Día
de la Hispanidad
Isidro
Santana León
Todos los 12
de Octubre conmemora España la gran salvajada cometida sobre los pueblos de
América, así como su nefando colonialismo, tal si fuera una proeza dignificante
para la raza humana esa parte de su necrófila historia.
Da grima, y no menos desprecio, que un estado que se
hace llamar democrático celebre este holocausto del siglo XVI, cuestión análoga
a si Alemania celebrara el genocidio nazi. El espíritu invasor de este reino se
invetera año tras año, aferrándose a seguir sujetando colonias, como lo hace
con la nación canaria, anacronismo que, de inmediato, debe de erradicar las
Naciones Unidas. Pero ahora se desluce su garbo, sus ceremonias y sus pendones,
porque a quien hay que felicitar en este octubre del 2012, en nombre de la
libertad y del anticolonialismo, es al pueblo venezolano y en especial a su
mandatario, Hugo Chávez Frías, por su incuestionable victoria al capitalismo,
al colonialismo y al imperialismo. Logro que se extiende
a todo el sur de América y Caribe y, por qué no, al resto de los países
latinoamericanos que, poco a poco, porque se lo exige la historia y sus
intereses nacionales, inexorablemente irán entrando en la senda Bolivariana,
que es el principio del fin del neoliberalismo en el mundo. Ya no saben qué
adjetivo inventar para vilipendiar al presidente venezolano, pues la evidencia
y la limpieza de los comicios ha tirado por tierra toda la propaganda de los
países corruptos, de postizas democracias, sobre todo por los intereses que
tienen sus empresas en el suelo de Bolívar. ¡Por qué no te callas! Ahora no
sólo no lo mandan a callar sino que, hasta el dictador Mariano Rajoy –hermano
ideológico de José Mª Aznar, golpista al mandato
legítimo de Hugo Chávez en el año 2000–, le manda sus felicitaciones por la
limpieza del sufragio, teniendo que doblar la cerviz ante el jefe de estado
americano porque sabe qué intereses españoles están en juego y que Chávez no se
anda con rodeos para truncar cualquier operación fascistizante
en su país. ¡Larga vida a Chávez!¡Viva Latinoamérica
libre¡ ¡Que jodida está la prensa reaccionaria y los plumíferos pesebreros con esta victoria! Sólo han podido engañar a los
intoxicados futboleros, analfabetos y despolitizados de la arruinada España y
Europa, pero no al pueblo combativo, libre y digno de Venezuela.
¡Qué grande es la historia!: mientras el egoísmo
capitalista impulsa la guerra, la enemistad y la destrucción en una parte del
mundo, en otra, en el Nuevo Continente, los países buscan la cooperación, la
solidaridad, la paz, la justicia y el bienestar de los pueblos. Ninguna
filosofía es aplicable en todos los tiempos para la construcción de un mundo
humanizado. Son los actos, los principios y la osadía de algunos hombres en
cada momento de la historia, los que eficazmente propulsan los cambios. Hugo
Chávez, siguiendo las huellas de Bolívar, el arrojo de José de San Martín, los
versos de José Martí, el entusiasmo de Artigas, la valentía del General Santa
Ana, de Miguel Hidalgo…, ha logrado, como querían sus predecesores, unificar y
cohesionar América Latina dentro de una gran nación que aspira a la igualdad,
la fraternidad y la justicia.
Carece España de autoridad moral alguna para hablar de
democracia, de justicia o de legitimidad, cuando desde tiempos inmemoriales se
han legado el mandato del estado una prosapia que el pueblo no ha elegido y
que, cual privilegio medievalista, sufraga por la fuerza la clase productora.
El sistema venezolano es un ejemplo que, por su puesto, la laya mamona
arribista, explotadora y estafadora, estigmatiza de lo que España es en
realidad: un país de corruptos, de tramposos. Me da igual que sigan celebrando
sus viejas y despreciables glorias mientras Canarias consiga apartarse de esa
leprosa a la que ya nadie se quiere arrimar, pues sólo se le acercaban por su
exhibición de riquezas y oportunidades, que se llevaron unos cuantos y que
tienen a buen recaudo, contando con ella, en la actualidad, tan sólo con el fin
de que preste su suelo y el de su colonia para operaciones militares. Le ha
pedido ayuda a China, a Rusia etc., además creo que terminará pidiéndosela a Irán
y, por cercanía lingüística, a Venezuela. Los piojos se pegan allá donde hay
sangre y España, por instinto de supervivencia, se pega a cualquier coyuntura…
¡qué más da la que sea!, como si el Borbón tiene que hacerse republicano, eso
si, sin presentarse a las elecciones.
Otros artículos de Isidro Santana León publicados en El
Guanche y en El Canario