Algo más que hipocresía

 

«.» Isidro Santana León *

[...¿Acaso es más importante el incendio de una catedral que los genocidios cometidos por el Estado Galo y sus aliados?...]

Cuando a Europa o EE.UU les pica una mosca, los alaridos se oyen en todo el Globo; cuando los países de África y Medio Oriente son mordidos por el cocodrilo, el mundo enriquecido y sus medios se inhiben o tergiversan las cruentas heridas.

Sip, tenemos un traca noticiera, continua, recurrente, por el incendio de la catedral de Notre Dame –París–, donde los poderes mediáticos hacen conmover al mundo, como si de la apocalipsis se tratara, y desde la disposición inmediata de UNESCO hasta el llamamiento internacional del gobierno francés instando aportar dinero para su reconstrucción, todo al mismo tiempo que el país galo tiene un grave problema social y político.

Un Estado imperialista, colonialista, como es Francia (perteneciente a la banda terrorista OTAN), mirándose el ombligo se muestra doloroso por un accidente que puede ocurrir en cualquier parte, mientras su poder bélico masacra pueblos y arrasa con el patrimonio histórico de los países que sigue sometiendo para continuar rapiñándolos. Empezando por Libia, que la destruyeron para mantener sus intereses en el Norte de África y desestabilizar este país dejándolo en manos de las mafias y el terrorismo que el propio imperialismo crea y sufraga, hasta la destrucción de Irak (Mesopotamia, cuna de la civilización), también éste con un patrimonio histórico cultural de mucho más interés que la catedral parisina. Pero en Irak, Libia, Siria… no sólo destruyeron las bellas construcciones, sino que saquearon de los museos todas las valiosas piezas de sus antiguas culturas, así como el oro, que están a buen recaudo en los países europeos y en EE.UU

No sólo hay recordar la piratería con la que se nutre el imperialismo en nombre de la “democracia”, sino el reguero de víctimas inocentes de su abuso de poder y la consecuente diáspora de refugiados que huyen del hambre, la guerra y la sinrazón, seres humanos que después de crearle esta situación inicua ni siquiera acogen como es obligación en la Carta de los Derechos Humanos.

Claro está que para racionalizar la criminalidad del imperialismo, éste se ampara o arropa con un gran aparato mediático de la “información”, enfocando los acontecimientos para que la realidad se desconozca y que los pueblos desinformados justifiquen semejantes tropelías en una alienación mundial sin precedentes.

¿Acaso es más importante el incendio de una catedral que los genocidios cometidos por el Estado Galo y sus aliados? ¿Qué persona consciente pude llorar por semejante hipocresía? ¿Cuándo estos gobiernos déspotas y abusones han respondido por sus crímenes de lesa humanidad ante los tribunales? No, tienen comprada a las Naciones Unidas y cuando ellos estornudan les llevan inmediatamente a quirófano. Sin embargo, la vida de los ciudadanos de otros países u otras culturas antagónicas con sus ambiciones saqueadoras, se bombardean sin compasión porque la supremacía racial de los que se han enriquecido con los países invadidos así lo quiere, así lo determinan y así gira este planeta.

16/04/19

* Isidro Santana León: novelista, poeta y cantaautor.

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