a la Convención del Mar de Montego Bay. Las cosas son así y las mentiras y el fanfarroneo de los españolísimos siempre caen por su propio peso.

 

No existe tal conflicto de competencias y sí uno de apariencia. REPSOL podrá iniciar su negocio en la misma zona del problema, pero con autorización de Marruecos, quien, al contrario que España, no le exigirá a la empresa el 10٪  sino el 90٪ España, por su parte, se conformará con simular que las prospecciones se hacen bajo su consentimiento y aparentar así su soberanía sobre Canarias y su mar. Como siempre, las victorias españolas son pírricas: sólo amenazas y presunción para acabar en el fracaso ¿No es de suma rareza que tanto España como la UE tengan que negociar acuerdos con Marruecos para pescar en estas aguas y para el asunto del petróleo no? ¡Europa se queda con el culo al aire y España con las almorranas!  

 

Si hay cosa que enerve al borbonato es que Canarias mantenga relaciones de forma bilateral con otros países, aunque sean de nuestro entorno y supongan beneficios para nuestra Nación, queriendo dejar constancia de que en toda conversación debe estar presente la “madrastra” porque los canarios somos menores de edad para saber lo que queremos. Por eso dice el periódico antes citado, refiriéndose a este asunto, que en las conversaciones entre Paulino y Mohamed estuvo presente el embajador español en Rabat, quien calificó el encuentro como histórico. Si realmente la entrevista hubiera sucedido en presencia del embajador español, los políticos colonialistas, entre ellos el belicoso ministro Soria, no hubieran reprochado al presidente de Canarias su incompetencia para tales conversaciones, haciendo suponer que el embajador esperó en la antesala mientras los presidentes africanos hablaban de asuntos que no sabemos, y que la calificación del embajador fue de inaudita.

 

El país vecino ha ofrecido en varias ocasiones acuerdos de pesca a Canarias, sin la mediación de terceros (en una de ellas a Dimas Martín, cuando era presidente del Cabildo de Lanzarote, quien, dada su rebeldía y atrevimiento, fue amenazado por el gobierno español de turno), como lo ha hecho Mauritania y tantos otros estados del mundo a los que le interesa Canarias. De magna importancia fue la noticia inesperada de una visita del presidente de China a nuestra Nación, situación que cogió cagando a España y por la que, con urgencia, mandaron a su colonia una representación de la metrópoli. Fue el primogénito del Borbón el encomendado, quien, haciendo injerencia en asuntos de ultramar, entra en el protocolo, aunque no en la cuestión de fondo, ya que en los intereses de China y de Canarias la metrópoli no cuenta para el país asiático. Los canarios soberanistas estimamos aquel intrusismo de peligroso y contraproducente -entendemos que a esta estirpe hay que temerle por su afición a las armas y su facilidad para disparar, sobre todo si no te callas y denuncias los asuntos que ponen en riesgo sus intereses parasitarios y su ilegitimidad política- pues nuestra experiencia nos dice que en todos los asuntos que se suponen positivos para el desarrollo de nuestro archipiélago, el intrusismo español y su depredadora avaricia terminan frustrando nuestros propósitos. 

 

Sé que Paulino Rivero es un esbirro del colonialismo español y que no se atrevería a escoger la senda del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, pero, como buen sátrapa que por naturaleza se pone al servicio de quien demuestre poder e intenciones, quién sabe si, debido a su patológica megalomanía, la ingente revoltura, el emergente descontento popular y la imprevisible reacción de éste, se puede ver forzado por la presión del pueblo canario en el temporal que supongo que se avecina. Le he lanzado un envite, señalándole el verdadero y espinoso camino a seguir, sobretodo para que muchos colaboracionistas y chupones del colonialismo, intoxicadores, intelectuales y plumíferos de estómagos agradecidos, se den por aludidos y queden señalados como benefactores del pudridero que han hecho de esta Nación. La senda de la liberación nacional, vía Naciones Unidas, la usan las mujeres y hombres de alta talla moral -miremos para la honorable presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, enfrentada tanto a la rapiña española como al colonialismo inglés-camino que en nuestra Nación Canaria emprendió el MPAIAC y que se frustró con el atentado preparado a su líder, Antonio Cubillo, calificado por sentencia del tribunal español como terrorismo de estado. No obstante, sabiendo lo que es España, un país desbordado por la corrupción de sus poderes, desfondado por el latrocinio de sus políticos puestos al servicio de los especuladores, y sin más garante para su integridad nacional que una selección de fútbol, lo más sensato para la supervivencia del pueblo español es salir del engendro capitalista europeo, como para el pueblo canario la independencia del reino de España. Serán los mercados que han comprado la soberanía de los países los grandes perjudicados de sus propias usuras, y los pueblos los benefactores, dado que otros estados del mundo nos esperan para andar juntos por la senda de la justicia y la igualdad. No hay por qué tener miedo, el miedo es el método de un sistema perverso que nos atenaza y que no nos deja razonar, sometiéndonos a la esclavitud física y moral. Rompamos la baraja, no porque los poderes tengan las cartas marcadas sino porque ni siquiera podemos intervenir en la partida. Se acaba el ciclo del capitalismo y hay que empezar el de los pueblos. La humanización es posible.

 

16/06/12

 

Otros artículos de Isidro Santana León, publicados en El Guanche y en El Canario

 

[1] Marruecos advierte