Juguiro y Garehagua
«» Pérez Pedro *
A pesar de la excelente información que nos proporciona Abreu Galindo, parte de la historia precolonial de la isla (Benahoare) no está bien analizada y examinada. El lector lo podrá comprobar con efectividad al leer este artículo
Los nombres auaritas o benahoaritas de las capitanías o términos y de sus gobernantes, por ejemplo, han sido en muchos casos mal entendidos o por ello mal transcritos. Con ello se puede evidenciar que nuestros historiadores posteriores a Abreu Galindo no eran infalibles, y su información, en algunos casos, no era ni cierta ni segura. Esto es evidente. Ante tanta disparidad, diversidad y diferencia de lectura y por ello de grafía en la denominación tanto de topónimos como de antropónimos, hemos ido a la fuente prima de Abreu Galindo que es la que han seguido los distintos historiadores canarios a lo largo de casi cinco siglos. A veces el problema es más complejo, pues la fuente prima de Abreu Galindo no nos ofrece una forma única. Tómese por ejemplo el caso de los nombres de los hermanos Juguiro y Garehagua, capitanes del término o cantón benahoarita de Tigalate.
Las únicas fuentes que tenemos para analizar dichos antropónimos son Abreu Galindo y Leonardo Torriani (escritores del siglo XVI). En el primero estos antropónimos aparecen en tres párrafos de su obra: en el capítulo III están ortografiados «Juguiro» y «Garehagua»; con igual ortografía aparecen a continuación en el capítulo V ; sin embargo, en el capítulo VII los encontramos como «Jaguiro» y «Guarahagua». Esta diferencia en su ortografía se debe a la mala lectura del copista del manuscrito primo u otros manuscritos. ¿Cómo podemos hoy deducir si estos dos famosos hermanos de Tenagua y Mazo se ortografiaban «Juguiro» y «Garehagua» o «Jaguiro» y «Guarehagua»? En este caso hemos analizado otra fuente también del siglo XVI, la de Leonardo Torriani que deletrea «Zuguiro» y «Garcagua». Tenemos que tener en cuenta que la obra de éste no está en castellano sino en italiano. Esta lengua desconoce la grafía «j». Leonardo Torriani, al pasar al italiano la forma «Juguiro», que se encontraba posiblemente en un documento castellano, ha cambiado la letra «j», que no forma parte del alfabeto italiano, a «z» que sí lo hace. Así se explica el cambio. Por todo ello el nombre original fue algo así como Juguiro.
Descartamos la forma «Jaguiro» porque la «u» de la primera sílaba se encuentra en las dos fuentes del siglo XVI: Abreu Galindo: «Juguiro», y Leonardo Torriani: «Zuguiro». El segundo antropónimo aparece como «Garehagua»/ «Guarehagua» en Abreu Galindo, y «Garcagua» en Leonardo Torriani. En primer lugar descartamos la forma «Guar» de la primera sílaba; ya que tanto Juan de Abreu Galindo como Leonardo Torriani consignan «Gar»; en cuanto a la segunda parte «–ehagua» en Abreu Galindo, «–cagua» en Torriani, nos decantamos por la primera; sabemos que existe una «h» originaria, pues el mismo Abreu nos dice: «Juguiro y Garehagua, hermanos, y a éste le llamaron de este nombre porque al tiempo que nacía, dicen que cercaron a su madre muchos perros, y porque «haguayan» quiere decir en su lengua «perro», por eso le pusieron el nombre».
Por lo tanto el nombre era «Garehagua» (la segunda parte derivada de haguayan «perro»). La «h» es etimológica. Los nombres definitivos son pues «Juguiro» y «Garehagua» (éste pronunciado «Garejagua»). La «c» del «Garcagua» de Leonardo Torriani se produce evidentemente por mala lectura. Es nuestro objetivo, pues, rastrear en las distintas fuentes, dando, por supuesto, prioridad a las primeras, es decir a las del siglo XVI: Abreu Galindo y Leonardo Torriani.