IDAIRA, LA NIÑA GUANCHE

«» Josefa Falcón Abreu

Todo cambió de forma brutal cuando aquellos desconocidos, que decían ser conquistadores, llegaron a Canarias, la tierra que tanto amaban quienes la habitaban: Los Guanches… Significó para todos ellos conocer el dolor, el dolor de perderlo todo…, sus tierras que con tanto afán cuidaban y necesitaban para subsistir -con lo que estas les daban al cultivarlas-, les fueron arrebatadas y pasaron a manos de aquellos desconocidos que no tenían ningún derecho sobre ellas, solo el “derecho” que les daba la fuerza bruta, las armas y el aquí ordeno y mando… Libraron duras batallas contra aquellos intrusos en la que muchos guanches perdieron la vida, se alzaron con toda su fuerza por defender su patria, sus raíces, su cultura, su lengua…, aquellos otros eran muchos y venían armados hasta los dientes…, hasta les obligaron a bautizarse cambiándoles sus nombres y poniéndoles los que a ellos les venían en gana…..

Idaira, la  niña guanche, miraba a sus padres, les oía hablar y veía sus caras tristes y preocupadas que no pasaron desapercibidas para ella ya que, pese a su corta edad, sabía que lo que sucedía no era nada bueno para ellos. Ignoraba lo que el destino le deparaba porque, un día, los guanches, los adultos y también los niños, comenzaron a ser vendidos como esclavos por los malvados conquistadores… Idaira fue una de ellos… La arrebataron a su familia y la enviaron lejos de ellos y de su tierra a otra tierra desconocida y con gente desconocida… Idaira solo podía llorar…Se preguntaba ¿por qué? Pero no encontraba respuesta… Su vida había cambiado, pasó a ser una niña triste, sin cariño, sin nadie que se preocupara por ella… ¡como echaba de menos a sus padres, sus caricias, sus cuidados, su cueva donde tan felices vivían, sus amigos…..! Ahora era una esclava de “sus señores” a quienes tenía que servir… Ella no había nacido para eso, siempre oyó decir a los suyos que siempre serían libres y ella quería seguir siéndolo. Por ello un día pensó en irse, esperaría el momento oportuno, cuando nadie la viera…., y tal como lo pensó lo hizo…

En la madrugada, antes de que empezara a clarear, mientras todos aun dormían, ella se echó al camino con mucho miedo pero con muchas más ganas de desaparecer de allí…, Sabía que cerca de la casa donde ahora estaba habían otros guanches que también habían sido traídos como esclavos, les pediría ayuda… ¡Pobre niña guanche! La libertad perdida era muy difícil de recuperar… Tenía miedo, hambre, frío… Aquella gente -sus “señores”- vendrían en su búsqueda y si la encontraban la iban a castigar…, angustiada siguió andando y alejándose cada vez más hasta que, de pronto, se encontró con aquel hombre de aspecto cruel… Asustada corrió hacia unos matorrales con tan mala suerte que cayó por un precipicio…, su final fue triste como el de otros muchos guanches…, murió…, murió tristemente al ir en busca de la ansiada  libertad, la pobre niña guanche…

* Josefa Falcón-Assidd n Wayyur

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