Guaidó: El Enviado del Pentágono, Capataz del Golpe Fascista

 

«.» Félix Román N. Rodríguez  *

[...Juan Guaidó es un personaje que se ha creado para este acontecimiento, es la lógica de un laboratorio, Guaidó es un conjunto de elementos que crean un personaje que, con toda honestidad oscila entre la risa y la preocupación...]

El pasado mes de enero del presente año, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro Moros, tomó cargo de su posesión para un nuevo mandato presidencial  2019-2025

Nicolás Maduro Moros tomó las riendas del país después de su victoria en los pasados comicios electorales que tuvieron lugar el 20 de mayo de 2018 con más de seis millones y medio de votos, un 67% de apoyo popular. Hoy por hoy Venezuela vive una situación crítica y lamentable, producto del sistemático bloqueo económico, de una guerra económica impuesto por los Estados Unidos que sólo reconoce a su mentor enviado por la CIA, Juan Guaidó que se autoproclamó presidente en una plaza pública rodeado de sus seguidores serviles. Juan Guaidó el capataz del golpe fascista

Toda esta parafernalia no es más que un plan orquestado por el imperialismo norteamericano, por la CIA y el Pentágono, desde hace 17 años en el año 2002 cuando el Golpe de Estado perpetrado por el entonces empresario Pedro Carmona, el llamado “Carmonazo”.

Una vez más el pueblo venezolano, bolivariano, revolucionario, y chavista ha salido nuevamente a las calles para condenar este acto  fascista, golpista y terrorista, todos saben, todos sabemos, el motivo de esta envestida golpista… el petróleo y sus recursos naturales, sí… el petróleo. Venezuela ocupa el primer puesto en el mundo con las mayores reservas petroleras, el segundo puesto en las reservas del coltán, tercero en gas (después de Rusia y Bolivia), el tercero en oro y diamantes, además de las enormes riquezas, los enormes recursos que guarda el arco minero del Orinoco.

El plan perfecto, la coartada perfecta para que Estados Unidos y sus serviles lacayos de la Unión Europea se apoderen de sus cuantiosos recursos que posee Venezuela. Para ese fin ya han elegido a su mentor, al mesías encargado de formar un nuevo gobierno y repartir el pastel, al rapiñero de Juan Guaidó, el enviado del Pentágono para formar un gobierno  golpista.

Es el mismo guión, el mismo libreto que utilizaron en Irak, Libia, Siria, aunque con la diferencia que en Siria fracasaron. Pero este guión más se me parece al que utilizaron en Chile en el gobierno de Salvador Allende donde la casta fascista, de los empresarios de la burguesía almacenaban sus productos, escondían los alimentos para provocar así desabastecimiento, subida de precios creando así malestar en la población, alertando asi un escenario para el golpe de estado, como así ocurrió en ese país.

En Venezuela no funcionó, no dio resultado, los venezolanos son conscientes de esta situación y no están dispuestos a entregar su país a intereses foráneos, a mafias transnacionales que explotan los recursos de los países, empobreciéndolos de por vida.

Es obvia la desesperación que les motiva para tales fines, la derecha fascista no les importa lo más mínimo su país, no les importa entregar las riquezas de su país, lacayos serviles que sólo desean obtener intereses económicos, el pueblo chavista está en la calle dispuesto a defender la revolución, el legado de Chávez, los principios de libertad y la NO injerencia de potencias extranjeras.

Juan Guaidó es el producto de un proyecto norteamericano de una década, supervisado por los entrenadores de élite del cambio de régimen, mientras se hace pasar por un campeón de la democracia. Guaidó ha pasado años al frente de una violenta campaña de desestabilización.

29 de enero de 2019 antes del fatídico día 22 de enero menos de uno de cada cinco venezolanos había oído hablar de Guaidó. Hace sólo unos meses el hombre de 35 años era un personaje oscuro en un grupo de extrema derecha políticamente marginal, estrechamente asociado con actos espantosos de violencia callejera. Incluso en su propio partido, Guaidó había sido una figura mediocre de nivel medio en la Asamblea Nacional dominada por la oposición, que ahora se encuentra bajo desacato de acuerdo con la constitución de Venezuela.

Poco después de una sola llamada telefónica del Vicepresidente de Estados Unidos Mike Pence, Guaidó se autoproclamó Presidente de Venezuela. Ungido como líder de su país por Washington, un habitante del fondo político anteriormente desconocido fue trasladado al escenario internacional como líder de la nación con las mayores reservas de petróleo del mundo seleccionado por los Estados Unidos.

Haciéndose eco del consenso de Washington, el comité editorial del New York Times calificó a Guaidó como un “rival creíble” para Maduro con un “estilo refrescante y una visión de hacer avanzar al país”. El comité editorial Bloomberg News lo aplaudió por buscar la “restauración de la democracia”. El Wall Street  Journal  lo declaró como “un nuevo líder democrático”.

Si bien Guaidó parecía haberse materializado de la nada, de hecho fue el producto de más de una década de asidua preparación por parte de las fábricas de cambio de régimen de la élite del gobierno de los Estados Unidos. Junto a un grupo de activistas estudiantiles de derecha, Guaidó fue entrenado para socavar el gobierno de Venezuela, desestabilizar el país, y un dia tomar el poder. Aunque ha sido una figura menos en la política venezolana, pasó años demostrando en silencio su valía en los pasillos del poder de Washington.

Juan Guaidó es un personaje que se ha creado para este acontecimiento, es la lógica de un laboratorio, Guaidó es un conjunto de elementos que crean un personaje que, con toda honestidad oscila entre la risa y la preocupación.

Este rapiña se vende hoy como la cara de la restauración democrática, pasó su carrera en la ficción más violenta del partido más radical de oposición en Venezuela, posicionándose a la vanguardia  de una campaña de desestabilización tras otra, su partido ha sido ampliamente desacreditado dentro de Venezuela, y es en parte responsable de fragmentar una oposición ya debilitada.

El principal encuestador de Venezuela Luis Enrique León afirmó que estos líderes radicales no tienen más del 18% de aprobación en las encuestas de opinión, el partido de Guaidó permanece aislado, porque la mayoría de la población no quiere la guerra, lo que quiere es una solución.

Esta es precisamente la razón por la que Guaidó fue seleccionado por el Pentágono: no se espera que guie a Venezuela hacia la democracia sino que derrumbe a un país que en las últimas dos décadas ha sido un bastión de resistencia a la hegemonía norteamericana. Su improbable ascenso señala la culminación de un proyecto de dos décadas para destruir un robusto experimento socialista.

El Vietnam en América Latina ya está  en marcha

  

 *Contertulio y Colaborador de la emisora La Voz de Rusia en Canarias

 

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