La independencia de Canarias

 

Roger *

Tardará más, tardará menos, pero es indudable que Canarias será un día independiente. Hemos leído este fin de semana algunos artículos referidos a estos deseos, en este mismo periódico.

La carta respetuosa a los Reyes, las opiniones de Antonio Cubillo y de otras personas que desean la independencia para esta tierra. Y los editoriales de EL DÍA, que lejos de "asustar" a sus lectores los hacen cada días más numerosos y comprometidos con su tierra.

Las ideas independentistas no son baladíes en Canarias. Otra cosa es que el Gobierno "canario", integrado hoy por un partido que se dice nacionalista y por otro estatalista, no vaya lo suficientemente deprisa en este asunto. Pero incluso con el tancredismo al uso, la independencia llegará y de ella disfrutaremos todos los isleños.

Nadie duda de que va a ser un camino difícil, porque hay especialistas en cortar rosas y dejar en el camino sus espinas para que los que sigan la senda resulten dañados. El sentimiento está ahí, es inamovible.

Cuando nos sentimos agraviados por el invasor, que son tantas veces, aludimos al godo, al que ha venido aquí a sojuzgar al pueblo desde muchos estamentos de la sociedad. Y siempre tenemos que hacer la distinción entre ese esperpento y quien ha llegado a trabajar, a integrarse y a luchar codo con codo con el canario. Esta no es, ni debería ser nunca, una sociedad cerrada, sino otra abierta, cosmopolita, tolerante, democrática. Una república soberana con buenas relaciones con todo el mundo que la quiera, que la respete y que la apoye.

Este fin de semana se han abierto en este periódico[El Día] algunas ventanas solidarias con la idea y con el sentimiento. Y es bueno que esto ocurra, sin que nadie se extrañe, sin que nadie se asuste. ¿O acaso es malo querer ser dirigidos por los nuestros? ¿O no es aceptable que nos queramos quitar de encima el yugo que nos colocaron tras la conquista? ¿O es que nuestra condición de islas, alongadas al Atlántico, separadas del continente español, no nos da más derecho que cualquier otro pueblo del Estado actual a ser independientes?

A la independencia no hay que tenerle miedo, sino respetarla. La velocidad con que se consiga es responsabilidad de los gobernantes que el pueblo ha colocado en sus puestos para realizar el tránsito. Apelamos a esa responsabilidad y a su patriotismo para que ésta no sea una carrera a cámara lenta. Sino que vaya al ritmo que todos deseamos. Es decir, a toda velocidad.

* Publicado en el periódico El Día, 11-07-2011