FORTALECER EL MOVIMIENTO DE LIBERACIÓN NACIONAL

DE CANARIAS (MLNC) (II)

           

 Edilberto Rodríguez Morales

 

[No podemos seguir siendo cómplices de gobiernos facinerosos cada cuatro años, -haciendo política de salón- con las artimañas y las falsas expectativas que envuelven las campañas pre-electorales… La realidad es que hoy Canarias sigue siendo una colonia africana, administrada por el País más corrupto del continente europeo; que trata de perpetuar su ocupación militar con personal civil en todos los estamentos y con estrategias electorales arbitrarias; imponiendo un modelo económico destructivo, porque sabe que sólo el bienestar económico y financiero en manos canarias facilitaría a esa mayoría escéptica y pusilánime, la convicción y AUTOESTIMA necesaria para tomar decisiones relevantes: la independencia.]

 

   Los diferentes puntos de vistas que en estos días atrás han salido a la luz en algunos medios de comunicación sobre los posicionamientos favorables a la ABSTENCIÓN en las elecciones, como los que consideran que PARTICIPAR es una cuestión indiscutible, deberían haberse llevado a cabo en un marco asambleario que se dilucidara con una solución neutral; abierto a todas las organizaciones soberanistas y afines a la independencia. Que los ciudadanos entendieran que los motivos que han impulsado estos criterios antagónicos sobre la abstención en un tono irritante son sólo producto de la incertidumbre que se vive en Canarias; culpa de la poca confianza que tenemos de nosotros mismos, de la desconfianza hacia los demás; no nuestra finalidad común: defender los intereses de los canarios y mejorar nuestra calidad de vida. Faltaría más.

 

   Cuando una parte de la soberanía popular canaria decide que quiere ejercer el derecho de ir a votar como si fueran ciudadanos españoles, ayuda muy poco a superar el estado de confusión generalizado entre los canarios, no tanto como quienes viven ajenos a la vida política; pero sí a quienes todavía no entendemos como a estas alturas seguimos inmersos en disgregaciones ideológicas o disputas personales; la misma incoherencia que nos resulta ver a cualquier canario celebrar el triunfo de la Roja con una bandera española sobre su espalda corriendo como un loco por las calles de nuestros barrios. Algo hemos de estar haciendo no muy bien para que todavía un sector importante de la población arguya machaconamente en contra de nuestras convicciones: “de qué vamos a vivir”, que nos van a “invadir los moros” o que “todos los políticos son iguales”. Sospechamos que no estamos trabajando lo suficiente; o más bien que no estamos incidiendo en el lugar que corresponde: nuestros barrios, casa por casa y cara a cara; que el uso y abuso de las redes sociales no tenga tanta trascendencia; que quizás sea que nos estamos acomodando.

 

   “¡Despierta canario!: no somos españoles, ni tampoco debemos conformarnos con ser españoles de tercera; ni relegar al ostracismo a una Canarias colonizada: humillada a mantener la tasa de parados más alta que la del Estado español y los salarios más bajos; del aumento de la pobreza y del alto índice de suicidios; privarnos de las recaudaciones que se generan en Canarias: tasas sobre puertos y aeropuertos canarios, operadores turísticos, telefónicas, eléctricas y empresas de todo tipo; pero sorprendentemente no para que se invierta en Desarrollo e Innovación en nuestras islas, sino para que gobiernos corruptos desde Madrid administren a cuenta gota nuestros recursos económicos: caritativas subvenciones que se revierte a dedo entre los amigos de la clase política canaria; los mismos que les da igual el paro que haya y los salarios de pobreza; los mismos que desde las propias instituciones canarias quieren desmantelar la Refinería de Tenerife por pura especulación urbanística. ¡Qué poca vergüenza!”  Sí, qué poca vergüenza; pero, éste y otros discursos quedan en el aíre, no llegan a todos los rincones de nuestro archipiélago como debería ser nuestra obligación. 

 

   No podemos seguir siendo cómplices de gobiernos facinerosos cada cuatro años, -haciendo política de salón- con las artimañas y las falsas expectativas que envuelven las campañas pre-electorales. Las complicidades de los gobiernos de Canarias con la metrópoli han llegado hasta el punto de desarticular de la noche a la mañana todas las infraestructuras industriales; lo que explica concienzudamente que si bien al Pueblo canario y al Gobierno español ese desarrollo industrial les garantizaban recíprocamente un potencial bienestar, a España le incomodaba el devenir de ese Poder económico en la autoafirmación de “ser canario/a” y en la consecuente legítima aspiración de una nación Canarias; libre e independiente. España prefirió elegir la postura más cobarde y miserable: abandonar cualquier expectativa de progreso para los canarios; prefirió quedarse tuerta con tal de ver a los canarios ciegos. La realidad es que hoy Canarias sigue siendo una colonia africana, administrada por el País más corrupto del continente europeo; que trata de perpetuar su ocupación militar con personal civil en todos los estamentos y con estrategias electorales arbitrarias; imponiendo un modelo económico destructivo, porque sabe que sólo el bienestar económico y financiero en manos canarias facilitaría a esa mayoría escéptica y pusilánime, la convicción y AUTOESTIMA necesaria para tomar decisiones relevantes: la independencia. Mientras tanto nuestro deber es recordar a los liderazgos correspondientes, que se tengan en cuenta crear las condiciones óptimas para instruir a la clase trabajadora: futuros dirigentes de la nación canaria.

