La ganadería como elemento abientel

«.» Wladimiro Rodríguez Brito *

[...El pastoreo es una actividad vital, para mantener un equilibrio en nuestros campos, ya que tenemos veranos secos y prolongados, lo que hace que la vegetación que se desarrolla en la estación húmeda sea un problema en los veranos, tanto por la proximidad de las zonas forestales, como, lo que es aún más grave, ante un poblamiento disperso, rodeado de hierbas y matorrales que alimentan los incendios...] 

En Canarias hemos hecho unas leyes que han declarado de una manera "alegre" más del 50% como espacio protegido, con distintas categorías, suspendiendo los usos tradicionales y separando el territorio de los habitantes, tema que ocurre de hecho, ante la crisis agraria, ya que más del 50% de las tierras de labor están sin gestión, tanto por los campesinos como por los supuestos nuevos gestores, administraciones públicas, etc.

Suelos sin labradores, sin pastores y sin usos tradicionales, con una supuesta protección inactiva? ganando terreno el bosque, los pinos, monte verde, terrenos de más de 130.000 hectáreas de monte?, pero también ganando terrenos los matorrales, las zarzas, el cañero, los granadillos, las tabaibas y retamas, las aulagas, etc.

Los incendios de Portugal, Galicia y California deben hacernos reflexionar sobre un campo sin campesinos llevando la gestión del mismo, no solo en una lectura ambiental, sin olvidarnos de los temas de seguridad, con especial preocupación por las zonas pobladas y los campos. Sin campesinos no retiramos leña, pinocha, madera muerta o pastos, lo que ahora llaman los ingenieros combustibles, en los largos veranos canarios.

El pastoreo es una actividad vital, para mantener un equilibrio en nuestros campos, ya que tenemos veranos secos y prolongados, lo que hace que la vegetación que se desarrolla en la estación húmeda sea un problema en los veranos, tanto por la proximidad de las zonas forestales, como, lo que es aún más grave, ante un poblamiento disperso, rodeado de hierbas y matorrales que alimentan los incendios. Veamos algunos datos: en las Islas cultivamos más de 40.000 hectáreas, ocupando la superficie no cultivada y los pastos más de 100.000 hectáreas, terrenos que demandan gestión, algo que hacíamos hace 20 o 30 años, cuando nuestro ganado apenas consumía forraje del exterior. Valga como referencia que cuando comenzamos la repoblación en Tenerife, en 1983 (en Chajuana, Archifica, Majades del Rio, Finca la Siete, Chivisaya...), nuestras cabras apenas comían maíz o alfalfa (pastos de la tierra).

Nuestros campos están cargados de adjetivos "bonitos": Parque rural, parque natural, suelo de protección paisajista, reserva de?, etc. Blablablá ¿presupuesto y gestores? Relación de hectáreas protegidas y medios para tal protección? La nueva Ley del Suelo dice que podemos mantener los usos tradicionales y la memoria de tales usos, hoy olvidados, con unos planteamientos teóricos sobre una supuesta protección, con una lectura urbana biológica, con poco tacto hacia el campo y los campesinos. Aprovechemos la oportunidad que nos presta el nuevo marco.

Los pastores y las cabras tienen una lectura poco positiva en el plano urbano ambiental. Solemos olvidar que las cabras han convivido con nuestra naturaleza a lo largo de 2.000 años, y que parte de la rica naturaleza canaria es hija y hermana de las cabras y los pastores.

Los pastores, ¿una especie en extinción? Entendemos que hemos de hacer un esfuerzo en la incorporación de pastores en nuestro campo, tanto por la labor ambiental como por su papel económico. Nos dicen los conocedores de nuestras cabras que la biología de dichos animales se altera si las criamos estabuladas, pero, además, no es menos importante, no solo por la salud de las cabras, sino también por la nuestra, ya que el queso de las cabras que se alimentan con los ricos y diversos pastos de las Islas no lo podemos comparar con lo forrajes importados que no solo nos hacen dependientes del exterior, empobreciendo tanto en la calidad como en la diversidad, tanto de nuestro ganado como de nuestros quesos.

No olvidemos que los pastores no se adquieren en la ferretería y tampoco los podemos sustituir por un robot o un dron. Leamos con cariño lo ocurrido en California, en el país más rico del mundo. El ultimo incendio duró casi 20 días y lo apagó la lluvia el 25 de noviembre, dejando un desastre humano y material, poniendo claro que la prevención es una asignatura pendiente en California y en Canarias.

La incorporación de pastores y agricultores al mundo rural es una asignatura pendiente en Canarias. ¡Sembremos pastores y agricultores! Dignifiquemos su labor y su compromiso con el campo y el futuro de esta tierra.

* Doctor en Geografía por la Universidad de La Laguna.

Exconsejero de Medioambiente del Cabildo de Tenerife.

 

Otros artículos de Wladimiro Rodríguez Brito publicados en El Canario.net y El Guanche.org

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