FLORENCIO EL CUBANO Y CANARIAS VACIADA (I)

 

«.» Wladimiro Rodríguez Brito *

[Agache, amplia comarca entre el Barranco de Herques (o Erques) y la ladera de Güimar.]

En los últimos años, se han hecho mapas, novelas y relatos sobre la España vaciada. En algunos casos se compara con Laponia o con Siberia, pero claro, ante la Siberia Ibérica. Parece que en Canarias “no pasa nada”, ¿Es que aquí no hay éxodo rural?. Por supuesto, el vacío del que hablan, sólo representa en Canarias, algo menos de una docena de municipios: Tejeda, Artenara, Buenavista, Vallehermoso, Barlovento, Tazacorte, como casos excepcionales. El resto, gana población, “todos muy felices”. Pueblos fértiles despoblados, localidades en Canarias en vías de desaparición, campo sin relevo generacional, pueblos en los que los nacimientos significan entre un 20% y 30% de las defunciones, como es el caso de Barlovento, Los Sauces, Vallehermoso, etc.

Veamos Agache, en Tenerife:

Amplia comarca entre el Barranco de Herques (o Erques) y la ladera de Güimar.

Florencio el cubano, nos hace un relato rico de la zona en los últimos 85 años, hace poco presenté su libro, “Memoria del Escobonal y Fasnia”, sobre sus vivencias en dicha comarca, y nos describe como quedan menos de 6 agricultores, el resto es un pueblo dormitorio, como tantos otros de Canarias. Pueblos en los que se ha impuesto una cultura urbana, con alimentos del exterior con costumbres de ciudad, donde abundan los perros y gatos pero no se ve ningún gallo, ni cabras, ni cochinos. En una palabra, dominio de la cultura urbanita, donde para construir un gallinero o levantar una pared supone multitud de obligaciones, pedir licencia municipal, cumplir con la ley de bienestar animal, o si tienes unas pocas cabras para la fabricación del queso,  o necesitas nuevas instalaciones para la decantación de purines, debes hacer una inversión en una infraestructura como si se tratara de una planta de Nestlé o Pascual.

Florencio nos hace un relato rico en vivencias, a lo largo de 85 años, ya que tiene un baúl con amplia historia, desde el billete de barco que lo trajo desde Cuba en 1933, a su amplia carrera profesional, ya que ha trabajado de cabrero, arriero, peón, cabuquero en las galerías 20 años, hizo de contratista en el Canal de Morro Negro, agricultor por cuenta propia, de tomates, papas y viña sobre todo. Vuelta a Canarias ante la crisis del 29, con el billete pagado por sus familiares de Tenerife, la crisis en ese momento en Cuba (como la de ahora en Venezuela) hace que no haya billete de vuelta. Encuentra en Agache una comarca rica, dados los alumbramientos de agua de los años 30.

Florencio nos describe un periodo serio de represión franquista, hambre, fielato, estraperlo, y también algo más alegre, la música, el punto cubano, y la vida social de un pueblo con buenas relaciones, en una comarca más solidaria y menos egoísta, con un gran peso comunitario, ya como ejemplo de esto encontramos la creación de la cooperativa de Fasnia, la búsqueda de agua requería un gran peso como comunidad, la exportación de tomates y papas al exterior creó buenos lazos, cultura del trabajo, el esfuerzo, pero también de la fiesta, del punto cubano.

El fielato y la miseria

Dos fielatos había en los bordes de la comarca, a lo largo de la Carretera del Sur, uno en el barranco de Herques, en el límite con Fasnia, y otro en la ladera del Güimar, dentro del propio municipio de Güimar. Ambos fielatos dominaban más del 50% del territorio de Güimar, y aquí se filtraba todo, aceite, alpargatas, azúcar. Los fielateros tenían mucho poder. Sólo se traía de fuera algo de trigo, ropa y poco más, el resto había que producirlo aquí.

La comarca era un vergel, tanto de paisaje, como de centro productor de alimentos. Lo que ahora llamamos kilómetro 0, lo implantó la miseria y el aislamiento, y la voluntad de trabajo, ya que el estraperlo era para minorías con más recursos, tema del que Florencio conocía, y la ética le impidió implicarse en tal actividad.

 

* wladimirorodiguezbrito.blogspot.com.es 

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