 

   Se mire por donde se mire, no percibimos por ningún lado la transparencia de una Ley electoral ecuánime que nos cuestione abortar esta farsa electoral. Sin embargo esta disyuntiva sobre la abstención sí o abstención no, podría tener una diferente perspectiva, si hubiera voluntad de alcanzar una verdadera alternativa popular, la de impulsar de una vez el Movimiento de Liberación Nacional de Canarias (MLNC), calle por calle y puerta por puerta. De lo contrario estaremos abocados al fracaso; rivalizando de por vida con LEGITIMAR o no, una Constitución que no reconoce el Derecho a la Autodeterminación: el lícito derecho a poder decidir nuestro futuro; la inviabilidad de que España alguna vez acepte la Resolución 1514 de las Naciones Unidas para la inmediata Descolonización de Canarias; salvo que podamos denunciar su proceder en el concierto de las Naciones Unidas.

 

   Para un verdadero alzado, (humanistas, progresistas, socialistas, comunistas, anticapitalistas, autogestionarios…) tanto la abstención como la desobediencia civil, es una actitud de dignidad y de rebeldía; más consecuente y revolucionario que ampararse sumiso en una contienda electoral hostil y marrullera; que respetamos, pero que no compartimos; incluso, cuando cualquier candidatura independentista se plantea participar en las elecciones con un programa político, indistintamente de izquierda marxista o neoliberal, -diferente al resto- tiene la inconveniencia de crear más desencuentros que vínculos; que de no alcanzarse esas expectativas, paradójicamente sería también nuestro fracaso.

 

   Si consideramos como meta que nuestro primer puerto de montaña es la Descolonización e Independencia de Canarias, cómo entender que cada vez hallan más partidos minoritarios deseosos de participar en las convocatorias electorales. No estarán confundiendo las elecciones con oposiciones. ¿No sería una mejor opción, que todas las organizaciones soberanistas se reagruparan en un único referente político; que reivindicara directamente nuestras legítimas aspiraciones en los organismos internacionales? Creemos que sí; pero no; no se puede; más bien no nos ponemos de acuerdo; pues aunque interpretemos que sería lo más consecuente, la desconfianza y las zancadillas impera por todos los poros de la vida política. Si hacemos un poco de memoria, recordaremos que los respectivos gobiernos colonialistas y sus agentes sociales en Canarias preocupados por el avance soberanista entre la población canaria, han tratado desde siempre impedir que vuelva a repetirse los éxitos electorales que tuvo la formación política “Unión del Pueblo Canario” (UPC); dejándola que se difuminara premeditadamente; corrompiendo voluntades a cambio de recomendaciones laborales en todos los ámbitos; desestructurado las ilusiones de miles de militantes combativos sin apenas formación política y sin saber reaccionar; sin embargo, la ingrata experiencia no quedó ahí; nuevamente, una formación en crecimiento, lo que fue en un principio “Alternativa Popular Canaria”, con unas expectativas considerables, tampoco la dejaron alcanzar el techo máximo esperado, debido a las injerencias de dirigentes pusilánimes muy cercanos al partido socialista (PSOE); diluyéndose igualmente; lo que confirma certeramente la famosa frase de WINSTON CHURCHIL: “…el enemigo está en nuestras filas”. Y así es el entorno que nos rodea; que tenemos que superar; que convive día a día con nosotros.

 

   No podemos permitir que la incertidumbre cohabite en ese frente político de masas desestructurado y entre las organizaciones soberanistas; urge propuestas con seguro a todo riesgo; y las hay; y es que a pesar de que los independentistas tenemos el deber de organizarnos, de apoyar el hombro, de tener criterio propio; tenemos también la obligación de facilitar las condiciones que permitan la oportunidad de trabajar conjuntamente; de echar un pulso al gobierno colonialista español; la posibilidad de que se acepte por mayoría una nueva sugerencia con una única condición: fortalecer al Movimiento de Liberación Nacional de Canarias (MLNC) en las urnas y desestimar las instituciones, no ocupar ningún cargo electo: DESOBEDIENCIA CIVIL; recuperar el entusiasmo de una militancia sin convicción anímica y sin referente soberanista; instruir a una clase trabajadora cada vez más desorientada, desorganizada y decepcionada; única manera para que dejemos de abstenernos, votar nulo o votar en blanco. Transmitir transparencia a toda la clase trabajadora, autónomos, PYMES y estudiantes para que se impliquen desde esa convergencia unitaria en la lucha por la Descolonización de Canarias; involucrarnos en la construcción de una sociedad igualitaria libre e independiente.

 

   La propuesta es clara: ABSTENCIÓN o Movimiento de Liberación Nacional de Canarias (MLNC). Quienes esperen que tal vez les vayamos hacer el favor de darles el visto bueno para que se acomoden en las instituciones, deberían recapacitar; pensárselo más de una vez, nos lo van a agradecer. No siempre somos todos tan ingenuos, como para creer que con todas las organizaciones soberanistas actuando de manera individual y por cuenta propia vamos a conseguir la Descolonización e Independencia de Canarias.

        

¡Canarias Libre e Independiente!

 

Artículo anterior:

Fortalecer el Movimiento de Liberación Nacional de Canarias (I)

 

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