INTERVENCIÓN,
FASCISMO Y RESPUESTA POPULAR
Oliver Rivas *
En estos
últimos días la mayoría de los venezolanos y las venezolanas hemos sido
agredidos de una u otra forma, chavistas y no chavistas hemos sufrido una ofensiva brutal en lo
económico, en lo alimentario, en lo ideológico y hasta en lo emocional.
Lo que
comenzó en diciembre de 2012 se intensificó en 2013. El sabotaje alimentario
sin adecuadas respuestas ante la magnitud del ataque, fueron creando un caldo
de cultivo ideal para la reacción. No es cierto que hoy el pueblo no tenga
alimentos o bienes. Pero si se intensificó una campaña de sabotaje contra
artículos emblemáticos de la cesta básica como la tradicional harina de maíz y
el papel higiénico, más allá de eso, no hay una crisis alimentaria como la que
se vive en el Cuerno de África u otros pueblos en extrema pobreza.
Realmente el
pueblo más humilde en comparación con la década de los noventa, se encuentra
gracias a las políticas sociales de los últimos catorce años, en muchas mejores
condiciones de vida (educación gratuita, vivienda, beneficios sociales, etc.).
Este sabotaje, tan bien ensayado en experiencias como el golpe de estado del
De ahí que
este 12 de febrero pasado, se intentara sobre todo, recoger la cosecha de toda
la neurosis, compulsividad y frustración creada en
las capas medias y sectores de la burguesía, es decir, usar el miedo y el odio
para articular un movimiento social antisocialista, reaccionario y violento.
Sobre todo en la juventud reclutada por partidos de derecha, pro libre mercado, con alta carga de racismo y enmascarados
en un supuesto “capitalismo popular” (que no es otra cosa que una forma potable
de vender el capitalismo nuevamente, después de 20 años de desprestigio y
cuestionamiento).
Qué detonan las protestas a partir del 12
de febrero
Aunque
muchas de las condiciones sociales para generar una masa favorable a las
protestas violentas tuvieran lugar desde hace algunos meses (sabotaje
financiero, sabotaje alimentario, sabotaje eléctrico, exacerbación virtual del
malestar, matriz internacional, etc.), no cabe duda de que ninguna protesta
espontánea cobra tal efectividad y receptividad internacional en tan poco
tiempo. Ni siquiera el caracazo contó con tanta
sensibilidad internacional y pronunciamientos. Es claro que se trata de una
acción organizada de los sectores más radicales de la derecha mundial (Uribe,
Voluntad Popular y PJ, Arena, PP, Departamento de Estado, etc.). Pero… ¿por qué
ahora y no luego?
Precisamente,
hay condicionantes que radicalizaron fuertemente a la ultraderecha. Un factor
importante fue, la derrota continua por la vía electoral, que les dejó sin
esperanza de tomar el poder por vía institucional a pesar de las múltiples
trampas. Un segundo elemento, tal como explicó el canciller Elías Jaua, fue la reunión de la CELAC (33 países de
Latinoamérica) en la tan acusada República Cubana. Otra razón importante, fue
la entrada en vigencia de la Ley de Costos, Precios y Ganancias (Ley de Precios
Justos), que pasa a regular el margen de ganancia en un 30%.
En otras
palabras, se juntan el frente internacional contra el colonialismo
estadounidense (fiera herida en la Cumbre de la CELAC, que según el mismo
funcionario Kerry, ha perdido influencia en la región latinoamericana) y por
otra parte, el frente interno, con una burguesía que acostumbrada a
reapropiarse del trabajo ajeno y de la renta petrolera a través de la
especulación en la venta de los productos producidos en el país o importados,
salió a jugarse el todo por el todo. En otras palabras, el móvil de esta
protesta, no es ni medianamente, una protesta estudiantil, ni por la libertad,
ni contra los “espías cubanos” con que generan esquizofrenia paranoide en la población más manipulable, es una protesta
contra la inminencia del socialismo en el país.
