PARA
BRUNO PERERA, EN AUSTRIA.
INTELIGENTES, ASTUTOS Y MUY "MAÑOSOS
PESCADORES"
Por Paco
Díaz
Otro
Sí:
¡Los guanches sí conocían la navegación, y de qué forma les
admiraban los cronistas portugueses y escoceses de la época, si no, léete
la tesis doctoral, "Pesquerías en el Continente Africano"[1], de
uno de los mejores paleontólogos, Francisco García Talavera Casañas[2].
Todo ello, por realzar la inteligencia, astucia y
"maña" de nuestros antepasados indígenas, además de su gran pundonor
en la faena, gran éxito, fulminantemente muy rápidos. Pero sobretodo,
por sus gran frugalidad, ya que sus armadores solo les proporcionaban el gofio.
Lo demás que comieran lo aportaban ellos mismos, como siempre lo hicieron, ya
que en la muy cohesionada, ya que la sociedad guanche se administraba, ya
en aquella lejana época, por una verdadera "república con un
gran adelanto social y económico basado en el trueque, y hasta con existencia
del divorcio, especialmente en las mujeres, ya que, de hecho, la
"cultura maga" era fruto de una "sociedad matriarcal.
En dicha sociedad maga todo se repartía equitativamente, aunque los
nobles recibieran su parte superior por su lógico y justo estatus social ganado
a pulso. Para distribuir la riqueza era una de las razones de la
esmerada educación de las doncellas "arimawadas", las cuales eran muy cultas
porque estudiaban en los "cenobios" (monasterios, no confundir
con los silos, como el Silo de Valerón, que no cenobio), como si de
universidades se tratara. Entre muchas disciplinas, estudiaban cómo
administrar equitativamente las muchas riquezas ganaderas y agrícolas
que poseían, bien guardadas en sus enormes silos en piedra basáltica,
como los de Los Silos, en Chinet, o los de Los Silos que existen en el pago
ganadero y pastoril en Guía, en Tamarant, junto a donde pose una
"gambuesa" de ovejas el pastor Miguel Moreno, a quien, por sus defensa
legal de otros pastores, le conocen por "el Abogado!", o en los
cercanos seis silos de la Montaña Vergara.
En esta misma Montaña de Vergara es donde comenzó la tradición iniciada por mediación de "El de Quintana y Señor de Vergara", quien poseía la mayoría de los enormes cortijos que hoy ocupan la mitad de los municipios de Guía, Gáldar y Moya, el mismo que guardaba su administración bajo tres llaves en una caja fuerte muy especial. Esto fue en 1811 cuando la isla estaba asolada por las tres peligrosas plagas: la Peste, el "Hambre Canina" y la "Cigarra Berberisca". De esta fecha arrancó la primera fiesta semi-pagana de Las Marías en Guía de Tamarant, la que hasta entonces era de fiesta del Weñesmén, o de la cosecha. La misma que usaban celebrar con gran jolgorio todos los guanches, especialmente el Mencey Acaymo, en Tacoronte, con su capitán Guayonja y todos sus pastores y pueblo en general, donde finalmente se quemaba una gran hoguera, la cual supongo que con el paso de los años derivó en la quema de "EL Haragán", muy popular en Tacoronte, la cual se sigue actualmente realizando.
Oficialmente la celebra con todo su esplendor y oficialmente, a mediados de
Agosto, por el ayuntamiento de San Juan de la Rambla. También todos
los años grupos independentistas la celebran con gran sentido de la
tradición este weñesmen en casi todas las islas. Entre otros, el grupo de la
Asociación Benchomo, con su bravo "chamán" guanche,
Eduardo Benchomo, en las playas de Chinet. En Tamarant, en el Barranco de Silva
(más justo sería, Barranco de Guayasen, el Bueno, quien verdaderamente
perdonó la vida al cobarde Silva, en aquellos riscos) y en Cebadal,
junto a las "cazoletas", (o mejor, "escudillas") guanches
que se encuentran en el rompiente del mar.
Hasta hoy día podemos encontrar aquellas misma joyas de cerámica indígena,
realizadas con un sentido tan esmerado y artístico, sin torno alguno, sino a
mano, que tanto admiraron a aquellos rudos conquistadores, a pesar de ello
la prohibieron junto con la mayoría de los "usos y costumbres"
tradicionales. Es decir, rompieron drásticamente, no solo su ideal y bucólica
forma de vida, sino toda su cadena social y económica, cambiando lo que antes
era armonía y vida social, por una verdadera catástrofe en todos los sentidos.
