Gandhi y Sun Tzu,

o la importancia de la determinación

 

Jorge Dorta *

 

Las guerras se ganan de dos formas, la primera es destruyendo la capacidad de lucha del enemigo, la segunda y mucho mas importante es destruyendo su voluntad de lucha. La voluntad de lucha depende de la determinación y de la autoestima, es decir de la moral.

 

Destruye su economía y habrás destruido su capacidad de lucha. Destruye la moral del enemigo y habrás ganado la guerra sin necesidad de pegar un tiro. Como dijo Sun Tzu en el Arte de la Guerra las mayores victorias provienen de ganar sin combatir.

 

La entrada de hoy versa sobre la no cooperación y la determinación en la lucha. No voy a escribir nada sobre ello, solo voy a citar tres frases de Gandhi y voy a poner el link al largometraje sobre él que se puede ver gratuitamente en Internet.

 

La no-violencia, en su condición dinámica, significa sufrimiento consciente. Esto no quiere decir humilde sumisión a la voluntad del malhechor, pero esto significa enfrentar toda nuestra alma en contra de la voluntad del tirano. Trabajando bajo esta ley de nuestro ser, es posible que una sola persona desafíe a todo el poderío de un imperio injusto para salvar su honor, su religión, su alma y sentar las bases para la caída del imperio o su regeneración

 

¿En donde se requiere la valentía -en volar a otros en pedazos de detrás de un cañón, o en acercarse al cañón con cara sonriente para ser volados en pedazos? ¿Quién es el verdadero guerrero -el que guarda la muerte siempre contra su pecho, como un amigo, o el que controla la muerte de otros?

 

El compromiso de la no violencia no nos obliga a cooperar en nuestra humillación. No nos obliga a arrastrarse sobre la barriga o dibujar líneas con nuestras narices o caminar para saludar a la bandera del Reino Unido ni a hacer nada degradante por el simple dictado de los funcionarios.

 

Por el contrario nuestro credo nos obliga a negarnos a realizar cualquiera de estas cosas a pesar de que podríamos ser fusilados por ello.

 

 

Película Gandhi, su historia

 

Publicado en menceymacro.blogspot.com  

 

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