ISLAS CANARIAS S.A.

 

Antonio Artiles Mejías

 

Rivero siempre aparece pidiendo a España que tome medidas que de todas formas,  aunque nosotros no las pidiéramos, nos las impondrían. No creo que haya olvidado que cuando les pidió que no construyeran la macrocárcel en Canarias lo mandaron a freír bogas al Toril, y no se dignaron siquiera a considerar la posibilidad de su construcción en la ancha Castilla.

 

Actualmente el Sr. Rivero está pidiendo un plan B para Canarias en caso de que los empleados de AENA hagan huelga. Probablemente España atenderá esta petición no porque nos tenga consideración alguna, sino porque ella es la gran beneficiaria de nuestro éxito económico, que conducirá a la creación de más puestos de trabajo para la Metrópoli. Así, de esta manera, el tsunami de trabajadores españoles a Canarias seguirá y seguirá hasta que no sólo en Fuerteventura y Lanzarote los foráneos sean mayoría, sino que esto ocurra en las siete islas. Se puede suponer lo que tal cosa para nosotros los canarios significaría: nuestra desaparición como nación y como pueblo, lo cual culminaría el sueño dorado de España.

 

Por otra parte, los que deberían ser nuestros defensores, se ponen de parte de los okupas, de cuyo grupo indudablemente forma parte Clar Fernández, y proclaman que nuestros jóvenes deben emigrar, huir, ante la invasión goda, para de esta forma hacerles sitio. Que los que tal desafuero preconizan sigan en nuestro espacio político es de una desfachatez intolerable, y por esto insoportable y lo menos que podrían hacer es desaparecer del escenario político canario.

 

Melchior, Román Rodríguez y Saavedra abiertamente dicen a nuestra juventud que huyan, que emigren, porque hay que hacer sitio a los que vienen de fuera.

 

Repito la cifra por si aún hay algún canario que no se haya enterado, nuestra población creció en seiscientas mil personas en sólo diez años, entre 1997 y 2007, de las cuales sólo ochenta y cinco mil personas corresponden al crecimiento vegetativo de nuestro pueblo.

 

Hay otros que, aunque no pregonen abiertamente la conveniencia de que nuestra juventud emigre, están a favor de que tal cosa ocurra, me refiero a Soria y Pérez que, como franquiciados de los partidos españoles PP y PSOE respectivamente, siempre están al servicio de los intereses de sus franquiciadores.

 

Si el futuro presidente del Gobierno de Canarias llegara a ser Juan Manuel Soria, y viendo sus antecedentes, en donde política y negocio siempre han ido de la mano, podría ocurrir que las Islas Canarias pasaran a ser una Sociedad Anónima.

 

¿Y qué podemos decir del Sr. Pérez? Una persona que no ha sabido administrar una isla,  mucho menos podrá gobernar a las siete.

 

No se puede entender como esta gente no comprenden el gran daño que están infligiendo a toda la nación canaria al cerrar las puertas, no sólo a la generación de canarios que actualmente intentan incorporarse al trabajo, sino también a las generaciones futuras.

 

Algo es muy evidente: sin control de la población, Canarias no tiene solución.