DESDE LO ALTO DEL PALMERAL

 

POR UNOS IMPUESTOS SOLIDARIOS

Félix M. Arencibia

Aquí amigos y amigas todos tenemos que aprender, muy rapidito, de todo y hasta de economía. Los ciudadanos de a pie no podemos dejar nuestros asuntos en manos de los especialistas interesados y los políticos que han perdido el norte de los intereses de la mayoría en beneficio de una minoría. Por mi parte recibo informaciones desde diferentes fuentes, las voy filtrando y estudiando. Tenemos la suerte de apoyarnos en la sabiduría profesionales que además de ser economistas competentes son personas solidarias.

Muchas cosas oigo por ahí, concretamente el otro día me enredé con un conocido que tenía una empresa con dos socios y un trabajador, que a su vez dicha sociedad estaba subcontratada con una gran empresa de seguros. Se quejaba de los gastos que le ocasionaba el trabajador, pero no de la miseria que le abonaba dicha sociedad seguros por sus servicios. El conocido microempresario daba la sensación de sentirse de otra casta, que formaba parte de la gran clase empresarial, incluida en ella la macroempresas. Por mi parte pienso que los pequeños y medianos empresarios son importantes para la creación de empleo, pero que el trabajador también es básico para que su negocio vaya a buen puerto, para crezcan sus rentas. Aquí todos somos piezas claves como lo es un tornillito en la estructura de un automóvil.

Bueno, amigos, quería hablarles de los impuestos, de la justicia y la solidaridad que suponen cuando están bien distribuidos. Recuerdo que me decía ese pequeño empresario que las grandes empresas pagaban el impuesto de sociedades que era de un 30%. Este porcentaje es inferior al 40 %  que se recauda de media europea. Además, ateniéndonos a la realidad no se paga ese 30% ni mucho menos, se queda, gracias a desgravaciones, como la RIC en Canarias y otros amaños fiscales, en una media de 9,9% de los beneficios. Tanto por ciento inferior al que se abona en algunos paraísos fiscales como Irlanda (12,5%). Esto me trae a la mente la declaración de un empresario estadounidense que dice que pagaba menos impuestos que su secretaria. Ya se ve que en todos los lugares se hacen potajes y existen esas injusticias en las que muchos políticos son colaboradores decisivos para fortalecer dicho abusivo sistema.

De este desfase fiscal no se libran los autónomos y las microempresas declararon el 2009, 11.036 euros. Según ello se deduce que ganan menos que los trabajadores y los pensionistas (19.354 de media anual). A pesar de que algunos lo han pasando mal, las cifras demuestran que existe un fraude general, pues han venido declarando desde 1993, 10.260 euros, hasta que se ha producido esta catástrofe económica, y que apenas aumentado la cantidad.  

Por si acaso alguien creía que me iba a olvidar de los trabajadores asalariados, según los datos que constato estos aportan prácticamente lo mismo que en el resto de Europa. Creo que no deben seguir sufriendo esta falsa crisis y pagando sus costos los menos responsables y los más humildes de nuestra sociedad. ¿Será mucho pedir que esto cambie?

Les dejo estos versos que espero que les aporte una poco de aire fresco de alisios: “No quiero dormir /espero que me inunde la noche / me filtre, traspase mi piel”. Mientras,  el otoño, amigos, sigue titubeando en llegar con sus lienzos de matizados colores y sus maguas.

http://doramas1924.blogspot.com

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