Los lectores, del periódico deportivo MARCA,
entrevistan, a su subdirector, Carlos Carpio.
"Fuera
de España no se fían de nuestros políticos y no les falta razón"
La
corrupción de la clase política española y la pésima imagen que ofrecen
nuestros dirigentes fuera de nuestras fronteras es el principal motivo de que la
candidatura de Madrid haya vuelto a fracasar. La credibilidad de nuestros políticos,
incapaces de asumir ninguna responsabilidad, desconectados de la realidad social
y con un escaso nivel de preparación es un lastre determinante a la hora de
jugar una partida de alta política internacional como es la que dirime la
candidatura olímpica de una ciudad cada 4 años. Si aquí somos tontos y les
seguimos votando es nuestro problema, pero fuera de nuestras fronteras la gente
no se deja engañar tan fácilmente.
Una
prueba de esto es que, una vez que se ha consumado el tercer fracaso
consecutivo, la autocrítica brilla por su ausencia, reduciéndolo todo a un
pobre "Hemos hecho todo lo que hemos podido" y a descalificar a los
miembros del COI acusándolos de corruptos, de trincones, de opacos, de
mentirosos. En definitiva, adjetivos que en realidad se ajustan mejor al perfil
del político medio español.
Es
en ese marco de euforia propagandística que bordea la prepotencia[1]
y en ese
triste hábito de considerar cualquier información realista que no vaya en el
camino de la loa incondicional como una traición donde se enmarcan los
principales soportes políticos de nuestra candidatura, que restan opciones más
que suman.
Lo
que ganan nuestros deportistas jóvenes lo restan la mayoría de políticos.
Unos políticos cuya permisividad y manga ancha con el dopaje no ha pasado
desapercibida en todo el mundo. Podrán decir que no y tratar de negar la
evidencia para perpetuarse en el cargo y seguir viviendo a costa del Estado,
pero así es como nos ven y no se fían. Y lo peor es que no les faltan razones.
Fuente:
www.marca.com/encuentros/carloscarpio