Guachinches
y chiringuitos
Juan
Inurria *
Nuevamente, la Administración creando un nuevo medidor normativo para
regular la calidad de una marca genuinamente canaria, autóctona y profundamente
arraigada en nuestra idiosincrasia mas interna. Aunque las primeras opiniones
sobre la reciente regulación de los guachinches es comenzar con dramatismo.
Lanzando las voces de que desaparecerán por este decreto. ¡Venga ya! Es como
escuchar hace unos años que los chiringuitos desaparecerían ante el acoso de
la normativa estatal de costas. Eso no ha ocurrido ni ocurrirá, ni con los
chiringuitos ni tampoco con los guachinches.
Varias
asociaciones llevaban bastante tiempo reclamando a las administraciones públicas
de Canarias la regularización de estos emblemáticos lugares. Finalmente, tras
años de demandas, ha sido en agosto, cuando la placidez y el descanso mandan y
los aprovechados aprovechan y presentan su trabajo de regulación.
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Otro
decreto. Ahora, en apariencia, los empresarios y viticultores contarán con un
espacio temporal de tres meses para inscribirse en el pertinente registro y
adaptarse a la normativa. Aunque de momento no existan cifras reales del número
de guachinches en Tenerife -parece que rondan la mitad del millar-. Aunque lo
bueno -normativamente hablando- es que los guachinches no tienen que ver con la
Ley de Costas. Pues de ser así no veríamos ninguno. Miren cómo están la
mayoría de las zonas playeras: ni uno. A no ser que te metas en las zonas
tasadas. Esos chiringuitos artificiales regentados por hormonados y usuarios de
pesas, como dice Lala.
Pero,
entre nosotros, para tener un chiringuito, lo primero es tener un
"amiguete" en el ayuntamiento, otro ecologista, otro en la subdelegación
y otro en el Cabildo. Así sí puedes iniciar esta actividad de temporada. Este
año he visto ordenanzas que prohíben, entre otros, la venta de tabaco. Para
evitar llenar las playas de residuos de tabaco, colillas. ¡oigan! Así es, lo
he leído. Pero sigo teniendo que apartar colillas para ver la arena. Manda
narices. Aunque eso se soluciona con una tasa para todos aquellos que fumen en
la playa. Eso dice Lala y en esto estoy de acuerdo con ella.
Me
comenta que con la crisis proliferaron el número de guachinches, sobre todo de
aquellos que no cumplían con los requisitos de este tradicional
establecimiento, que tiene como razón de existir vender el vino de la cosecha
propia, acompañado la mayoría de las veces de garbanzas y papas. Al respecto
de la normativa que regulará los guachinches es su reducción en un 80%,
pasando de unos 500 actuales a 70. Es decir, que existían 430 que no eran
guachinches, y así nos tomaban el pelo a todos lo que pensábamos que sí lo
eran. El decreto estipula una serie de requisitos para los establecimientos
actuales. Algunos desaparecerán, no tendrán otra opción, otros pasarán a ser
bodegones y otros se regularizarán realmente como lo que queremos que sean,
guachinches. Aparentemente estos últimos solo podrán abrir durante cuatro
meses como máximo. Buena parte del año no existirán. Tampoco los
chiringuitos; el verano no es eterno.
El
guachinche y el chiringuito, para mí dos iconos fundamentales en distintos
lugares, territorialmente dispares. El primero propio de la zona isleña y el
segundo, de las costas peninsulares. Los mejores, los de Levante y la costa
andaluza. Y por nombrar uno de los nuestros -ya extinto y parte de la historia
de la capital-, el chiringuito de Las Gaviotas, el de "Charly", o el
de El Primo, en la costa de Cádiz, Chipiona, a los pies del Santuario de Regla.
Estos lugares de conversación y paz sí que son los santuarios estacionales
donde se da la tertulia y la amistad. Donde esta última llega a su máxima
potencia pudiendo afianzar lazos entre semejantes, compartimos el consumo de lo
simple, vino, papas, cervezas o pescadito frito. Las vivencias del viajero, lo
que nos ha ofrecido el año o la temporada. Mientras, se reparten infinidad de
olores tan característicos de estos sitios. Y es que uno de los encantos es
saber que no solo te ofrecen viandas y bebidas, sino algo que va más allá del
simple interés crematístico. Eso..., amables lectores, a día de hoy no está
pagado con nada.
*Abogado director Bufete Inurria
Publicado
en el periódico El Día, /2013-08-25/