Fitur y los almendros
Wladimiro Rodrígues Brito *
[...En Canarias, los almendros son supervivientes de un campo huérfano de campesinos, maltratados, olvidados por las administraciones y por los consumidores, que demandamos almendras de California (cultivadas con espaldas mojadas mejicanas, con salarios de hambre)...]
La lectura que podemos hacer sobre nuestro territorio tiene múltiples visiones. Los responsables políticos en muchos casos predican para los “feligreses” en Madrid o Canarias, en la ciudad o en el campo, en la feria del turismo o en la plaza del pueblo.
Veamos: en Madrid, los almendros en flor en febrero significan adelanto de la primavera, belleza, paisaje, naturaleza, luz, alegría, colores, foco de luz en la noche oscura del abandono del campo.
En Canarias, los almendros son supervivientes de un campo huérfano de campesinos, maltratados, olvidados por las administraciones y por los consumidores, que demandamos almendras de California (cultivadas con espaldas mojadas mejicanas, con salarios de hambre).
Aquí las almendras han pasado de significar el cuarto renglón de la exportación, (justo detrás de plátanos, tomates y papas), al maltrato y al olvido, aplicando leyes ambientales que protegen la maleza y que ahogan los frutales, ignorando higueras y almendros, plantas adaptadas a suelos pobres, cultivadas en malpaís, en suelos casi calientes de los últimos volcanes. Plantas que nos brindan flores con unas gotas de agua.
¿Ahora los almendros forman parte del P. I. B.? Son referencia turística en varios municipios de Canarias, desde Puntagorda a Tejeda, y qué decir de Santiago del Teide, Guía de Isora… Es decir, devaluamos el campo, comparamos los pobres aportes al Producto Interior Bruto canario agrario con el de Hong Kong o Singapur, menos del 2% del PIB.
Crisis económico-cultural
La devaluación de las medianías, el minifundio, la revalorización de la flora autóctona, en la que las plantas cultivadas no se presentan como plantas protegidas (pinos, escobones, tabaibas, magarzas…), incluso en algunos casos nos sitúan los frutales de secano como plantas invasoras (tuneras, castaños…).
Veamos el caso del suroeste de Tenerife (Guía, Santiago del Teide): Medioambiente del Cabildo puso en marcha una campaña para podar y limpiar maleza de almendros e higueras. Una asociación de la zona (Los Poleos, dirigida por don José Álvarez Abréu, fallecido recientemente), con compromiso de dignificar social y culturalmente paisaje y paisanaje, apoyado por responsables políticos de la zona (Pancracio Socas (q.e.d.), Candelaria Pérez, Juan Gorrín,…), creando no solo la ruta del almendro de Valle Santiago a Tamaimo primero, implantándose la de Valle Santiago Arguayo, creando un mercadillo del agricultor con productos de la tierra (higos, almendras, vino…) en Santiago del Teide.
Desde el Cabildo contratamos varias cuadrillas para podar y limpiar frutales. José Álvarez resolvía el problema con los propietarios de los terrenos, limpiando y podando algo más de 6 mil frutales en Guía – Santiago del Teide. Tuvimos problemas con la propia administración, que entendía que con dinero público no se podían cultivar fincas privadas. La poda y retirada de maleza de los frutales entre Tamaimo o Chio y Santiago fue un ejemplo de frutales limpios de maleza como embellecimiento de vía pública, tema que, por lo que sabemos, no se ha vuelto a repetir. El mercadillo del agricultor lo han convertido en oficina de “desarrollo” rural, y los almendros y las higueras siguen huérfanos, tanto de la administración como de los campesinos.
Que los almendros los situemos en la Fitur, es un giro de algunos grados de una sociedad que mira hacia dentro. Que hagamos menos declaraciones ambientales y pongamos más compromiso con los que entienden que el campo y los campesinos no son cosas de un pasado marginal. Son compromiso con el futuro.
Cipriano del Valle Arriba, cava, poda y limpia, unido a unos ancianos que cultivan en Las Manchas, Los Baldíos, no son unos marginados que van al campo porque no tienen gimnasio en el pueblo. Debemos valorarlos como faros que alumbran en nuestro campo.
Por otra parte, los burócratas que han declarado protecciones solo a la supuesta flora autóctona, han de entender que el almendro y la higuera no han de estar menos protegidas que una tabaiba o un verode, los pinos o la laurisilva.
Sean estas líneas homenaje a “Cheo” José Álvarez Abreu:
Sembrar compromiso con el campo y los campesinos, así como una sociedad más sostenible, está en nuestras manos. Continuar con el barbecho y la sementera es un compromiso con el mundo rural. Los almendros los descubrieron en Canarias los campesinos, en un pueblo que sabía distinguir entre valor y precio. Lamentamos que el precio sea el que marque el futuro de nuestra tierra.