¡GAITÁN VIVE!
Pedro J. Brissón
[Gaitán: "Si avanzo, seguidme. Si me detengo,
empujadme. Si os traiciono, matadme. Si muero, vengadme"…“El pueblo es
superior a sus dirigentes”...]
El
nueve de abril de 1948, el líder colombiano Jorge Eliecer Gaitán, prohombre
implicado en devolver la soberanía al pueblo, era abatido por los disparos del
criminal gobierno oligárquico, resolviendo de esta forma que el poder nunca
cambiara de manos. Ese día, el pueblo enfurecido al conocer la triste noticia,
salió a las calles a defender y vengar tal execrable crimen, dando nacimiento a
la revolución del 9 de abril, aunque los poderes estatales y medios afines lo
denominaron “el bogotazo”, para darle una connotación peyorativa, cuando
claramente se trataba de un alzamiento heroico por parte del pueblo que había
puesto sus esperanzas en él.
"Si avanzo, seguidme. Si me detengo,
empujadme. Si os traiciono, matadme. Si muero, vengadme". Gaitán se había convertido en
un altavoz del pueblo, un medio amplificado que daba salida a las angustias,
miedos y preocupaciones de personas que legaban en él la voz de todo un
movimiento por la recuperación del país, esa voz, con estilo impecable y
oratoria muy particular, sí, esa voz que el pueblo había casi perdido y que
por miedo a la represalia, había sido casi incapaz de articular.
Ya
el propio Gaitán hablaba como parte indivisible de ese pueblo al que
solidariamente amaba, dejando para la historia frases tan auténticas y poco
convencionales como: “El pueblo es
superior a sus dirigentes” o “Yo
no soy un hombre, soy un pueblo”, efectivamente, esa era la visión
adelantada del multiplicador movimiento gaitanista, lleno de profundos cambios y
revulsivas propuestas económicas, sociales y éticas.
Y
es que el poder establecido, nunca le perdonó que laborara para los
trabajadores que levantan honradamente el país, ni que diera tanta cobertura a
los más necesitados, luchar y decir cosas como:
"Hay que procurar que los
ricos sean menos ricos y los pobres sean menos pobres", estas palabras
no podían quedar sin castigo, ni podían obviar que pretendía plasmar un nuevo
modelo participativo en el que el pueblo tomara las riendas de su destino; pero
es que eran incapaces de entender y permitir que llegado al poder, acabara con
el latrocinio, moviera y tambaleara los cimientos corruptos que ya estaban
establecidos, que se atreviera a mover ficha para que toda esa gente se uniera
en un mismo destino común de nación, no, eso no lo podía permitir la élite
que maneja los hilos a costa de asfixiar al más débil.
Pero
las palabras de Gaitán nunca morirán; "Pueblo,
por la restauración moral, ¡a la carga! Pueblo por la derrota de la oligarquía,
¡a la carga! Pueblo por nuestra victoria, ¡a la carga!", las ideas
iluminadoras siguen caminando y buscando nuevas vías y caminos para abrir las
brechas injustas, por eso, aunque han pasado 68 años de su desaparición física,
el gaitanismo seguirá siendo un medio para conseguir el poder, por y para el
pueblo, nunca podrá desaparecer su legado de lucha por la libertad, equidad y
justicia. Aún hoy, se oye el eco cada vez más fuerte de su voz: "Esta
avalancha humana: libra una batalla, librará una batalla; vencerá a la
oligarquía liberal y aplastará a la oligarquía conservadora".
08/04/2016
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