Folclore
electoral
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Pedro González
Cánovas *
Vivimos bajo un sistema que limita nuestra
expresión política cada vez más, pero que da una opción a cambiar cada
cuatro años, ejerciendo el poder del voto en las urnas.
Sin embargo, entre elecciones y elecciones, grupos cada vez más
numerosos de activistas sociales se empeñan en parar la degeneración con la
que se gobierna y los continuos atentados contra la ciudadanía, contra el
proletariado, contra el Pueblo, por parte de esa élite encumbrada en el poder
político.
Los movimientos vecinales, los movimientos ecologistas, feministas,
nacionalistas o de cualquier ideología que pasean diariamente las calles
reivindicando protección y mejoría social, son la imprescindible semilla de
cualquier cambio real. Por lo que hay que cuidarlos y entenderlos, en su
conjunto, como el Movimiento Social y un auténtico barómetro.
Un verdadero enemigo camuflado de quienes nos empeñamos en mejorar las
cosas, de quienes queremos acabar con el sistema actual, es quién se acomoda
socialmente mientras se libra la batalla en las calles y, al tiempo, se prepara
para presentar una "nueva opción electoral".
No es nuevo este atentado contra el Cambio. No son nuevas sus ansias de
beneficio y protagonismo personal. Y desde ahora aseguro que no voy a dejar de
denunciar a estos oportunistas que, al fin y al cabo, son enemigos del
Movimiento Social, del Pueblo y de cualquier cambio que ponga en riesgo su
posible beneficio electoral. Aparecen haciendo llamados a la unidad y repitiendo
parciales de los discursos de los que no han parado de trabajar y montando un
programa ecléctico, que nació tras los debates de una larga chuletada, un 15
de mayo cualquiera, donde la principal premisa era descalificar y defenestrar a
todos los partidos; para acabar constituyéndose en uno, una estrella que nos guía
hacia "el cambio" como lo hiciera el PSOE de Felipe González en los
80.
Van a partir el voto reivindicativo, a robar programas electorales haciéndose
pasar por quienes realmente no son, a imitar a los auténticos partidos que
pueden mejorar la sociedad y a cansar, a agotar a un electorado, ya bastante
asqueado de quienes únicamente saben fidelizar votos, haciendo uso de su poder
para repartir migajas entre los más pobres de ideología, de análisis social,
que viven en el cultivo del miedo al "hambre para mañana" y se
conforman con el "pan para hoy" pretendiendo eternizar esta situación.
Ese intrusismo dañino, vacío ideológicamente o lleno de pedacitos de
diferentes visiones, que se define según necesidad imitando una veleta, es un
enemigo que claramente colabora en perpetuar lo actual. Por eso, desde ahora
advierto, van a tener que pensar un poco más. Porque "se les ve el
plumero" y donde les encuentre nos vamos a encarar y a ver cómo rebaten
estos fundamentos con los que lógicamente, tarde o temprano, se tenían que
tropezar.
La otra opción es aportar a quienes trabajan políticamente cada día.
Influyendo desde dentro de las organizaciones, aportando y no restando en las
asambleas, tratando con los demás de igual a igual, porque ahora es cuando hay
que sumar. Si ese es el desenlace o si no lo es, la historia en el futuro y no
los medios de comunicación en el presente, juzgará cruelmente.
*
Miembro de Alternativa
Nacionalista Canaria
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artículos de Pedro González Cánovas
publicados en El Guanche y en El Canario