Insistencia recentralizadora
Juan Jesús Ayala
[…una política de Estado disminuida, en manos de los
poderes económicos, de ese mercado sin rostro y voraz que dictan a los que
gobiernan la receta del momento, que es recentralizar, y en esas estamos.]
Cuando no es por el lado de recortar
transferencias, lo es ahora, con una insistencia devoradora, por parte del PP y
PSOE poner en marcha un proceso recentralizador, de
una manera drástica y contundente, cual es el recorte presupuestario, y, sobre
todo, fijar el techo de endeudamiento para aquellos territorios que, dentro del
Estado, no cumplan con los requisitos de la modificación realizada del artículo
135 de la Constitución.
Este recentralismo por parte del PP no es de extrañar, puesto
que sus actitudes políticas han ido siempre por ese camino, y ya desde que se
aprobó la Constitución actual, que salió a flote precisamente por el apoyo de
los nacionalismos, a los que ahora se les quiere poco más o menos que asfixiar
política y económicamente, para una vez se sientan encorsetados y poco más o
menos que inoperativos, allí donde gobiernan se
achiquen y se olviden de esta o aquella reivindicación territorial.
Y es que, para el PP,
España sigue siendo una, no tan grande como en la época de los arcabuceros de Flandes
y, por supuesto, menos libre que nunca. El posicionamiento de esta organización
política no es de extrañar, además, cuando su presidente fundador, que ya
abandona la política, formaba parte de aquel Gobierno franquista que firmó la
sentencia a muerte del activista comunista Julián Grimau
y en los sucesos en Álava, que se saldó con dos muertes, se justificó con
aquello de "la calle es mía".
Son tics omnímodos
centralistas que circulan por su inconsciente colectivo y que continúan
dándoles rienda suelta, ahora tanto como siempre, con criterios
descentralizadores y que si la solución que nos traen, si llegan al Gobierno,
es recortar gastos, lo cual está bien, no es correctamente político dejar a más
de uno con agua y pan, y preso de unas circunstancias que entre los que han
gobernado y los que han opositado han contribuido a hacer esta maraña de la que
ahora intentan escapar cargándose políticas y reivindicaciones territoriales.
Esta insistencia recentralizadora del PP no es de extrañar, porque siempre han
caminado por ahí, y arribado en la política de caiga quien caiga, y entre más
mejor. Pero lo que más llama la atención es la actitud del PSOE, ya que cuando
Rodríguez Zapatero accede hace siete años a la Presidencia del Gobierno, hace
la promesa de reformar la Constitución con vistas a cambiar el modelo de
Estado, abrir el melón de las autonomías e ir hacia un Estado más federalizante, y ya como puerta de entrada de mayores y
mejores posicionamientos político-administrativos para algunos territorios.
Pues de lo que se dijo
a lo visto ahora no se parece en nada: el poder económico, las mentiras
políticas, han propiciado que se esté ante una política de Estado disminuida,
en manos de los poderes económicos, de ese mercado sin rostro y voraz que
dictan a los que gobiernan la receta del momento, que es recentralizar, y en
esas estamos.
Ya hemos con
anterioridad mencionado que este artículo 135 puede tener una contrapartida
inesperada y no deseada por los que lo han apoyado, y pudiera ser que los
nacionalismos, ante este acoso desmedido, se rearmen, y aquellos que gobiernen
en sus respectivos territorios pudieran estar mejor solos, sin tutelajes, con
sus capacidades, y lo que se obtenga sea un fenómeno centrifugador donde el
Estado quede minimizado y otros territorios maximizados. Todo es posible.