La cosa
está así, ellos pegan con guerra económica, el frente patriótico, popular y
revolucionario, pega con leyes económicas para regular el margen de ganancia y
ante eso, que es casi como perder su motivación principal en este capitalismo
rentista especulativo, no queda de otra que la desesperación.
Cuáles son
los riesgos
En primer
lugar la intervención abierta o velada. Internamente estas fuerzas fascistoides compuestas por jóvenes envenenados
culturalmente, como por fuerzas paramilitares adiestradas en otros países para
la guerra irregular, no tienen suficiente capacidad de avanzar ante la cohesión
de las FANB. Ya se demostró que las acciones incendiarias -que todo el país
incluso la gente decente de oposición, debe rechazar- solo existen en un 6% del
territorio nacional, es decir, no tumbarán a ningún gobierno con eso.
En cambio,
a nivel internacional, una acción desarrollada entre artistas de la cadena mayamera Univisión, CNN y otras
cadenas internacionales, articuló denuncias puntuales con imágenes que aseveran
represión pero que se demostró se trata de montajes con escenas de represión
propias de Chile y España, (justo dos de los gobiernos que abierta y
descaradamente se han solidarizado con los llamados de Voluntad Popular).
En este
mismo momento, esas matrices y el gran cerco mediático que justificó la
invasión de un país como Libia en dos semanas, se encuentran en pleno apogeo.
El Parlamento de la Unión Europea recién aprobó una resolución donde se
solicita la liberación de Leopoldo López, que es lo mismo que decir que el
Estado venezolano permita que quienes atentan contra el mismo Estado, anden
libremente. Eso evidencia que el libreto y el circo están en plena operación.
El Papel del Pueblo Consciente y Organizado
1.- Es
prioritario devolver el zarpazo internacional, arremeter con declaraciones y
pronunciamientos a las principales cuentas y medios de actores internacionales
claves, que proyecten a un sector mayoritario en Venezuela que fue astutamente
cercado e invisibilizado por los poderosos. Éste es -en este momento- como
dijimos, el frente principal.
2.- Hay
que reconocer que hay un pueblo no consciente y mucho menos organizado. Este
sector, parte de la clase trabajadora, ha asimilado el discurso que señala al
gobierno como causante de una crisis, que nada tiene que ver con una mala
política económica, sino con una guerra de baja intensidad en la que prevalecen
acciones simuladas, rastreras y de desgaste popular. Este sector es un objetivo
fundamental de la disputa. De este sector depende que el fascismo prenda, si
prende el discurso y el programa de la derecha en el pueblo (cosa que no ha
ocurrido y por eso aún podemos escribir sobre esto), o que por el contrario, el
nivel de repudio popular sea tan amplio y extendido que la derecha no tenga
otra opción que postergar su cometido.
Es deber
del pueblo organizado ganar a este sector con una fuerte propaganda y agitación
que contrarreste el intoxicante discurso mediático. No basta VTV, VIVE y TVES,
requerimos todos los medios de propaganda, pancartas, volantes, pintas,
mensajería de texto, tuiter, feisbuk
(así a lo venezolano), etc, etc. Necesitamos
plantearnos urgentemente acciones que rebasen la limitada capacidad de
propaganda institucional, que se ha quedado corta y sorprendida ante esta
arremetida.
Está claro
que el poder que puede inclinar la balanza a nuestro favor no es ni ejecutivo,
ni legislativo ni mucho menos. Es el Poder Popular, como lo hizo en abril y
durante el “paro”. Eso no implica acciones espontáneas, ni aisladas, ni foquistas. Sino acciones bien planteadas pero que no
esperen por la iniciativa central de gobierno, porque simplemente es un
derroche de fuerzas que bien pueden estar en movimiento en vez de estar
esperando la ruta de la marcha de mañana. Es función de las organizaciones de
vanguardia popular generar estas iniciativas articulándolas con las acciones de
gobierno.
