El istmo del nacionalismo

 

 

José Antonio Infante *

A la marca endémica canaria con representación parlamentaria en las Cortes de Madrid le toca asimilar, cuando menos, dos mensajes en cuanto a las papeletas depositadas en las urnas y su reflejo en representaciones.

Antes que nada, un previo de mención a la abstención, situada en el 36,33%, en un porcentaje significativamente superior en ocho puntos a la media estatal, colocada en el 28,27%. En el Archipiélago votaron 938.177 ciudadanos y se abstuvieron 535.207. ¡Muchos! Con lo poquitos que somos, más de medio millón de paisanos con derecho a participar no fueron a retratarse a la fiesta en una cifra lógicamente achacable a muchos factores, porque es un sumatorio en el que cabe desde la indisposición de estómago hasta las cuatro gotas, pero similares a la Península, lo que debería decirnos algo más que el soplo del viento. Ahí también hay un rabo, un aguijón, un componente que para entendernos llamo DICA (divergencia canaria) y que tendría esos ocho puntos antes mencionados y unos 118.739, llamémoslos enp(c)ad(b)ronados no participativos.

En el voto, habría que colocar encima de la mesa la dispersión de siglas con un curioso rebote de extremo a extremo, pero en el centro, que es el del CCN, que por sí solo podría explicar -aunque no explica nada- la pérdida de CC-PNC en Tenerife de 53.000 apoyos. Porque, la verdad sea dicha, acabaron en el PP. Este es el primero de los mensajes señalados; el otro es la consecución en circunscripción de LPDGC de un representante por Nueva Canarias, que bien que costó. ¡Algo es algo dijo un calvo! En realidad, más allá de iniciales, se anticipaba en anteriores elecciones que el nacionalismo, muy cercado por la división, estaba en el hueso y justamente que, en el epicentro del cráter viejo de la antigua erupción, bajaba el tremor.

La ola de responsabilidad para arreglar el desaguisado económico estatal puso la guinda y la conciencia para castigar a los acusados de zapateriles lolailos se ha llevado por delante a decenas de miles de potenciales votantes.

Personalmente, no creo que la estrategia de la campaña electoral -es probable que haya estado mal elegida, porque lo de la voz, una vez se empieza a hablar, hay que superarlo- haya influido demasiado en el golpe. Para mí se han cometido errores garrafales -de priorización, de tono, de diagnóstico, de pasividad y, a la vez, de precipitación-, da igual ahora, con componentes pululantes del pasado y sin marcadas evoluciones hacia el futuro.

La pregunta "¿ha pasado factura el apoyo a ZP?" pienso que se contesta con un "sí". ¿Que a CiU, no? ¡Vale! Pero es que CiU lleva un tiempo sacando de vez en cuando los "collons" y CC lleva mucho tiempo sin rastro de ellos. El papel de CC va a tener siempre mayor rendimiento -hay que valorar en paralelo el desgaste- con gobiernos que puedan "necesitarla", y debido a ese factor en este último periodo ha tenido cierta relevancia en unas consecuciones que sería bueno valorar en sus debidos términos -tan solo la concreción de la cifra de 2.500 millones de euros "de más" sobre lo que el Estado dedica a Canarias puede dar una idea de lo que podría entenderse desde allí como justicia económica con el archipiélago de la hora menos, o la creación de aunque sea un engendro de aguas canarias, de policía canaria o de sensibilización del PSC-. Ya son avances de envergadura con una tierra que, se diga lo que se diga, está situada en los más pobres índices y ratios económicos que se puedan contabilizar en territorios del primer mundo. Publicaban que solo Reunión nos supera en paro y bajos sueldos.

Quizás en adelante no quede más remedio -por credibilidad o dignidad, pero principalmente porque el PP va a pasar olímpicamente- que sacar las uñas, que aunque chiquititas pueden tener su rejo para el entendimiento de un marcado diferencial ante una crisis monstruosa en la que, cuando ya íbamos los últimos, perdemos posiciones.

A mi modesto entender, las recetas en frío del PP no aportan caminos para las Islas; al revés y en ese sentido se hizo lo que se tenía que hacer. Si hubieran dejado a los socialistas en la estacada al final del ciclo tampoco se crean que Rajoy con estos números hubiera tenido contemplación alguna.

El istmo del nacionalismo sigue siendo la unión en la razón de una verdad. El Estado debe cumplir con Canarias.

infburg@yahoo.es

Fuente: eldia.es/2011-11-29