Por ello y, después de ver asolada la isla de Chinet con la Modorra, grave
enfermedad por envenenamiento de las fuentes y manantiales guanches. Una
guanche se enfrentó al paso de los conquistadores y les espetó: "¡Esto
es lo que querían, hambre, desolación y miseria! ¿Ahora, por fin, estarán
contentos?"
Aquella cohesión perfecta maga, es exactamente la misma que siguen
manteniendo, invariablemente, con su gran "Fidelidad" nuestros, aún
pastores guanches: sus mudás" o "trashumancia", sus
"Cogidas de Papas", cuando "echan un techo", etc., y ¡hasta
seguimos poseyendo leyes magas que no pudieron quitar, con la detractora batería
de arbitrariedades que cometieron cuando llegaron al poder los "reyes
Borbones": las leyes de "serventías" y "pasos de agua
y leyes de aguas de Canarias"! Pero que lo jueces godos no se preocupan de
conocerlas ni las respetarlas. Por ello, algunas veces el valiente abogado,
Francisco Díaz Palarea, se enfrenta a éstos godos y les recuerda con
"sorna y desprecio": "¡Señoría, estúdiese las leyes
"magas!". Éstos, como típicos godos airados pierden las
formas y le amenazan: "¡Qué le expediento!". Mientras él vuelve a repetirles:
"Señoría, solo le he recordado que debe estudiarse las leyes canarias,
que son para conocerlas, cumplirlas y obligar a cumplirlas!"
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Casi
todos aquellos "usos y costumbres magas", todavía las realizan los los
boyeros (de wa-yeros, wa = pastor (De ahí viene el nombre de la "Pila de
garrote Wanirama Afirgud" = del Pastor de Firgas) isleños
en sus "mudás", trasquilas de ovejas, éstas importadas. Sobre
su actual y típica frugalidad, sigue siendo la misma de entonces en su estirpe
de todas las islas.
Nuestros
antepasados vencieron en muchas estratégicas batallas,
especialmente en la "Matanza de Acentejo", en
la cual los guanches iban siguiendo muy de cerca los pasos del ejército
invasor de Fernández de Lugo, para luego darles donde más debilidad tenían:
su estómago y avaricia por la comida, y especialmente por los buenos corderos
bien cebados. Justo al paso del ejército invasor soltaron los "más gorditos" para
que se les hiciera la boca agua... ¡Y tanto que se les hizo, que defenestraron
a cerca de 2000 soldados muy bien pertrechados para la difícil batalla que sabían
se les presentaría. Pero si que los dejaron tan bien
"engodados", que quedaron petrificados cuando se vieron, atacados por
sorpresa y por verdaderas fieras al acecho". Seguro que los pescaron como
aquellos peces que pescaban en el Charco de La Aldea y cuya habilidad tanto
encandiló a aquellos primeros monjes mallorquines, no a los posteriores
colegas inquisidores de después de la conquista. ¡Qué pena que tan
estratégica batalla no figure, como casi todo lo bueno de los canarios, en la
historia colectiva!. Parece que esta magnífica estrategia de esta batalla,
"Matanza de Acentejo, les sigue dando tanta vergüenza que "no figura en
la historia de la "Estrategia Militar! Ya llegará la verdadera HISTORIA.
Cuando pronto seamos independientes, también con tu ayuda y de todos aquellos
canarios compatriotas que se encuentras en la diáspora. Es por ello por lo
que "El Sistema" y la aherrojada garra de su "Mano
Negra", nos han inundado de inmigrantes "carne de cañón".
Tan grande fue el descalabro, que cuando, finalmente casi al final
cuando llegó el Gran Mencey Benchomo, quien había quedado guarneciendo Tahoro
(La Orotava), al Barranco de Fanfán, hoy conocido por San Antonio, al ver a su
hermano, Tinguaro, el comandante de su ejército mago, quien cómodamente
contemplaba el final de la batalla desde lo alto de una piedra, le afeó su
conducta. Pero el noble achimenchía Tinguaro, le contestó airado: "Tú
me has encargado, como jefe, ganar esta batalla. Mírala esta ganada. Esto de masacrarles
es cosa de "trasquilados" -carniceros-"
Solo deseo que con esta exposición sientas redobladas ganas, desde
Austria, de apoyar con todas tus fuerzas la Independencia de tu tierra. No solo tu
isla Titeroygatra, sino Canarias en general.
Saludos.
Paco Díaz
Guiniguada, 21 de Septiembre, 2011
[1]
Pesquerías canarias en la costa del Sáhara
[2]Francisco García-Talavera Casañas
Ilustraciones:
1/4: José Carlos Gracias, tomadas del periódico El Día
5: Archivo