3.- No
obstante, no podemos descuidar el frente ideológico. En este momento la fuerza
del fascismo trabajado y amasado, pretende o bien derrocar al gobierno con el
apoyo indispensable de los invasores internacionales o bien llevar al gobierno
a negociar y deponer el programa socialista, en cuyo caso, sería igualmente un
golpe contrarrevolucionario, incluso peor, porque diluiría todo el acumulado
del chavismo y este pueblo sería de nuevo traicionado
y reducido a la impotencia.
No tenemos
para nada una posición pesimista en relación a la Conferencia de Paz convocada
por el Presidente Obrero. Se entiende en este contexto tal gesto de astucia
para aislar los focos que justifican la intervención, y cualquier otra lectura
aventurera sería poco realista y por tanto irresponsable. Pero sí es importante
tener claro que si este escenario no se planifica y no se aprovecha
correctamente, tendríamos una inmediata restauración de los valores
capitalistas y un retroceso en la conciencia revolucionaria del pueblo. Es
decir, desdibujaríamos nuestros intereses de clase, desdibujaríamos al enemigo
y con ello el programa socialista.
4.- Es
indispensable rearticular de forma inmediata una contraofensiva ideológica
contra el capital. ¿Quién le dice al señor Mendoza que quien trabaja los
feriados no es el sino sus trabajadores aunque él se apropia y administra las
utilidades generadas por el trabajo ajeno? ¿Quién le dice a FEDECAMARAS que se
puede dialogar pero no negociar los derechos de la mayoría? ¿Quién dice que a
nadie más que a los capitalistas les interesa el desempleo para bajar los
sueldos y salarios aún más y obtener mayores ganancias a costa del trabajo
ajeno? ¿Quién les apunta con el dedo para que reconozcan que la escasez no es
casual y que son ellos quienes han promovido la ola inflacionaria tan brutal
para chantajear al pueblo? ¿Quién se lo dice? ¿O callamos y otorgamos?
5.- Tales
son tareas del momento. Como también articular de forma vertiginosa un
movimiento popular que con sus diversidades filosóficas y organizativas
coincida en una agenda y tácticas para neutralizar al fascismo desde su raíz.
(¿O solo nos conformamos con contenerlo a través de los órganos de seguridad
sin desarticularlo?)
6.-
Debemos hacerle saber a Nicolás, fiel vocero de la clase trabajadora, al
Gobierno (que finalmente no es sino un reflejo del acumulado de poder del
pueblo trabajador, de nuestro poder como clase), que tiene un pueblo que puede
entender la táctica con disciplina y lealtad, pero que esta táctica debe
mesurarse para que no implique una concesión estratégica o la derecha solo se
fortalecerá más y más hasta que ni siquiera sea necesario dar un golpe de estado
para que nos derrote. Si vamos a dialogar, afilemos el acero de nuestros
argumentos, señalemos las diferencias estructurales con el capitalismo o lo
reviviremos a través de nuestros propios medios.
7.- En un
escenario posterior, o permitimos el sabotaje de los capitalistas hasta
agotarnos, o avanzamos en la nacionalización de la industria bajo control
popular y el desarrollo productivo comunal. No hay de otra. El capitalismo no
se regula, es contrario a su naturaleza voraz. El socialismo incluso el bolivariano,
pasa por controlar la mayor parte de la producción de los rubros importantes
para la vida social. De esta forma, no tendrían como chantajearnos.
Ante
cualquier escenario, algo es fundamental y transversal a toda tarea coyuntural,
y es la unidad de los revolucionarios y las revolucionarias, con nuestras
diferencias en filosofía, en método y en estilo, pero con la unidad estratégica
y orgánica en la lucha que nos llama.
¡A la Carga,
Defendamos la Revolución, Defendamos la Esperanza de la Humanidad!
¡Demostremos de
qué está hecho el Pueblo de Bolívar y Chávez!
¡Con el
pesimismo de la Razón y el Optimismo de la Voluntad!
¡No tenemos
tope, el Pueblo Venezolano es Invencible!
* Integrante
de la Red de Defensoras y Defensores de la Seguridad y Soberanía Alimentaria
(REDDSSA) y Al Colectivo Avanzada Popular