Félix
Román N. Rodríguez *
Mi
defensa del independentismo no está basada en
No
quiero entrar en algunos juegos de falacias que desde fuera de Canarias se
dibujan, que los independentistas de nuevo cuño somos víctimas de la
manipulación, que los países tienden a unirse y no a generar fronteras (cuando
en los últimos 30 años lo que ha habido es un nacimiento de nuevos estados),
que
En
Canarias hemos construido una sociedad plena y en la que se entremezclan dos
identidades nacionales de forma mestiza, y sin problemas relevantes de
convivencia… Y esta identidad nacional canaria no es el apego al terruño o un
regionalismo. Son identidades nacionales claras, de país.
En
Canarias ese equilibrio social y esa posibilidad de vivir en paz, con trabajo y
esfuerzo que no generan una sociedad fracturada, son un logro de una sociedad
como la nuestra, un equilibrio en el que sistemáticamente las leyes, los
políticos, e instituciones canarias han estado cuestionando en los últimos
años.
Esa amenaza sólo se podría conjurar con un sistema
confederal donde Canarias tuviera unos ámbitos de soberanía incuestionables y
tan sólo una serie de competencias compartidas deberían tratarse en común con
el resto del estado. Al estilo de
Por otro lado, la política en Canarias goza de algunos
problemas propios, pero que también son virtudes. Tenemos pluralismo político, hay muchos
partidos en el ámbito canario. Y ese pluralismo político no es sólo una
cuestión de partidos, los movimientos sociales en Canarias son y han sido históricamente más fuertes que
los movimientos sociales a nivel de estado.
La
sociedad canaria es una sociedad movilizada, organizada, con un tejido social
muy activo, Canarias tiene un código propio de lucha que refleja ese
pluralismo.
Evidentemente tenemos nuestros corruptos, nuestros
Millets, nuestros alcaldes corruptos, nuestros casos que afectan al entorno
incluso del Presidente y nuestros chanchullos, pero cuando se comparan con
algunas redes clientelares que son endémicas en algunas administraciones, a la
corrupción que está en el tuétano de uno de los dos partidos políticos más
importantes del reino de España, la cosa palidece. En una Canarias independiente
tendremos redes clientelares, corruptos y élites que intentarán ejercer presión
e influencia sobre el poder político, quien querrá conseguir su monopolio, su
ley que le favorezca, pero el mayor pluralismo, la mayor organización social y
la mayor competencia electoral dificultará algo más estas tramas extractivas.
Por
último, la estructura de financiación autonómica responde más
a criterios políticos que de racionalidad económica. Esto
hace que se creen redes clientelares que perjudican la economía de los
ciudadanos. Los grandes
partidos españoles tienen pocos incentivos para cambiarlo ya que el sistema alimenta a
sus principales graneros de votos (Andalucía
en el caso del PSOE, sendas Castillas en el caso del PP), o a territorios que dentro de
los equilibrios de poder interno de los grandes partidos tienen de por sí una
gran importancia (Extremadura,
Asturias). Canarias es una de las piezas
claves para sostener e impulsar este sistema clientelar. Es el principal motor
de evolución autonómico y todo paso en la descentralización política que se
consiga generará un paso mayor a profundizar en un sistema autonómico clientelar:
más competencias y más arbitrariedad para el reparto de dinero para
gestionarlas genera más clientelismos internos en la élite de ambos partidos, y
por otro lado es un motor económico que permite mantener el reparto clientelar
de riqueza entre autonomías. Esto perjudica incluso a los ciudadanos de las
autonomías clientelares que no estén vinculados a las élites locales. Las
autonomías tienen pocos incentivos para generar instituciones políticas
inclusivas y que favorezcan instituciones económicas inclusivas porqué la
inyección de recursos externa permite sostener las redes clientelares. Aunque
no todas las instituciones políticas autonómicas españolas son clientelares y extractivas
y las instituciones españolas no son del todo extractivas, sí que el impulso
autonómico y su financiación fiscal ha hecho que España genere instituciones
menos inclusivas y más clientelares. La solución puede pasar por reformar el
sistema fiscal autonómico y hacer que las autonomías recauden sus propios
impuestos, hagan sus gastos y pasen a un fondo común una parte que permita
equilibrios territoriales, además de financiar los gastos generales del estado.
Pero todo eso no está en la agenda de los políticos españoles, ni siquiera
cuando los catalanes están amenazando seriamente con irse. Por tanto temo que
para dejar de alimentar esta red clientelar es mejor que Canarias sea un estado
independiente.
Estos
son tres motivos que no tienen que ver con la identidad nacional.
*
Contertulio de
Otro artículos de su firma publicados en elcanario.net